El Secreto del Dreidel
¿De dónde nos vienen los rasgos negativos? ¿Qué fuerzas maléficas están trabajando sobre nosotros? Y más importante aún, ¿cómo podemos liberarnos de ello...?
¿De dónde nos vienen los rasgos negativos? ¿Qué fuerzas maléficas están trabajando sobre nosotros? Y más importante aún, ¿cómo podemos liberarnos de ello…?
Las velas de Janucá deben ser encendidas antes de las velas del Shabat, pero si, inadvertidamente, uno enciende las velas del Shabat primero, no es necesario encender las velas de Janucá después.
El Dreidel (trompo)
Existen mundos Arriba y existen mundos abajo. Está el Cielo – está el infierno. Todo aquí, en el planeta Tierra. De la misma manera, hay dos caminos para superar la separación entre ambos: o bien tú te elevas hacia Arriba o bien haces que lo de Arriba descienda.
Para elevarte hacia los ámbitos superiores debes santificarte y estar preparado. Debes hacerte digno de entrar en esos mundos y elevarte a través de la meditación.
Esta es la tarea espiritual del Shabat, cuando cesamos todo trabajo mundano. Este dejar de actuar y de pensar nos permite santificarnos y estar preparados. La elevación está simbolizada por las velas del Shabat, que se levantan encendidas hacia el Cielo. Mediante esto elevamos el mundo entero y lo devolvemos a su Fuente, llevándolo hacia el Cielo. El Shabat así conmemora el Éxodo de Egipto, que tuvo lugar por sobre el marco de las leyes de la naturaleza.
En contraste, para atraer a Di-s hacia los mundos inferiores y revelar aquí Su Presencia, no necesitas prepararte de la misma manera como cuando debes ir Arriba. No necesitas abandonar tus tareas mundanas. Sólo debes comprender que Di-s está en ellas. No necesitas buscar la Luz Arriba, sino percibirla aquí, delante tuyo.
Revelar a Di-s en el mundo material es el trabajo espiritual de Janucá. Encendemos sus velas para "traer a Di-s abajo", para revelarLo en nuestros mundos inferiores. Encendemos las velas cerca del suelo, simbolizando que Di-s se está revelando en los niveles inferiores. Así, en Janucá se permite trabajar, dado que los milagros se produjeron dentro del marco de las leyes naturales.
Por tanto, luego de encender las velas del Shabat, no necesitamos encender entonces las velas de Janucá (Mekor Jaim 678-79; Mishná Jasidim, Masejet Kislev III:3; Maguid de Koznitz, final del comentario sobre Rav Shamai). Ya has elevado todos los mundos y los has unificado con su Fuente. No hay más mundos inferiores en los cuales revelar la Fuente. Ya te has vuelto Uno con Di-s Arriba y no hay más necesidad de revelarLo como la Fuente.
Sin embargo, en un nivel más profundo, estos dos tipos de velas son uno: las luces de Janucá y las luces del Shabat (carta impresa al final del Likutey Halajot, Oraj Jaim, vol. I). Di-s está por igual en todos lados – Él puede ser encontrado tanto en el Cielo como en el infierno. Él está allí, en el deleite de tu experiencia de devekut, y es Él quien te mantiene a través de los tormentos del infierno. Con sólo abrir tus ojos puedes encontrarLo en todas partes, si abres tu corazón a Su Presencia. Él puede ser hallado en todas partes, si comprendes que no hay absolutamente ningún lugar vacío de Su Presencia.
La experiencia del Cielo y del infierno son de hecho dos lados de una misma moneda. Sin la experiencia del más profundo sufrimiento, nunca conocerás la verdadera felicidad. Sufrimiento y deleite deben así alternarse, pues giran alrededor del mismo eje. Ambos nos son dados para permitirnos experimentar el que ambos son diferentes aspectos del Uno.
Este es el secreto del dreidel de Janucá, el símbolo de que todas las cosas son Uno. Los mundos están representados por los lados del dreidel, que giran alrededor de un mismo eje. En un momento de la vida puedes encontrarte en los mundos superiores, sólo para caer más tarde a los inferiores. Pero siempre debes recordar que es sólo tu percepción la que te distancia de Di-s; no estás más lejos de Di-s que tu propia percepción (Sabiduría y Enseñanzas del Rabí Najmán de Breslov 40).
Enciende tus velas de Janucá; elévate con sus llamas hacia Di-s. Medita sobre el hecho de que esas llamas son parte de la Unidad…
– Extraído de "Januca con el Rabí Najmán de Breslov" escrito por Ioshúa Starret –
(Gentileza: www.tora.org.ar)
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