Papi, ¿Por Qué No Despegamos?
Ella quería volar. Tenía un hermoso avión con todos los botones. Estaba tan cerca de lograrlo y no lo conseguía. Yo quería tanto ayudarla...
Ella quería volar. Tenía un hermoso avión con todos los botones. Estaba tan cerca de lograrlo y no lo conseguía. Yo quería tanto ayudarla…
Llevé a mi hija a un parque de diversiones. Ella quería subirse a los avioncitos.
Se sentó en su puesto y amarró su cinturón. Estaba radiante de felicidad. La ronda comenzó. Los demás niños apretaron el botón de "volar" y despegaron, pero mi hija se quedó en tierra.
Al principio no se había dado cuenta de que algo no andaba bien, pero al poco tiempo lo percibió y empezó a preocuparse. Los otros niños se elevaban cada vez más y ella seguía en tierra. El tiempo transcurría rápidamente y ella sabía que su tiempo era limitado.
Yo podía ver su cara tensa y preocupada.
Parado allí, mirándola, mi corazón se oprimo de dolor. La había traído allí para que disfrutara. Ella quería volar; tenía un hermoso avión con todos los botones; estaba tan cerca de lograrlo y no lo conseguía. Yo quería tanto ayudarla.
Traté de hacerle señas de apretar el botón. ¡Sólo aprieta ese botón!
Pasó un minuto, y otro minuto…
Ella continuaba dando vueltas sobre tierra, totalmente desesperada. ¡Hasta que me vio! Nuestros ojos se encontraron y ella entendió mis gestos. Rápidamente empezó a apretar todos los botones, y — ¡Sí! ¡Empezó a volar alto!
Alcanzó nada más que dar media vuelta y su tiempo se terminó.
Cuando se bajó, estaba radiante. ¡Había logrado montarse en el avión y volar!
¿Entiendes?
Mi Padre en el Cielo también me ha traído a un gigantesco parque de diversiones. Tengo un maravilloso avión, pero en lugar de volar, he estado dando vueltas sobre el andén como un triciclo.
Yo pensaba que ese era el mayor placer existente. Había estado dando vueltas en círculo sobre la tierra, creyendo que eso era todo. Yo vivía en el mundo y mi vida era una rutina de alegría, tristeza, amor, envidia, satisfacción y descontento. Hasta que no sé cómo escuché el mensaje de Arriba y me asusté: "¡No puede ser que esto sea todo, debe haber algo más!"
A mí alrededor estaban aquellos que se elevaron en vuelo. Yo podía escuchar su distante llamado, y estaba intranquilo. Pensaba: "Me estoy perdiendo algo", pero seguía aún sin despegar.
Durante todo ese tiempo, mi Padre, a una cierta distancia, me hacía señas; pero yo no levantaba la vista para verlo.
¿Cuántos años puede uno vivir en este mundo sin elevarse, sin permitirse volar? ¿Cuánto dolor y sufrimiento tienen el niño y el Padre que aguantar, cuando lo único necesario es tan solo un botón?
¡El botón es la plegaria!
El ser humano – y solo el ser humano – puede, y tiene la necesidad de rezar por lo que le hace falta.
La plegaria es el reconocimiento de la existencia de una Fuente de abundancia, el Uno y Único que tiene la posibilidad de dar y tomar. Es el ser conciente de que no hay ninguna razón por la cual tengamos que recibir todo lo que necesitamos, y de que las fuerzas de la naturaleza son una insinuación de la Voluntad del Creador.
Cuando la persona que reza recibe la abundancia que solicitó, esta posee una cualidad espiritual, algo de la Divinidad. Todo lo existente se nutre del Creador, pero a este sustento le falta un ingrediente vital llamado "el conocimiento de Di-s" ó "la cercanía a Di-s", "la Luz Infinita". Esta "chispa" está reservada para aquellos que rezan.
Cuando recibimos lo que necesitamos por medio de la plegaria, experimentamos una cercanía especial a Di-s. Los detalles de nuestra rutina diaria se convierten en razones para dirigirnos a Di-s, creando unas rutas que llevan a la Divinidad, de todo esto resultando una maravillosa conversación con el Uno, el que creó al mundo con Su palabra.
Rabi Najman dice acerca de la persona que no reza: "Aunque Di-s le da vestido, manutención y le suple sus necesidades, no obstante, su vida no difiere de la de un animal – Di-s les da el sustento también a los animales. La persona que no reza no obtiene la energía de su vida por medio del rezo, toda su energía se asimila a la de un animal. El hombre debe obtener su energía vital y sus necesidades de Di-s por medio de la plegaria y la súplica; y no de ninguna otra manera", (Conversaciones del Rabi Najman, #233).
"Rabi Natan decía que la razón por la cual Di-s lo ayudó tanto en su vejez es por el hecho de haber dedicado parte de su tiempo a la "Hitbodedut" y a conversar en privado con su Creador. El decía que no era capaz de hacer nada sin antes conversarlo con Di-s.
"Rabi Natan contó que en cierta ocasión, al final del Sábado, Rabi Najman le estuvo hablando de la Cueva del profeta Eliahu, la cual visitó durante su estadía en la tierra de Israel, diciendo a cerca del lugar: "Yo me imagino que Eliahu el Profeta hacía Hitbodedut allí". ¡Al escuchar las sagradas palabras de Rabi Najman, Rabi Natan se emocionó mucho con la novedad de esta idea! ¡Quiere decir que Eliahu, un ser humano como nosotros, dedicó tiempo a la Hitbodedut, y a través de ella alcanzó un nivel tan elevado que nunca llegó a probar el sabor de la muerte! Rabi Natan entendió de las sagradas palabras de Rabi Najman, que incluso el Profeta Eliahu alcanzó su nivel gracias a la Hitbodedut, como todos los Tzadikim )Justos) que lograron llegar al nivel que llegaron sólo por medio de ella.
"Una vez Rabi Najman habló sobre el ferviente corazón de Abraham, nuestro Patriarca. El fue el primero en la historia que sirvió a su Creador día y noche, en completo auto-sacrificio, y dio a conocer el Nombre de Di-s en el mundo. En medio de la sagrada exposición del Rabi, alguien suspiró apenado y dijo "¿Cómo puede uno obtener un corazón como ese?".
"Rabi Najman lo reprochó diciéndole: "¡Tú también tienes un corazón como ese, pero no lo haces arder! Todo hombre posee libre albedrío, y toda persona, hasta la más baja de las bajas, tiene el poder de alcanzar el mayor nivel". (Parperaót L'Jojmá, Prólogo).
De forma similar, Rabi Natan escribió a su hijo: "El Señor no le da tanto valor a los Mundos Superiores ni a los ángeles que lo sirven con veneración y temor, como a la conversación de una persona y sus rezos dirigidos a Él en este mundo inferior", (Las Cartas de Rabi Natan, Alím L'Trufá, #202).
No necesitamos talentos especiales ni conocimientos previos – ningún prerrequisito es necesario, solamente un fuerte deseo. Necesitamos creer en nuestro Padre y darnos cuenta de que Él quiere que emprendamos vuelo. Lo único que tenemos que hacer es apretar el botón correcto, el botón de la plegaria.
– Traducido de: levhadvarim.com –
1/02/2018
Muy hermosos todos los temas, especialmente el de la canasta, dice q hay que orar hasta llegar a llenar la canasta para tu necesidad. Dios los bendiga pido oración por mi hijo y por mí.
11/10/2009
Gran Verdad en estos textos
Que Cierto es que el Altisimo vela por todas sus Criaturas y las lleva hacia las Aguas de la Vida. Solo un Guia Amoroso y Alguien que nos considera parte Suya, realiza esta protección y esta pedagogía enseñante.
11/10/2009
Que Cierto es que el Altisimo vela por todas sus Criaturas y las lleva hacia las Aguas de la Vida. Solo un Guia Amoroso y Alguien que nos considera parte Suya, realiza esta protección y esta pedagogía enseñante.