Los hitos de la vida – Masei

“Estos son los viajes de los Hijos de Israel”.

La Torá no es un libro de historia ni una biografía del pueblo judío; la Torá se llama “La Ley Escrita” porque enumera los seiscientos trece mandamientos que rigen la forma en que los judíos deben vivir la vida, y que fueron dictados por Hashem a Moisés. Por lo tanto, uno podría preguntarse por qué la Torá enumera cada uno de los viajes. Sabemos que la sabiduría de la Torá es eterna; como tal, ¿cuál es el mensaje atemporal que aprendemos de los viajes de nuestros antepasados en el Sinaí?

Rabi Najman de Breslov enseña (Likutei Moharan I:25) que las klipot – las cáscaras de impureza que rodean la santidad en cada nivel espiritual – son “las fantasías, las cavilaciones, las lujurias, las confusiones y los obstáculos” de cada nivel espiritual, que uno sólo puede superar ponderando la magnificencia de Hashem. “Sabrás”, dice Rabi Najman, “que todos y cada uno de los mundos y todos y cada uno de los niveles espirituales tienen su propio conjunto de fantasías y demás; cuando una persona progresa de un nivel a otro, entonces debe necesariamente atravesar estas fantasías [confusiones, obstáculos, etc. – LB] para alcanzar la santidad, y en el momenot en que asciende a un nuevo nivel espiritual, entonces las klipot en ese nivel se despiertan para rodearlo; uno debe entonces someterlas y destrozarlas, para purificar el lugar [nivel – LB] de las klipot”.

Con la gracia de Hashem, y si no me equivoco, la descripción de la Torá de cada uno de los viajes de un lugar a otro en el desierto, junto con los relatos de las pruebas y tribulaciones que el pueblo de Israel experimentó en cada lugar del camino, aluden a la odisea espiritual individual de cada judío. Todos podemos pensar en los hitos de nuestros primeros y tiernos pasos en este mundo, en las distintas estaciones de nuestro viaje por la vida que nos han llevado hasta donde estamos hoy. De acuerdo con las enseñanzas anteriores de Rabi Najman, necesariamente debemos luchar tenazmente a través de las klipot, los obstáculos que intentan e impiden que alcancemos la santidad central de cada nivel espiritual. Nuestra tarea en este mundo es continuar valientemente en nuestro viaje espiritual para perfeccionar nuestras almas y alcanzar la proximidad a Hashem alcanzando la santidad de cada nivel espiritual.

Uno puede preguntarse: “¿Por qué no puedo vivir una vida de ocio en un nivel espiritual estático? ¿Por qué debo estar en movimiento toda mi vida espiritual?”. La respuesta es sencilla: el agua estancada se vuelve pútrida, mientras que el agua fresca fluye. Para alcanzar el objetivo de la corrección del alma, hay que progresar constantemente.

Hashem nos envía en nuestro viaje por la vida para que perfeccionemos nuestras almas. Al soportar las dificultades, pruebas y tribulaciones de la vida, alcanzamos nuestras “habilidades” requeridas de emuná en Hashem, ya que sin este viaje y sus desafíos, nunca llegaríamos a conocer a Hashem ni a hacer el progreso espiritual necesario para corregir y refinar nuestras almas.

Que Hashem nos ayude a todos a alcanzar nuestro destino personal, y nuestro destino mutuo al Beis Hamikdash en la Jerusalén reconstruida, amén.