Consejos Para Lograr la Fe
La fe depende de la boca del hombre. Cuando alguien quiere reforzarla o recuperarse de una caída, el consejo es que pronuncie palabras de fe según su comprensión...
La fe depende de la boca del hombre. Cuando alguien quiere reforzarla o recuperarse de una caída, el consejo es que pronuncie palabras de fe según su comprensión…
Consejos adicionales para lograr la fe:
Clamor
Cuando la fe es deficiente, podemos lograrla clamando al Creador, como ha hecho el Rey David, como está escrito (Salmos 27:7): "Oh Eterno, oye mi voz cuando clamo".
Gracias al clamor al Creador, podemos elevar y aumentar nuestra fe hasta la desaparición de todos nuestros pensamientos de herejía. Y aunque no lo logremos inmediatamente, el clamor en sí mismo es beneficioso. Tal clamor no debe ser necesariamente audible, incluso un clamor silencioso expresado dentro del corazón es bueno.
El hecho que el hombre clama al Creador, aun desde su corazón, demuestra que todavía tiene una chispa de la sagrada fe, porque sin esta, no clamaría en absoluto. Esto demuestra, que el clamor mismo es una expresión de fe, por el cual la pequeña chispa se transforma en una luminosa llama de fe.
Pronunciando palabras de fe
La fe depende de la boca del hombre. Cuando alguien quiere reforzarla o recuperarse de una caída, el consejo es que pronuncie palabras de fe según su comprensión, como está escrito en los Salmos (89:2): "Proclamaré Tu fe con mi boca", es decir que es necesario expresar la fe con los labios. Cuando el hombre comprueba un relajamiento en su fe, sintiéndose en la oscuridad y teniendo dificultades para sentir la presencia del Creador, debe expresar palabras de fe y decir claramente:"Yo creo con fe completa que el Creador es Único e incomparable; que Él me ve, me protege, me supervisa en cada minuto del día durante toda mi vida; Él me ama siempre, en toda circunstancia, y Él escucha mis plegarias constantemente".
Cada uno debe continuar pronunciando palabras de fe con el fin de reforzarse, según el tema que quiere consolidar, por ejemplo: "Yo creo que el Creador, es el Único que alimenta y sostiene a todas las criaturas. Estoy seguro que me enviará mi sustento"; o "Yo creo que el Creador es el Médico de toda carne, y el Único que me puede curar"; o "Yo creo que el Creador es el Único que me pueda dar el consejo correcto para tal o cual problema", etc. Cuando pronunciamos palabras de fe, se despierta la chispa de la auténtica fe que está presente en cada ser humano, y entonces merecemos adquirirla. (Expansión del Alma, 45).
Pronunciando palabras de fe, estimulamos la chispa que tenemos dentro, la cual enciende una radiante llama de fe que no sólo calienta el alma e ilumina nuestra oscuridad interna, sino que invoca también la Divina Compasión.
Por el contrario, hay que tener mucho cuidado de no proferir ninguna palabra de herejía o de incredulidad, ni en sorna, es decir que aunque la persona es creyente dentro de su corazón, y sólo dice una expresión de herejía para burlarse del hereje, es también dañino a su fe. Las palabras de herejía o agnosticismo sean cuales fueran, extinguen la chispa de la fe y dejan el alma del hombre fría y oscura.
El "Auto-juicio"
Ya hemos mencionado anteriormente el "Auto-juicio", pero es importante saber que su realización es también muy aconsejable para alcanzar la fe, es decir la costumbre de juzgarse cada día por cada pensamiento, palabra oacción y preguntarse si es apropiado conducirse así o no. Juzgándonos sobre todo,con la creencia que el Creador nos ve y vigila nuestras acciones, implanta la fe dentro nuestros corazones.
El hombre temeroso de Di-s, ciertamente no dejará que el Creador lo juzgue por cada uno de sus pensamientos, palabras y acciones. Por consiguiente, éladelantará su "Auto-juicio", se confesará, arrepentirá, pedirá perdón por todo, y corregirá sus acciones, sin esperar un Juicio Divino.
Pero, el que no se juzga, demuestra de esta manera que se siente como "su propio dueño", y que no tiene que rendir cuentas a nadie. Esto demuestra una gran falta de fe, porque según la fe, hay un Orden, un Juicio y un Juez.
El simple "Temor al castigo" es el fundamento de la fe. Sin esto, no puede existir la auténtica fe. Y lo más importante, sin esto no podremos alcanzar el "Temor a la grandeza del Creador", que representa el nivel más alto del "Temor a Di-s", al que hay que aspirar y que es lo esencial de la fe. Sin embargo, cuando el hombre se esfuerza por conducirse según el básico "Temor a Di-s", que es el "Temor al castigo" y que se manifiesta juzgándose una vez al día sobre todo lo pasado enel día anterior, la fe echa raíces en él y así puede también llegar a una fe tangible, y finalmente, al "Temor a la grandeza del Creador".
Conviene aquí recordar y advertir de nuevo al estimado lector, que está prohibido caer en la tristeza a causa del "Auto-juicio". Tan pronto alguien percibe que su "Auto-juicio" lo lleva a la tristeza, debe detener todo, y rezar por la fe y la alegría, con el fin de creer que todo está bajo la Supervisión Divina para bien; hasta sus faltas espirituales están debajo de ella, según su misión en este mundo. La razón por la cual no consigue corregirlas por ahora, es debido a que el Creador quiere que aumente sus plegarias. Sólo cuando esté alegre, podrá seguir juzgándose.
Continuará…
(Extraído del libro "En el Jardín de la Fe" por R.S. Arush, Director de las Instituciones "Jut Shel Jésed" – "Hilo de Bondad")
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