Ganar en vez de Perder
En lugar de entristecernos por las pérdidas despilfarrando un tiempo precioso, podemos ganar muchísimo en cada instante...
La Fe y los Rasgos del Carácter – Tristeza #8:
En lugar de entristecernos por las pérdidas despilfarrando un tiempo precioso, podemos ganar muchísimo en cada instante…
El bien contra el mal
Una de las tácticas más efectivas de la Mala Inclinación para hundir al hombre en la tristeza, consiste en acentuar sus defectos y privaciones frente a sus propios ojos, ocultando totalmente sus buenos puntos en el campo material, y especialmente en lo espiritual. Así el hombre es atrapado en una red de tristeza y desesperación sin ninguna razón, porque en cada hombre se encuentra mucho bien y realiza mucho bien. Si el hombre hubiera visto todo lo bueno que posee, se fortalecería diciéndose que si lo logró hasta ahora, ciertamente podrá en adelante alcanzar mucho más y tener éxito. De esta forma siempre estaría contento y nada le podría hacer caer de esa alegría.
¿A qué es esto comparable? A un hombre que trabaja en la bolsa de valores y gana millones de dólares a cada instante. De pronto, llega alguien y le fastidia: “¡Oye, no prestaste atención, recién perdiste unos miles de dólares! ¡Ay, qué pena!, ¿¿qué vas a hacer??”.
El comerciante le responde: “¿Piensas que esto debe preocuparme? En cada instante gano millones de dólares. Es una lástima perder mi tiempo pensando de unos pocos miles. Más tarde, al final del día, reflexionaré sobre esto y veré cuál fue el problema para no repetirlo. Ahora, ¡prosigue tu camino, me estás molestando a ganar mis millones!”.
Así es con cada uno de nosotros, en lugar de entristecernos por las pérdidas despilfarrando un tiempo precioso, podemos ganar muchísimo en cada instante si continuamos observando los Preceptos Divinos, pues cada uno de ellos vale más que millones y alegra al hombre que los cumple, tal como está escrito (Salmos 19:9–11): “Los Preceptos del Eterno son rectos, alegran el corazón… Son más deseables que el oro, más que el oro fino”, y también (Salmos 119:72): “La Ley de Tu boca es mejor para mí que millares de monedas de oro y plata”.
Por consiguiente, el hombre debe ser inteligente y no considerar lo malo que hay en él, sino solamente lo bueno; debe aumentarlo, desarrollarlo y regocijarse por ello el día entero. Solamente después, en su hora de “Aislamiento” (“Hitbodedút”), realizará un examen de conciencia donde considerará los aspectos en su vida que no son como es debido, para intentar corregirlos. No obstante, en el resto del día estará alegre, sin prestarles atención.
Continuará…
(Extraído del libro "En el Jardín de la Fe" por Rabi Shalom Arush, Director de las Instituciones "Jut Shel Jésed" – "Hilo de Bondad")
9/05/2016
Como Creador solo quiere nuestro bien!
La claridad de sus textos Rab nos iluminan. He pensado que si uno hace ese pequeño esfuerzo para pensar que hasta lo aparentemente malo es bueno, el mismo Creador nos levanta y hace más ligera nuestra carga. El Eterno carga con nuestra carga, como cuando hizo su pacto con Abraham, mientras este dormía. Si alimentamos la emuná confiaremos más en EL y se nos hará más ligera la lucha pues EL nos da la victoria! Bendiciones! Ojalá pueda ganarme su libro En el Jardín de la Fe! Saludos!
9/05/2016
La claridad de sus textos Rab nos iluminan. He pensado que si uno hace ese pequeño esfuerzo para pensar que hasta lo aparentemente malo es bueno, el mismo Creador nos levanta y hace más ligera nuestra carga. El Eterno carga con nuestra carga, como cuando hizo su pacto con Abraham, mientras este dormía. Si alimentamos la emuná confiaremos más en EL y se nos hará más ligera la lucha pues EL nos da la victoria! Bendiciones! Ojalá pueda ganarme su libro En el Jardín de la Fe! Saludos!