La Solución Fácil
Cierta vez conocí a un ateo muy orgulloso de sí mismo. Una vez, conversando acerca de una tragedia, le di a entender que yo percibía la mano de HaShem en dicha tragedia...
Cierta vez conocí a un ateo muy orgulloso de sí mismo. Una vez, conversando acerca de una tragedia, le di a entender que yo percibía la mano de HaShem en dicha tragedia...
Hasta que no viví dentro de ti, Jerusalén, me da no aprecié verdaderamente tu valor. Ahora que te amé y te perdí, he aprendido...
Nuestra relativamente reciente y repentina adopción de un estilo de vida “ultraortodoxo” fue un gran golpe y una gran sorpresa para todos los que nos rodean