Súpermodelo
A Avichai lo conocí viendo una película sobre su vida. Pero cuando vi la película, me sorprendió ver las fotos de "antes" y "después"
En la década de los noventa, cuando los "supermodelos" apenas comenzaban a ser celebridades, Avichai Cohen, nacido en Israel, parecía haber alcanzado la cima. Con sus penetrantes ojos azules y su barbilla cincelada, las compañías publicitarias luchaban unas con las otras para que Avichai fuera "su" modelo.
Muy rápidamente, se convirtió en "el" supermodelo masculino en Israel, desde avisos de refrescos hasta de anteojos de sol. En muy poco tiempo, las pasarelas de Milán y Nueva York conocieron a Avichai, y así fue como comenzó a recibir reservas de diseñadores como Dolce & Gabbana e Yves Saint Laurent.
Pero a medida que su cuenta bancaria y su fama seguían creciendo, el alma de Avichai se estaba marchitando, y él lo sabía. Este supermodelo había crecido en un hogar tradicional, pero nunca le habían enseñado a tener realmente una conexión con Hashem.
Entonces, cuando comenzó a buscar una dimensión más espiritual en su vida, investigó todo menos el judaísmo, y comenzó a ir a un lugar de instrucción religiosa tras otro. Pero cada vez, se topaba con contradicciones, y entonces buscaba algo nuevo.
Una de sus últimas paradas fue en un centro budista, donde Avichai se quejó al líder espiritual de que no podía encontrar un sistema espiritual donde la fe y el intelecto pudieran coexistir en paz, uno al lado del otro. El líder del centro budista, que no sabía que Avichai era judío, le dijo: "Hijo mío; El único lugar donde la fe espiritual y el conocimiento intelectual se unen es en la Kabala judía. Deberías ir y estudiar esos libros”.
Avichai estaba atónito; literalmente había estado en todo el mundo buscando a Dios y un significado real en su vida, y aquí le decían que Dios siempre había estado en su patio trasero.
Mucha gente quizás se habría detenido allí. Pero no Avichai. Inmediatamente salió y compró todos los libros sobre Kabala que pudo encontrar, y los devoró. De repente, después de pasar por todas las otras religiones e "ismos" y encontrar el talón de Aquiles en cada una, entendió que el judaísmo simplemente no tenía un "punto débil".
Y fue entonces cuando Avichai tuvo que tomar una decisión muy difícil. Podía ser un supermodelo y un budista practicante, sin ningún problema. ¿Pero ser un supermodelo y, a la vez, un judío practicante? Imposible!
Entonces él renunció.
Los medios de comunicación en Israel se volvieron locos: ¿qué pasó con Avichai, el supermodelo israelí? ¿Cómo podría renunciar a ese estilo de vida glamoroso para hacer… teshuvá?
Un par de meses después de haber regresado a la religión de sus padres, Avichai apareció en un popular programa de televisión israelí para responder las preguntas directamente. Explicó que había estado en una misión para descubrir cuál era el propósito de la vida. ¿Por qué estamos aquí? ¿Qué significa todo esto?
Y una vez que comenzó a hacer esa pregunta, el único lugar donde obtuvo una respuesta satisfactoria fue en la Torá. Y una vez que descubrió esa verdad, comprendió que tenía que cambiar su vida para adaptarse a ella, en lugar de tratar de doblar la verdad para que esta se “adaptara” a su estilo de vida.
Hoy, Avichai vive con su esposa y su familia en un barrio de Jerusalén. En lugar de los reflejos y las gafas de sol de diseño, Avichai tiene largos peiot y la cabeza afeitada que caracteriza a muchos jasidim. Pasa sus días estudiando Torá en el Beit Midrash de Belz en Jerusalén, y tiene esa felicidad interior que irradia la gente que realmente sabe por qué está aquí en este mundo.
A Avichai lo conocí viendo una película sobre su vida. Pero cuando vi la película, me sorprendió ver las fotos de "antes" y "después" de Avichai. Lo que me dejó shockeada fue darme cuenta de lo atrapada en el “aspecto externo” que sigo estando. De hecho, yo estaba decepcionada de que él hubiera ido al "extremo" de afeitarse la cabeza.
¿Qué? ¿No podría ser religioso de una manera más “normal”?
Una vez que me sorprendí pensando eso, tuve mi propio momento de verdad. Y me di cuenta, en el fondo, de que es mucho más difícil sacar el exilio del judío que sacar al judío del exilio.
Pero cuando se trata de dejar de lado las apariencias externas y seguir la verdad, donde sea que me lleve, no podría tener un mejor modelo a seguir que Avichai Cohen.
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