El Midrash Dice – Vaierá
Abraham hizo que el objetivo de su vida fuera lograr la perfección en su amor por Hashem y en atraer a otros para servir al Creador. Itzjak y Iaakov siguieron sus pasos.
La hospitalidad de Abraham y Sara
Abraham hizo que el objetivo de su vida fuera lograr la perfección en su amor por Hashem y en atraer a otros para servir al Creador. Itzjak y Iaakov siguieron sus pasos. Entonces no es para sorprenderse que Hashem eligiera ser llamado Elokei Abraham, Elokei Itzjak ve’Elokei Iaakov – Di-s de Abraham, Di-s de Itzjak y Di-s de Iaakov. Las mentes de nuestros patriarcas estaban constantemente concentradas en Hashem y sus vidas giraban alrededor de Su voluntad. Aun al realizar sus actividades cotidianas y sus labores, los hacían en forma mecánica mientras que sus pensamientos no se apartaban de Hashem ni por un momento. Abraham, quien fue bendecido con gran fortuna, utilizó esta fortuna para engrandecer el nombre de Hashem en el mundo.
Abraham una vez preguntó a Shem, hijo de Noaj -Dime, ¿por qué mérito Hashem te mantuvo con vida en el arca?
-Sobrevivimos gracias a nuestra caridad- contestó Shem.
-¿Qué significa eso? No había gente humilde contigo en el arca- dijo Abraham.
-Me refiero a nuestra caridad hacia los animales- explicó Shem. -Estuvimos despiertos noches enteras alimentándolos.
-Si es así- razonó Abraham -¡cuánto más importante es sustentar a seres humanos!
A este fin, Abraham plantó un hermoso huerto en Be’er Sheva. Su tienda fue construida con cuatro entradas que estaban constantemente abiertas para atraer los invitados de todas partes, cualquier viajante cansado era bienvenido con hospedaje y abundantes refrescos. Muy pronto se difundió la noticia que un hombre maravilloso había abierto un hotel gratis para todos en el desierto.Los invitados llegaban de lejos y de cerca, disfrutaban de la comida, agradecían a su anfitrión y se levantaban e iban.
-Debeis recitar la bendición para después de la comida- les solicitó Abraham. -Decid, Bendito seas Amo del Universo de cuya generosidad hemos comido.
-No queremos recitar la bendición- se quejaban los invitados ¿Quién es el Amo del Universo?
-Hagan como les parece bien, pero en ese caso me deben pagar por la comida- dijo Abraham.
-¿Cuánto cuesta?- preguntaron los invitados.
-Una botella de vino, diez monedas de oro. Un pedazo de carne- diez monedas de oro. Un panecillo -diez monedas de oro- fue la respuesta.
-Eso es demasiado caro- exclamaban los peregrinos.
-Por favor expliquenme- discutió Abraham -¿cuál es el precio del pan en medio del desierto? ¿Dónde más pueden obtener vino o carne en esta región estéril?
-Tiene razón- aceptaron. -¿Quién era el Amo a quien debemos agradecer? Digamos la bendición.
Así Abraham, mediante su hospitalidad y enseñanzas, atrajo a miles de personas al servicio de Hashem. Su esposa Sara era igualmente devota a la difusión de la verdad en el mundo enseñando a mujeres.
Mientras Sara vivía, las puertas de la tienda estaban siempre abiertas. Por su mérito, la nube de la shejiná se posaba sobre la tienda, la vela que encendía Erev Shabat nunca se extinguia y la comida en el hogar estaba bendecida por la abundancia.
Abraham una vez preguntó a Shem, hijo de Noaj -Dime, ¿por qué mérito Hashem te mantuvo con vida en el arca?
-Sobrevivimos gracias a nuestra caridad- contestó Shem.
-¿Qué significa eso? No había gente humilde contigo en el arca- dijo Abraham.
-Me refiero a nuestra caridad hacia los animales- explicó Shem. -Estuvimos despiertos noches enteras alimentándolos.
-Si es así- razonó Abraham -¡cuánto más importante es sustentar a seres humanos!
A este fin, Abraham plantó un hermoso huerto en Be’er Sheva. Su tienda fue construida con cuatro entradas que estaban constantemente abiertas para atraer los invitados de todas partes, cualquier viajante cansado era bienvenido con hospedaje y abundantes refrescos. Muy pronto se difundió la noticia que un hombre maravilloso había abierto un hotel gratis para todos en el desierto.Los invitados llegaban de lejos y de cerca, disfrutaban de la comida, agradecían a su anfitrión y se levantaban e iban.
-Debeis recitar la bendición para después de la comida- les solicitó Abraham. -Decid, Bendito seas Amo del Universo de cuya generosidad hemos comido.
-No queremos recitar la bendición- se quejaban los invitados ¿Quién es el Amo del Universo?
-Hagan como les parece bien, pero en ese caso me deben pagar por la comida- dijo Abraham.
-¿Cuánto cuesta?- preguntaron los invitados.
-Una botella de vino, diez monedas de oro. Un pedazo de carne- diez monedas de oro. Un panecillo -diez monedas de oro- fue la respuesta.
-Eso es demasiado caro- exclamaban los peregrinos.
-Por favor expliquenme- discutió Abraham -¿cuál es el precio del pan en medio del desierto? ¿Dónde más pueden obtener vino o carne en esta región estéril?
-Tiene razón- aceptaron. -¿Quién era el Amo a quien debemos agradecer? Digamos la bendición.
Así Abraham, mediante su hospitalidad y enseñanzas, atrajo a miles de personas al servicio de Hashem. Su esposa Sara era igualmente devota a la difusión de la verdad en el mundo enseñando a mujeres.
Mientras Sara vivía, las puertas de la tienda estaban siempre abiertas. Por su mérito, la nube de la shejiná se posaba sobre la tienda, la vela que encendía Erev Shabat nunca se extinguia y la comida en el hogar estaba bendecida por la abundancia.
* * * *
La maldad de las cinco ciudades: S-dom, Amorá, Adma, Tzvoim y Tzoar
Después de cumplir con la misión de informar a Sara del futuro nacimineto de Itzjak, el ángel Mijael dejó a sus dos compañeros y se volvió al Cielo. Refael y Gabriel siguieron viaje hacia S-dom. Gabriel fue ordenado destruir Sodoma y sus pueblos vecinos, mientras que la misión de Refael era la de salvar a Lot de las ruinas.
¿Por qué razón Hashem decretó el aniquilamiento de S-dom?
La Torá dice: "Mas los hombres de S-dom eran malos y pecadores para Hashem, en demasía" (Bereshit 13:13). Lo mismo se refería a los pueblos vecinos a S-dom – Amorá, Adma, Tzvoim y Tzoar. S-dom fue individualizada porque era la capital del distrito.
Los habitantes de estas ciudades eran asesinos y adúlteros, quienes se rebelaban a sabiendas contra Hashem. Sus actos eran similares a aquellos de la generación anterior al Diluvio.
¿Qué causó que los habitantes de S-dom fueran corruptos?
La gente de S-dom era la más rica del mundo pues la tierra de esa zona era extremadamente fértil. Más aún, poseía recursos naturales de oro, plata y piedras preciosas. Cuando un sodomita enviaba a su sirviente al patio trasero para arrancar una verdura, éste encontraba oro en la tierra. El resultado de la abundancia de la que gozaba la población de S-dom no incrementaba su gratitud hacia Hashem – sino todo lo contrario – confiaban en sus riquezas y despreciaban la autoridad de Hashem.
Con el temor egoísta de que su riqueza sería reducida, no permitían el ingreso a extranjeros al país. Vigilaban sus posesiones tan celosamente que todos los árboles que crecían en los lugares públicos eran podados para quitar los frutos y que los pájaros no se beneficiaran de los mismos.
La constitución sodomita incluía las siguientes leyes:
1. Cualquier extranjero que se encuentre en el vencindario podrá ser despojado de su dinero y maltratado.
2. La obligación de un juez sodomita es la de asegurarse que todo viajero deje el país sin dinero.
3. Si alguien fuese encontrado entregando comida a un pobre o extranjero sería condenado a muerte.
4. Si alguien invitara a extraños a un casamiento sería castigado despojándole sus ropas del cuerpo.
Después de cumplir con la misión de informar a Sara del futuro nacimineto de Itzjak, el ángel Mijael dejó a sus dos compañeros y se volvió al Cielo. Refael y Gabriel siguieron viaje hacia S-dom. Gabriel fue ordenado destruir Sodoma y sus pueblos vecinos, mientras que la misión de Refael era la de salvar a Lot de las ruinas.
¿Por qué razón Hashem decretó el aniquilamiento de S-dom?
La Torá dice: "Mas los hombres de S-dom eran malos y pecadores para Hashem, en demasía" (Bereshit 13:13). Lo mismo se refería a los pueblos vecinos a S-dom – Amorá, Adma, Tzvoim y Tzoar. S-dom fue individualizada porque era la capital del distrito.
Los habitantes de estas ciudades eran asesinos y adúlteros, quienes se rebelaban a sabiendas contra Hashem. Sus actos eran similares a aquellos de la generación anterior al Diluvio.
¿Qué causó que los habitantes de S-dom fueran corruptos?
La gente de S-dom era la más rica del mundo pues la tierra de esa zona era extremadamente fértil. Más aún, poseía recursos naturales de oro, plata y piedras preciosas. Cuando un sodomita enviaba a su sirviente al patio trasero para arrancar una verdura, éste encontraba oro en la tierra. El resultado de la abundancia de la que gozaba la población de S-dom no incrementaba su gratitud hacia Hashem – sino todo lo contrario – confiaban en sus riquezas y despreciaban la autoridad de Hashem.
Con el temor egoísta de que su riqueza sería reducida, no permitían el ingreso a extranjeros al país. Vigilaban sus posesiones tan celosamente que todos los árboles que crecían en los lugares públicos eran podados para quitar los frutos y que los pájaros no se beneficiaran de los mismos.
La constitución sodomita incluía las siguientes leyes:
1. Cualquier extranjero que se encuentre en el vencindario podrá ser despojado de su dinero y maltratado.
2. La obligación de un juez sodomita es la de asegurarse que todo viajero deje el país sin dinero.
3. Si alguien fuese encontrado entregando comida a un pobre o extranjero sería condenado a muerte.
4. Si alguien invitara a extraños a un casamiento sería castigado despojándole sus ropas del cuerpo.
Una vez Eliezer, el sirviente de Abraham pasó por S-dom. Mientras caminaba por las calles, fue atacado y golpeado hasta sangrar por un sodomita.
Eliezer fue directamente al juez para exigir justicia.
-¿Qué pasó?- preguntó el juez.
-Este hombre me hirió- se quejó Eliezer.
-Este es un caso bien definido. Páguele a este hombre por haberle extraído su sangre- decidió el juez.
Eliezer no dudo. Tomó una vara y golpeó al juez hasta que sangró. Luego le dijo al juez – Ahora usted me debe dinero a mí por haberle extraído su sangre. En lugar de pagarmelo, págueselo al otro individuo directamente.
Cuando cayó la noche, los sodomitas invitaron a Eliezer a descansar en una cama para huéspedes. Los sodomitas tenían camas especiales para huéspedes. En medio de la noche, mientras el huésped dormía, venían con un cuchillo, si la altura del huésped era mas larga que la cama, le cortaban los pies y si era más corta que la cama, les estiraban las extremidades. -Aproveche nuestra oferta de alojarse en nuestra camas para huéspedes- le imploraron a Eliezer. Eliezer no aceptó.
-Lo siento, no puedo aceptar su invitación- contestó. -Desde que murió mi pobre madre prometí no volverme a acostar nunca más en ninguna cama.
Eliezer no había probado ningún bocado en todo el día porque se negaban a venderle comida. Ese día había un casamiento en S-dom, Eliezer siguió a la multitud y se sentó al final de una mesa. La ley decía que quien invitara a un extranjero a un casamiento sería despojado de su vestimenta. La gente se dio cuenta de la presencia del extraño y le preguntó -¿Quién lo invitó a usted a este casamiento?
-El señor de allí- contestó Eliezer, señalando a su vecino. El vecino se escapó rápidamente, temeroso que le creyeran a Eliezer y de perder toda su vestimenta. Eliezer se cambiaba de lugar y cuando le preguntaban otra vez quien lo había invitado, señaló a su nuevo vecino. Repitió este juego hasta que todos a su alrededor abandonaron sus asientos y el lugar quedó desierto. Eliezer se sentó cómodamente y consumió la comida solo.
Eliezer fue directamente al juez para exigir justicia.
-¿Qué pasó?- preguntó el juez.
-Este hombre me hirió- se quejó Eliezer.
-Este es un caso bien definido. Páguele a este hombre por haberle extraído su sangre- decidió el juez.
Eliezer no dudo. Tomó una vara y golpeó al juez hasta que sangró. Luego le dijo al juez – Ahora usted me debe dinero a mí por haberle extraído su sangre. En lugar de pagarmelo, págueselo al otro individuo directamente.
Cuando cayó la noche, los sodomitas invitaron a Eliezer a descansar en una cama para huéspedes. Los sodomitas tenían camas especiales para huéspedes. En medio de la noche, mientras el huésped dormía, venían con un cuchillo, si la altura del huésped era mas larga que la cama, le cortaban los pies y si era más corta que la cama, les estiraban las extremidades. -Aproveche nuestra oferta de alojarse en nuestra camas para huéspedes- le imploraron a Eliezer. Eliezer no aceptó.
-Lo siento, no puedo aceptar su invitación- contestó. -Desde que murió mi pobre madre prometí no volverme a acostar nunca más en ninguna cama.
Eliezer no había probado ningún bocado en todo el día porque se negaban a venderle comida. Ese día había un casamiento en S-dom, Eliezer siguió a la multitud y se sentó al final de una mesa. La ley decía que quien invitara a un extranjero a un casamiento sería despojado de su vestimenta. La gente se dio cuenta de la presencia del extraño y le preguntó -¿Quién lo invitó a usted a este casamiento?
-El señor de allí- contestó Eliezer, señalando a su vecino. El vecino se escapó rápidamente, temeroso que le creyeran a Eliezer y de perder toda su vestimenta. Eliezer se cambiaba de lugar y cuando le preguntaban otra vez quien lo había invitado, señaló a su nuevo vecino. Repitió este juego hasta que todos a su alrededor abandonaron sus asientos y el lugar quedó desierto. Eliezer se sentó cómodamente y consumió la comida solo.
El pueblo de S-dom tenían turnos para que pastara el ganado de todos los habitantes de la ciudad, conforme a una regla: -Quien poseyera un buey deberá vigilar los animales de todos por un día. Quien no tuviera ningún buey deberá vigilar los animales de todos durante dos días". Si un residente de S-dom construyera una pila de ladrillos para marcar una señal en el camino, al poco tiempo se encontraría que todos desaparecieron porque cada uno del pueblo se había llevado uno hasta que no quedara ninguno. De la misma forma, si alguien desparramaba cebollas y ajo para secar, pronto no quedaba nada porque cada uno del pueblo se arrebataba "sólamente" uno.
Una vez un hombre de Eilam salió de viaje. Salió con su burro y ató sobre su lomo una alfombra cara y colorida.
A la caída del sol, pasó por S-dom y buscó alojamiento por esa noche, pero nadie lo hacía pasar.
Finalmente un hábil y malvado sodomita llamado Jedor se le acercó y le preguntó quien era.
-Vengo de Jevron y voy camino a mi casa en Eilam. Como el sol se puso, debo pasar la noche en esta ciudad, pero nadie me invita a pasar. Tengo comida para mí y mi burro. Lo único que necesito es un lugar para dormir.
-Venga a mi casa- dijo Jedor -Lo invito a comer también.
El huésped entró, le entregó a Jedor su alfombra de valor para que se la guardara y alimentó a su burro.
Al día siguiente, el huésped quería retirarse, pero Jedor le insistió para que se quedara otro día más. Aceptó, comió más comidas y se alojó allí otra noche más.
Al día siguiente, cuando expresó su deseo de partir, Jedor nuevamente insistió para que se quedara.
Al tercer día, el huésped insistió que debía partir.
-Entrégueme la alfombra y la soga para atarla al burro y déjeme partir- le dijo a Jedor.
-¿A qué se refiere?- preguntó Jedor.
-Me refiero a la alfombra colorida que le entregué para que guardara cuando llegué.
-Entonces ésta es la interpretación de su sueño- contestó Jedor. La soga a la que se refiere significa que vivirá una vida larga en la tierra, tan larga como la soga. La alfombra multicolor es el viñedo del cual será propietario y donde plantará todo tipo de árboles.
-Yo no estaba soñando cuando le entregué la soga y la alfombra- exclamó el huésped. -Estaba despierto.
-¿De qué se queja?- contestó Jedor. -¿Acaso no le dí una interpretación favorable? En realidad, me debe cuatro piezas de oro por mi brillante explicación, pero solo le pediré tres.
El hombre gritó y pataleó diciendo: -¡Vayamos al juez!
Se presentaron ante el juez sodomita y Jedor relató que su huésped había tenido un sueño mientras que el hombre alegaba que había estado despierto.
El juez dictaminó: Jedor es famoso en este pueblo por su gran habilidad para interpretar sueños.
-Pero yo le entregué la soga y la alfombra por el día- insistió el huésped.
-No es verdad- contradijo Jedor. Tú me debes cuatro piezas deoro por mi interpretación mas el precio total de las comidas que consumiste en mi casa. Cuando el huésped protestó, el juez ordenó expulsar al extraño. Todos los habitantes de S-dom se congregaron, le gritaron y lo echaron de la ciudad mientras éste lloraba amargamente.
A la caída del sol, pasó por S-dom y buscó alojamiento por esa noche, pero nadie lo hacía pasar.
Finalmente un hábil y malvado sodomita llamado Jedor se le acercó y le preguntó quien era.
-Vengo de Jevron y voy camino a mi casa en Eilam. Como el sol se puso, debo pasar la noche en esta ciudad, pero nadie me invita a pasar. Tengo comida para mí y mi burro. Lo único que necesito es un lugar para dormir.
-Venga a mi casa- dijo Jedor -Lo invito a comer también.
El huésped entró, le entregó a Jedor su alfombra de valor para que se la guardara y alimentó a su burro.
Al día siguiente, el huésped quería retirarse, pero Jedor le insistió para que se quedara otro día más. Aceptó, comió más comidas y se alojó allí otra noche más.
Al día siguiente, cuando expresó su deseo de partir, Jedor nuevamente insistió para que se quedara.
Al tercer día, el huésped insistió que debía partir.
-Entrégueme la alfombra y la soga para atarla al burro y déjeme partir- le dijo a Jedor.
-¿A qué se refiere?- preguntó Jedor.
-Me refiero a la alfombra colorida que le entregué para que guardara cuando llegué.
-Entonces ésta es la interpretación de su sueño- contestó Jedor. La soga a la que se refiere significa que vivirá una vida larga en la tierra, tan larga como la soga. La alfombra multicolor es el viñedo del cual será propietario y donde plantará todo tipo de árboles.
-Yo no estaba soñando cuando le entregué la soga y la alfombra- exclamó el huésped. -Estaba despierto.
-¿De qué se queja?- contestó Jedor. -¿Acaso no le dí una interpretación favorable? En realidad, me debe cuatro piezas de oro por mi brillante explicación, pero solo le pediré tres.
El hombre gritó y pataleó diciendo: -¡Vayamos al juez!
Se presentaron ante el juez sodomita y Jedor relató que su huésped había tenido un sueño mientras que el hombre alegaba que había estado despierto.
El juez dictaminó: Jedor es famoso en este pueblo por su gran habilidad para interpretar sueños.
-Pero yo le entregué la soga y la alfombra por el día- insistió el huésped.
-No es verdad- contradijo Jedor. Tú me debes cuatro piezas deoro por mi interpretación mas el precio total de las comidas que consumiste en mi casa. Cuando el huésped protestó, el juez ordenó expulsar al extraño. Todos los habitantes de S-dom se congregaron, le gritaron y lo echaron de la ciudad mientras éste lloraba amargamente.
La hija de Lot, P-lotit estaba casada con un eminente sodomita. Una vez notó la presencia de un mendigo hambriento en las calles de la ciudad y tuvo lástima de él. Escondió algo de pan en un cántaro con el que solía ir a la fuente a buscar agua. Camino a la fuente, le entregaría la comida al mendigo en secreto. La gente de S-dom preguntó -¿Cómo puede ser que este pobre aún permanece con vida? Alguien debe estar manteniéndolo. Vigilaron al mendigo y descubrieron que la hija de Lot le entregaba pan en secreto. La ley ordenaba que si alguien ayudaba con comida a un pobre fuera quemado.
La joven gritó -Amo del Universo, mirá lo que me estan por hacer y castiga al pueblo de S-dom.
Su llanto llegó hasta el Trono Celestial.
Hashem dijo -"Descenderé para juzgar sus actos. Merecen la destrucción por el crimen cometido contra la joven". Hashem y un Beit Din de setenta y un ángeles descendieron para juzgar a la ciudad y la condenaron a la destrucción.
La caída de S-dom no ocurrió de repente sin previo aviso. Veinticinco años antes de su aniquilación, Hashem provocó terremotos y temblores en la región a fin de despertar la teshuvá entre sus habitantes, pero ellos hicieron caso omiso a las advertencias Divinas.
La joven gritó -Amo del Universo, mirá lo que me estan por hacer y castiga al pueblo de S-dom.
Su llanto llegó hasta el Trono Celestial.
Hashem dijo -"Descenderé para juzgar sus actos. Merecen la destrucción por el crimen cometido contra la joven". Hashem y un Beit Din de setenta y un ángeles descendieron para juzgar a la ciudad y la condenaron a la destrucción.
La caída de S-dom no ocurrió de repente sin previo aviso. Veinticinco años antes de su aniquilación, Hashem provocó terremotos y temblores en la región a fin de despertar la teshuvá entre sus habitantes, pero ellos hicieron caso omiso a las advertencias Divinas.
* * * *
El nacimiento de Itzjak
¿Qué tenía de especial el quince de Nisan? ¿Por qué el sol, la luna y las estrellas se regocijaban en el cielo y por qué la gente en la tierra estaba feliz?
Todos sabían que la esposa de Abraham, Sara, una mujer de noventa años había dado a luz un varón.
El día del nacimiento, una abundancia de bendiciones milagrosas llovieron sobre la tierra. Las mujeres estériles concibieron, los ciegos recobraron la vista y las personas retardadas fueron bendecidas con la inteligencia.
-Quien escuche del nacimiento también se regocijara- exclamó Sara -porque Hashem bendijo a todo el mundo por mí.
Todos hablaron del alegre acontecimiento.
-¿Sabías que la esposa de Abraham tuvo un varón?
-¡Imposible! Se sabe que es estéril y debe tener unos noventa años.
-Fue un milagro. Fue rejuvenecida por Hashem. Parece una joven y su cabello es negro.
-Su embarazo y parto fue poco habitual. No tuvo dolores.-
No lo creo -dijo uno. -Seguramente Hagar dio a luz y ellos dicen que fue Sara.
-Quizás ni siquiera se trata de un hijo de Abraham. No tuvo más hijos después de Ishmael y tiene cien años. Seguramente trajeron un niño extraño a la casa y dijeron que era su hijo.
Las lenguas maliciosas tenían otra versión más. – Se sabe que Sara fue llevada al palacio de Avimelej y se dice que fue devuelta intacta. La verdad debe ser muy diferente. El padre de esta criatura es Avimelej.
-Vayamos a la casa de Abraham y cercioremonos.
Al mirar al recién nacido, todos tuvieron que admitir que era el hijo de Abraham. Hashem había moldeado sus rasgos con tal semejanza a los de Abraham que el niño era la imagen viviente de su padre.
Un milagro había ocurrido para erradicar los falsos rumores acerca de que Sara realmente no había dado a luz, sino que había traído un niño abandonado a la casa. Hashem secó los pechos de todas las mujeres nobles para que no pudieran amamantar a sus bebes. Sara, por otro lado, fue bendecida con abundante leche. Todas las mujeres le trajeron sus hijos y ella no sólo amamantó a su propio hijo sino a todos los bebés que le traían.
-Alimenta a todos los niños que traigan las mujeres- Abraham le ordenó. -Eso será el mejor kidush Hashem. Ahora todos creerán en el milagro que nos ocurrió y reconocerán la grandeza de Hashem.
Las mujeres tenían distintas motivaciones cuando acercaban sus hijos a Sara. Aquellas mujeres que le traían sus bebes con motivaciones puras, porque estaban ansiosas de que sus hijos tomaran leche de una tzadeket, fueron compensadas pues sus hijos crecieron temerosos de Di-s. Pero, aun si una mujer iba solo por curiosidad, para cerciorarse que los rumores acerca de que Sara había dado a luz estaban fundamentados, su hijo era compensado en este mundo – crecía para convertirse en un gobernante.
Cuando Itzjak tenía ocho días, Abraham lo circuncidó conforme a los preceptos de Hashem. Celebró la brit milá con una comida festiva. Cuando Itzjak dejo de ser amamantado a los dos años, Abraham otra vez organizó un banquete al que asistieron todas las personas ilustres de la generación. Los Roshei Ieshiva Shem y Eiver estuvieron presentes, el rey filisteo Avimelej participó y el gigante Og también, así como los treinta y un reyes que vivían en Eretz Canaan.
Todos sabían que la esposa de Abraham, Sara, una mujer de noventa años había dado a luz un varón.
El día del nacimiento, una abundancia de bendiciones milagrosas llovieron sobre la tierra. Las mujeres estériles concibieron, los ciegos recobraron la vista y las personas retardadas fueron bendecidas con la inteligencia.
-Quien escuche del nacimiento también se regocijara- exclamó Sara -porque Hashem bendijo a todo el mundo por mí.
Todos hablaron del alegre acontecimiento.
-¿Sabías que la esposa de Abraham tuvo un varón?
-¡Imposible! Se sabe que es estéril y debe tener unos noventa años.
-Fue un milagro. Fue rejuvenecida por Hashem. Parece una joven y su cabello es negro.
-Su embarazo y parto fue poco habitual. No tuvo dolores.-
No lo creo -dijo uno. -Seguramente Hagar dio a luz y ellos dicen que fue Sara.
-Quizás ni siquiera se trata de un hijo de Abraham. No tuvo más hijos después de Ishmael y tiene cien años. Seguramente trajeron un niño extraño a la casa y dijeron que era su hijo.
Las lenguas maliciosas tenían otra versión más. – Se sabe que Sara fue llevada al palacio de Avimelej y se dice que fue devuelta intacta. La verdad debe ser muy diferente. El padre de esta criatura es Avimelej.
-Vayamos a la casa de Abraham y cercioremonos.
Al mirar al recién nacido, todos tuvieron que admitir que era el hijo de Abraham. Hashem había moldeado sus rasgos con tal semejanza a los de Abraham que el niño era la imagen viviente de su padre.
Un milagro había ocurrido para erradicar los falsos rumores acerca de que Sara realmente no había dado a luz, sino que había traído un niño abandonado a la casa. Hashem secó los pechos de todas las mujeres nobles para que no pudieran amamantar a sus bebes. Sara, por otro lado, fue bendecida con abundante leche. Todas las mujeres le trajeron sus hijos y ella no sólo amamantó a su propio hijo sino a todos los bebés que le traían.
-Alimenta a todos los niños que traigan las mujeres- Abraham le ordenó. -Eso será el mejor kidush Hashem. Ahora todos creerán en el milagro que nos ocurrió y reconocerán la grandeza de Hashem.
Las mujeres tenían distintas motivaciones cuando acercaban sus hijos a Sara. Aquellas mujeres que le traían sus bebes con motivaciones puras, porque estaban ansiosas de que sus hijos tomaran leche de una tzadeket, fueron compensadas pues sus hijos crecieron temerosos de Di-s. Pero, aun si una mujer iba solo por curiosidad, para cerciorarse que los rumores acerca de que Sara había dado a luz estaban fundamentados, su hijo era compensado en este mundo – crecía para convertirse en un gobernante.
Cuando Itzjak tenía ocho días, Abraham lo circuncidó conforme a los preceptos de Hashem. Celebró la brit milá con una comida festiva. Cuando Itzjak dejo de ser amamantado a los dos años, Abraham otra vez organizó un banquete al que asistieron todas las personas ilustres de la generación. Los Roshei Ieshiva Shem y Eiver estuvieron presentes, el rey filisteo Avimelej participó y el gigante Og también, así como los treinta y un reyes que vivían en Eretz Canaan.
El propósito de Abraham al celebrar el día en que Itzjak dejo de ser amamantado fue para santificar el Nombre de Hashem en público. Todos los presentes podían testificar el hecho que Sara aún seguía bendecida con tanta abundancia de leche que podía seguir amamantando a Itzjak. Era evidente que no lo destetó por falta de leche, sino porque estaba crecido. Consecuentemente, todos los invitados creyeron en el milagro del rejuvenecimiento de Sara y se dieron cuenta que Hashem había cumplido con Su promesa hacia Abraham.
Los invitados comentaron al gigante Og -¿Acaso no decías repetidamente que Abraham era una mula estéril sin hijos? Mira, ahora tiene un hijo varon.
-¿Ese pequeño bebe allí?- preguntó Og en forma despectiva – Yo podría aplastarlo con mi dedo pequeño.
Hashem dijo -"Te prometo a ti, Og, que vivirás para ver a decenas de miles de descendientes del hijo de Abraham. Y finalmente, caerás en sus manos".
-¿Ese pequeño bebe allí?- preguntó Og en forma despectiva – Yo podría aplastarlo con mi dedo pequeño.
Hashem dijo -"Te prometo a ti, Og, que vivirás para ver a decenas de miles de descendientes del hijo de Abraham. Y finalmente, caerás en sus manos".
(Con la amable autorización de www.tora.org.ar)
5/27/2011
el comentario de estos estudios son perfecto y sanos me gusta mucho estos comentario tienen enseñanza que solo el pueblo de Israel conoce esa exquisitez que llevan en la sangre, bendito es el pueblo de Israel que enseña esto de nuestro Dios.