Las dichas de ser noájida
La más grande dicha que existe es poder servir al Creador de la manera que Él me hizo, con las Leyes que él designó para mí.
La más grande dicha que existe es poder servir al Creador de la manera que Él me hizo, con las Leyes que él designó para mí.
Para muchos noájidas, el factor “soledad” es probablemente el más terrible.
Yo ya sabía que el Creador era mi fuente, pero a veces hace falta que otra persona te haga entender...
Como la mayoría de los habitantes del sur de los EEUU, yo me crie en un hogar cristiano. Era un hogar sabatario.