¿Qué es lo que hago mal?

A menudo, la energía creativa se bloquea debido a que no estamos haciendo lo que deberíamos en la vida. Tenemos que asegurarnos de estar haciendo lo que Dios quiere que hagamos. Si estamos sintiendo algún bloqueo en la vida, tenemos que definir cuál es el problema y preguntarnos: “¿Qué es lo que estoy haciendo mal? ¿De qué cosas necesito arrepentirme?”. Si no sabemos eso, no podremos corregir el problema subyacente y toda la energía creativa seguirá bloqueada.

Tenemos que plantearnos varias cosas: “¿Acaso el problema verdadero es mi jefe, o la persona que se sienta al lado mío, o la persona que es mi superior en el trabajo? ¿Me cuesta concentrarme debido a que estoy estresado o tal vez estoy sufriendo de algún problema de salud que tengo que identificar y encarar primero? ¿En qué cosas debo enfocar toda mi atención? ¿En qué aspectos de mi vida necesito más la ayuda de Dios?”

Aquí es donde la creatividad y la emuná se encuentran. Dijo el Rabino Abraham Kook que el alma está constantemente buscando una conexión con Dios, que el alma quiere estar conectada con Él 24/7, y que eso es lo único que realmente le interesa.

Por eso, ahora queremos unir la mente con el alma y combinando las dos funciones de “búsqueda”. El alma está ocupada buscando a Dios y la mente está ocupada buscando soluciones a los problemas que tenemos, ya sea cómo conseguir el sustento, cómo encarar la rivalidad entre hermanos, o cómo responder a las preguntas de nuestros hijos. Al conectarnos con el Creador, estamos obteniendo acceso a la solución real del problema, y no simplemente encarando los síntomas externos.

Pero esto solamente funciona si anulamos nuestro ego y Le decimos a Dios: “¡Dios mío, necesito que me ayudes! Necesito entender los mensajes que me estás enviando para poder cambiar mi vida”.

Una de las formas de hacer esto es prestar atención a las ideas que nos vienen a la mente, porque esas ideas también provienen de Dios. Todos esos estímulos vienen de Él.

Por supuesto que hace falta tiempo y sabiduría para descifrar cuáles de los mensajes que tenemos en la cabeza provienen de Él y cuáles provienen de la Mala Inclinación. Es un proceso pero finalmente todos podemos hacer esto. De repente vemos a alguien conduciendo y hablando en el celular y nos damos cuenta de que tenemos que llamar a mamá y desearle que pase un buen Shabat. O tal vez el mensaje es que tenemos que conducir con más cuidado.

Hace falta creatividad espiritual para buscar estos mensajes, para percibirlos y para descifrarlos. Esta clase de proceso creativo no puede medirse en un laboratorio, porque es una faceta de la verdad última, y la forma en que la persona puede vivir una vida buena, una vida ética. No podemos demostrarlo científicamente pero cada uno de nosotros puede experimentarlo en la vida cotidiana y así llegar al conocimiento de que existe un único Dios que controla todo y que puede ser contactado en cualquier momento, y que nos está hablando por medio de la naturaleza.