Antes de Pesaj, hay muchos gastos, pero también muchas ofertas. Todos buscamos las mejores gangas para minimizar los gastos. A veces, el entusiasmo por los precios bajos es tan grande que parece que están regalando la mercancía.
No hace falta que hables. Lo único que tienes que hacer es reservar un tiempo para reunirte con el Creador
En Pesaj, Moshé dijo: “¡Deja ir a mi pueblo!” Y nosotros dijimos: “¡Que fluya el chocolate!”
El número 7 es muy importante en el judaísmo, y más aún cuando se trata de matzá remojada en vino y cubierta de chocolate
¿Qué padre o madre no sienten a veces que pierden la cordura con sus hijos? Pero - no te desesperes. Este mensaje del Rabino Shalom Arush te dará esperanza y, por sobre todo, una técnica sencilla para ser los mejores padres del mundo!
Antes de Pesaj, hay muchos gastos, pero también muchas ofertas. Todos buscamos las mejores gangas para minimizar los gastos. A veces, el entusiasmo por los precios bajos es tan grande que parece que están regalando la mercancía.
En Rosh Jodesh Nisán, el primer día del mes de Nisán, Hashem decide si Mashíaj vendrá este año.
En Pesaj, Moshé dijo: “¡Deja ir a mi pueblo!” Y nosotros dijimos: “¡Que fluya el chocolate!”
El número 7 es muy importante en el judaísmo, y más aún cuando se trata de matzá remojada en vino y cubierta de chocolate
Antes de Pesaj, hay muchos gastos, pero también muchas ofertas. Todos buscamos las mejores gangas para minimizar los gastos. A veces, el entusiasmo por los precios bajos es tan grande que parece que están regalando la mercancía.
No hace falta que hables. Lo único que tienes que hacer es reservar un tiempo para reunirte con el Creador
En Rosh Jodesh Nisán, el primer día del mes de Nisán, Hashem decide si Mashíaj vendrá este año.
Pésaj, Jag ha-aviv, (la Fiesta de la Primavera), siempre despierta un sentimiento de emoción y gran renovación, pero también una considerable preocupación
La ley judía nos exige que nos ocupemos del bienestar de los pobres, y especialmente antes de Pesaj, cuando los numerosos gastos de las fiestas hacen la vida aún más difícil para aquellas familias que ya de por sí tienen dificultades.
La Halajá, la Ley Judía, requiere que nos preocupemos por el bienestar de los pobres, y especialmente antes de la festividad de Pésaj, cuando los muchos gastos relacionados con la festividad, hacen aún más difícil la vida para una familia que lucha para ganarse el sustento durante todo el año.
