Tantas Preguntas…
¿Que es lo que desea el Creador de ti, que es por si mismo tu meta? La respuesta se encuentra el sagrado libro del Zohar...
¿Qué es lo que desea el Creador de ti, que es por sí mismo tu meta? La respuesta se encuentra el sagrado libro del Zohar…
El enigma de la vida
Este mundo está lleno de preguntas: ¿Cuál es la inalidad de la vida en este mundo lleno de sufrimiento? ¿Hacia ónde va el mundo y la humanidad? ¿Con quién está la justicia en todas las ideologías y concepciones de la vida? ¿Cuál es el camino hacia la felicidad? ¿Cómo verdaderamente debemos vivir? ¿Finalmente será todo bueno o no? Y más y más…
Las drásticas y aparentemente injustas diferencias entre la vida de una persona y otra y los acontecimientos de sus vidas nos dejan a menudo perplejos. Un hombre tiene una vida fácil, mientras otro una vida difícil y muy penosa. Una persona nace fuerte y sana, mientras otra débil y discapacitada. Uno gana un buen sustento con facilidad, y el otro no. Alguien que fue bueno toda su vida y, como se dice, “no mataba ni a una mosca”, muere de una cruel enfermedad aún siendo joven, mientras otro que es un malvado tiene una larga vida de riquezas y honores. ¿Por qué?…
¿Por qué yo?
En los que más se despiertan estas preguntas son aquellos que más sufren las faltas:
Aquel al que le es difícil ganar su sustento pregunta: “¿Por qué fulano tiene una vida de riquezas y bienestar mientras yo vivo una vida de constante escasez y el esfuerzo por mi sustento me saca de mis cabales?”.
Alguien que tiene un hijo enfermo pregunta: “¿Por qué todos tienen hijos sanos y fuertes, mientras mi destino es criar un hijo enfermizo que necesita un esforzado tratamiento cotidiano?”.
Alguien que está discapacitado mira a la gente caminando libremente a su alrededor y pregunta: “¿Por qué ellos están enteros de cuerpo mientras yo tengo esta invalidez restrictiva y humillante?”.
Alguien que creció en condiciones difíciles ve a aquellos que crecieron en el seno de buenas familias, y se pregunta: “¿Por qué ellos nacieron en una buena y cómoda familia, recibieron calor y amor, fueron mimados, se les concedió cada pedido y deseo, mientras yo nací en el seno de una familia difícil y problemática, y únicamente sufrimiento, escasez y humillaciones llenaron mi vida?”.
Alguien que se acerca a los cuarenta años de edad y todavía está soltero, pregunta: “¿Por qué yo, con todas las virtudes que poseo, no logro casarme y fulano que está lleno de grandes defectos, se casó sin demora a edad temprana, con una virtuosa joven de buena familia?”.
La regla general es: la gente está llena de preguntas, y cada uno puede agregar a la lista todas las preguntas que se hace a sí mismo.
Tiempos cambiantes
También sobre la forma que se desarrolla la vida de cada día tenemos preguntas:
“¿Por qué ayer tuve un día magnífico y todo salió como lo había planeado mientras hoy, sin ninguna razón especial, nada me va bien, todo me sale al revés y siento sólo pesar?”.
“¿Por qué la semana pasada gané mi sustento fácilmente y de repente el cuerno de la abundancia se vació, y tengo que hacer grandes esfuerzos para traer un pedazo de pan a mi casa?”.
“¿Por qué ayer tuve tantas satisfacciones de mis hijos que se comportaban como ángeles, disciplinados y simpáticos, y de repente parecería como que el diablo se posesionó de ellos y hacen todo a propósito para enojarme, tanto a mí como a mi esposa?”. Preguntas sin fin….
La respuesta a todas las preguntas
Existe una sola y única respuesta a todas las preguntas –
la FE.
La fe se parece a una llave maestra que abre todos los cerrados dilemas de la vida y por medio de ella la respuesta es simple y bien entendida: el universo posee un supremo y todopoderoso Creador que cuida de cada uno de nosotros en una forma exacta, hecha a medida según nuestras específicas necesidades, y es lo que se llama Divina Providencia o Supervisión Individual. Él es Quien determina las condiciones exactas en las que viviremos: en el seno de qué familia naceremos, con quién nos casaremos, cómo será nuestro aspecto, cuáles serán nuestras cualidades y carácter, cuántos hijos tendremos, cuánto dinero poseeremos, quiénes serán nuestros amigos y conocidos, y muchos más datos como arena hay en el mar.
Y no sólo en forma general, sino también en la vida cotidiana, en cada instante, todo está dirigido desde lo Alto en una Supervisión Individual. Es el Creador quien decreta cuándo el hombre prosperará y cuándo fracasará, cuándo será bien recibido y cuándo será despreciado y desdeñado, a quién encontrará y con quién tropezará, e infinitamente más y más detalles. Como está escrito en los Salmos (105:7): “Él es el Eterno nuestro Di-s, sus Juicios están en toda la Tierra” – que significa que todo lo que sucede diariamente en el universo – los éxitos en contraste con los fracasos; la alegría y salvación de unos en contraste con las desgracias y los tormentos que caen sobre otros, todo esto hace parte de los Juicios del Creador, en los cuales son juzgadas las criaturas cada día y cada hora, en general y en particular.
Y debemos saber, que la Supervisión del Creador es siempre para el bien eterno de cada hombre, para guiarlo al objetivo, al rango y a la buena y eterna finalidad para la que fue creado. El Creador sabe que tal persona no llegará a la corrección de su alma sin la específica realidad en la que se encuentra, con todas las muchas privaciones que tiene; y que aquella otra llegará a su meta justamente desde una realidad distinta de abundancia y de placeres, etc. Cada dato de la vida del hombre, sin excepción, está bajo una exacta Supervisión Individual, sin ningún error y no por azar, según lo que el hombre verdaderamente necesita para llegar a su meta y a su corrección espiritual.
La Voluntad del Creador
¿Qué es lo que desea el Creador de ti, que es realmente tu meta? La respuesta se encuentra en el sagrado libro del Zohar (Esplendor), la famosa obra esotérica escrita hace casi dos mil años, que declara: “¡El Creador te creó solamente para que Lo conozcas!”. Por lo tanto, todas las condiciones de nuestra vida nos son necesarias, pues el Creador que nos conoce perfectamente, estableció que no podamos conocerlo sino por medio de todas esas específicas condiciones que nos ha dado exactamente. ¡No hay ningún error ni azar en ningún detalle de nuestra vida!
Este conocimiento se llama tener una “fe completa” y estar “contento con lo suyo”, es decir que el hombre sabe: ¡Yo no entiendo nada y no sé nada, solamente estoy contento con lo que tengo! Y es esto también el primer paso para la elección cierta. Después que el hombre tenga este conocimiento, de ahora en adelante deberá prestar atención cómo podrá, a través de todos los acontecimientos y sucesos de su vida, conocer al Creador.
Debe el hombre saber perfectamente, que cada detalle de su vida está orientado por Él – tanto en el bien como en el mal, “por entendimiento o por fuerza” – para conducirlo a esta meta – que Lo conozca. Muchas veces cuando el hombre no presta atención a las alusiones del Creador, entonces Él le coloca en circunstancias aún más difíciles. Y si todavía no toma conciencia de su meta, el Creador lleva al hombre a situaciones que no tienen ninguna solución natural, hasta que se verá obligado aun contra su voluntad, a apoyarse en la fe. Y como los Sabios han dicho: “No tenemos en quien apoyarnos, sino en nuestro Padre Celestial”.
El comienzo de la fe
El sagrado libro del Zohar nos enseña, que el comienzo de la construcción de la fe, es el pensamiento y el conocimiento que no existe sólo este mundo, sino que existe también un Mundo Venidero. Este es el principio de la memoria, acordarse siempre de esto. Según la siguiente explicación se entenderá por qué este conocimiento es necesario para toda persona razonable:
Toda persona mentalmente sana, no estará dispuesta a hacer ninguna acción sin que esta tenga un objetivo y una utilidad. Por ejemplo, si se le dice a una persona subir y bajar su brazo durante una hora sin ninguna causa, no lo aceptará de ninguna manera, porque sentirá que hace algo sin una finalidad y sin ningún beneficio. Si así son las cosas en el hombre que es un ser creado, con más razón respecto al Creador que por supuesto no hace ninguna cosa sin finalidad.
No puede ser que el Creador haya creado todo el universo – donde infinitos detalles se articulan con una fabulosa precisión y que ilumina con majestuosidad, belleza y maravillosa gracia – sin que haya una razón y finalidad.
No puede ser que el Creador haya creado al hombre – una tan maravillosa creación con un cerebro poderoso y profundas fuerzas espirituales – sin que tenga su vida una finalidad.
Por consiguiente, cada uno debe preguntarse a sí mismo:
¿Es probable que la meta para la cual el hombre ha sido creado, pueda existir en este mundo, en el cual todo va hacia la perdición y muerte? ¿Es posible pensar que el Creador haya creado un ser humano lleno de sentimiento, creatividad y espiritualidad, para que viva setenta u ochenta años, la mayoría de ellos con sufrimiento y esfuerzo, y luego morir y terminar así su vida?
¿Acaso verdaderamente toda la profundidad del espíritu del hombre y su conocimiento se terminarán y se perderán? Es algo impensable. Necesariamente deberá haber continuación a la vida del alma también después de la muerte del cuerpo, donde logrará una eterna recompensa en el Mundo Venidero, por el cumplimiento de la Voluntad Divina.
No obstante, el concepto de “premio y castigo” existe también en este mundo, como un éxito que le llegará a una persona por hacer lo que es recto, o por el contrario – las tribulaciones que le llegarán por sus pecados. Todo eso le llega al hombre solamente para enderezarlo en su camino, para que sepa distinguir, según como su vida se encamina, si transita por la senda justa o no. De esto podemos entender, que los sufrimientos que caen sobre el hombre no son ni un castigo ni una venganza, sino que su objetivo es estimularlo para que examine sus actos y para que no se equivoque en su camino. De hecho, si existiera solamente este mundo, no habría ningún sentido en ellos.
Continuará…
(Extraído del libro "En el Jardín de la Fe" por Rabi Shalom Arush, Director de las Instituciones "Jut Shel Jésed" – "Hilo de Bondad")
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No hay otra forma de verlo: venimos y fuimos creados para reconocer a Creador! Shalom!
Shalom! Qué textos tan claros y de tal profundidad. Agradezco al Eterno que me haya conducido a esta sabiduría aunque no sea judío. Y aunque no lo sea amo al pueblo de Israel. La luz del mundo ya se ha esparcido a todos, y con estos textos aún más. Poco a poco la fe va creciendo mientras aceptamos nuestra realidad, esta que el Creador nos ha dispuesto. Gracias Señor del Universo