“¡No Toques el Volante!”

Pase lo que pase. dejé el volante. temblando. mi pié todavía sobre el acelerador. paso un minuto, pasaron dos. estaba vivo. abrí los ojos y...

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Rabino Erez Moshé Dorón

Posteado en 06.04.21

Pase lo que pase. dejé el volante.  temblando. mi pié todavía sobre el acelerador. paso un minuto, pasaron dos. estaba vivo. abrí los ojos. "Así debo conducirme todo el camino…?"

Un Frío y lluvioso día.
La carretera ante mí y el viento me golpea en la cara.
De pronto, un poco antes de la curva, me dijo: "¡No toques el volante!"
 
"¿Qué?" respondí, "ciertamente no hablas en serio."
"No toques el volante," dijo la voz, tranquilamente.
 
La curva se estaba acercando.
 
"¿Estás seguro de lo que dices?", le pregunté.
 
Por tener años de experiencia, ya he aprendido que cuando me habla, debo escucharle con toda seriedad. Pero esta vez esto me parecía alucinante, completamente imposible.
Alejé mis manos solo un poquitito del volante, tocando – no tocándolo, mi pie pronto sobre el freno, y asi entramos en la curva. No chocamos con ninguna pared. No descarrilamos. Todo sucedió sin problemas. Pero yo sabía la verdad – no lo solté completamente.
 
Ya nos acercábamos a la próxima curva.
"No lo toques," me dijo. "Puedes modificar los cambios, la velocidad, frenar, señalar, bocinar, adelantarte a otro vehículo, poner música si quieres, pero al volante – no toques."
Pase lo que pase. Dejé el volante. temblando. Mi pié todavía sobre el acelerador.
Paso un minuto, pasaron dos, estaba vivo. Abrí los ojos. El Viaje transcurrió como de costumbre.
"Así debo conducirme todo el camino?", le pregunté.
"Todo el camino", fue la respuesta.
 
"Y llegaremos a nuestro destino?," seguí inquiriendo.
"Sólo de esta manera llegaremos."
"Tal vez no haré nada y Tu manejarás," sugerí con toda seriedad.
"No, éste es tu coche, tu debes manejarlo, tu determinas la velocidad."
"Y la dirección?"
"Yo la determino, ¿entiendes?"
"Pero esto es atemorizante."
"Es más atemorizante tomar un camino sin saber a donde se debe llegar, ¿no te parece?"
 
"Realmente no sé."
"Cuando te costumbres, comenzarás a disfrutarlo. Tu sólo eres Mi viajero."
 
"¿Estás seguro?"
"Esto se llama fe."
"Bueno, lo dejo."
"Pero completamente."
 
"Permíteme acostumbrarme."
 
"Ya te lo permití."
 
"Está bien."
"Cada vez que tomas el volante, te conectas a la naturaleza. Pierdes tu conexión conmigo. Todo contacto tuyo con el volante los honores, dinero, ambiciones, éxitos, trabajo, vida de pareja, la educación de los hijos, la familia, tus tareas, tus estudios… todo se podría arreglar mucho mejor, si hubieras hecho lo que debes pero sin tocar el volante. después de todo tu no sabes el camino."
 
"Realmente no lo sé."
 
"Cuando te acostumbres, comenzarás a disfrutarlo. Tu sólo eres Mi viajero."

(Traducído del libro "Lev HaOlam Ata")

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