Sola en el Desierto

Tienen que saber que a mí no me gustan los desiertos. Los desiertos son lugares calientes y peligrosísimos en los que no hay agua…

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Rivka Levi

Posteado en 05.04.21

Tienen que saber que a mí no me gustan los desiertos. Los desiertos son lugares calientes y peligrosísimos en los que no hay agua…

Una de las cosas que me más me impactaron cuando estaba leyendo el libro “La Sabiduría Femenina”, el nuevo libro del Rabino Arush en español sobre la paz hogareña, fue su descripción de cómo el Pueblo de Israel tuvo que “atravesar el desierto” antes de recibir la Torá.

Uno de los cinco libros del Pentateuco es llamado “Bamidbar” (Números), o sea, “En el Desierto” y el desierto aparece muchas veces en los relatos de la Torá. Pero antes de que leyera este libro, todavía no había entendido del todo el significado de “el desierto”.

Tienen que saber que a mí no me gustan los desiertos. Los desiertos son lugares calientes y peligrosísimos en los que no hay agua y en los que sí hay millones de serpientes y escorpiones y en los que no hay señales de civilización en un radio de varias decenas de kilómetros.

Los desiertos son también los lugares más espirituales que uno puede llegar a encontrar, precisamente por las mismas razones que mencioné antes. Son lugares solitarios, incómodos, aislados y por eso en ellos lo más natural del mundo es dirigirte a Di-s. En el desierto uno puede sentir la presencia de Di-s como no puede sentirla en ningún otro lugar de la tierra.

Aun así, la verdad es que no me gustan los desiertos. ¿Dónde están los árboles? ¿Dónde están los baños? ¿Dónde está el aire acondicionado?

El Rabino Arush siempre menciona que los relatos de la Torá no son simplemente un montón de detalles coloridos, sino que constituyen profundas lecciones de vida para cada uno de nosotros. En el libro “La Sabiduría Femenina”, él explica que antes de que podamos verdaderamente recibir la Torá y empezar a servir a Di-s, cada uno de nosotros tiene que atravesar su propio desierto.

La primera vez que leí eso, me emocioné mucho, porque fue la primera vez que me di cuenta de por qué estos últimos años habían sido tan difíciles.

Antes yo era una persona muy pragmática. Si algo “servía”, lo hacía con gusto. Cuando empecé a acercarme a Breslev y todo este tema de “hablar con el Creador”, entendí que tenía una noción errónea del tema. Pensaba que uno hablaba con Di-s para convencerlo de que Él hiciera lo que uno quería.

“Di-s, quiero un auto nuevo. Por favor, cómprame un auto nuevo”. “Di-s, por favor, ayúdame a conseguir este trabajo”. “Di-s, por favor ayúdame a que mis hijos duerman toda la noche”. “Di-s, por favor, que no me desalojen”, etc.

Y Di-s, en Su Infinita Bondad, respondió a muchos de estos primeros pedidos. Pero hubo también muchos pedidos que no obtuvieron aceptación allí Arriba y yo empecé a desilusionarme mucho con todo este asunto de pedir y pedir y otra vez pedir. ¿Para qué pedía si eso no “servía” para obtener lo que deseaba?

Entonces Di-s tuvo compasión de mí y me pasó el otro pedacito del rompecabezas: “Querida, estás un poco desorientada. La plegaria no es un mecanismo para forzarme a Mí a que te dé lo que tú quieres, si bien hay gente que la usa para sus propios fines. En realidad la plegaria es una forma de descubrir lo que Yo quiero de ti…”.

Guau… ¿Quién se lo iba a imaginar?

Así que empecé a hacer lo que Di-s quería. Empecé a tratar de corregir mi mal carácter, mi arrogancia, mi egoísmo, mi tristeza, mi impaciencia y cuanto más trataba de mejorarlas, más empeoraban. Al principio…

Cuanto más trataba de aceptar la voluntad de Di-s y de tener humildad, más sentía que mis plegarias no obtenían respuesta mientras que otras personas, muchísimo más arrogantes que yo, aparentemente recibían todo lo que querían con un mínimo de esfuerzo espiritual. Cuanto más trataba de disipar mi tristeza interna, más pruebas y dificultades me mandaban. Cuanto más trataba de mejorar mi carácter y amar a mi prójimo, más encontronazos tenía con la gente.

¿Qué diablos estaba ocurriendo?

Me llevó una eternidad entenderlo, pero en una palabra, la respuesta es que estaba atravesando el desierto.

Estuve en el desierto unos tres años y fue un sitio muy solitario y a veces hasta aterrador. Hubo días en los que me quedé sin una gota de energía y sentí que no podía seguir adelante. Hubo días en los que me sentí completamente descorazonada, abatida, sin fuerzas y me preguntaba si alguna vez iba a salir del desierto y volver a un lugar en el que pudiera hablar con la gente.

Estaba atravesando el desierto. Y Di-s sabe que el desierto es un lugar difícil para el ser humano. En el desierto uno solamente puede sobrevivir si se aferra a Di-s y Lo sigue hasta que sale de allí.

Entonces ¿por qué me emocioné tanto cuando leí sobre el tema del desierto en el libro del Rabino Arush? Porque él explica que el Creador recuerda las dificultades que la gente enfrenta en el desierto en su viaje a Él y a Su Torá y al final Él los recompensa por eso.

Eso me tranquilizó muchísimo, porque hasta ese momento pensé que Di-s se había olvidado de mí. Pero estaba equivocada…

Querido lector: tantos de nosotros estamos pasando por nuestros propios desiertos espirituales. Hay gente que tiene problemas con su pareja; otros apenas se las arreglan para llegar a fin de mes; otros están sufriendo enfermedades terribles; otros se enfrentan al terrible problema de hijos que se van del buen camino; otros luchan desesperadamente por salir de la depresión y la tristeza.

Rabi Najman de Breslev enseña que todo esto es parte del proceso de adquirir la Torá y de servir a Di-s. Yo te digo: alégrate en tu desierto, por más difícil que sea, porque eso significa que estás en el camino correcto y que Di-s realmente te está esperando para que te unas a Él al final de tu ardua y prolongada travesía.

Los desiertos son los lugares más propicios en toda la tierra para hablar con Di-s y sentir tu propia mortalidad. Los desiertos hacen que la persona se sienta pequeña y vulnerable. Y justamente de eso se trata. Porque la gente “grande, invencible y exitosa” no puede verdaderamente servir a Di-s… no importa lo que digan.

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1. Doris Benedicta González

10/15/2018

son

Son reveladas los sueños que he tenidos gracias señor por tu misericordia

2. Doris Benedicta González

10/15/2018

Son reveladas los sueños que he tenidos gracias señor por tu misericordia

3. Irene

9/01/2018

Me gustó lo que lei

Nunca había leído estos mensajes y me parece ' que ayudan un poco a comprender por que nos pasan cosas

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