Los puntos buenos – Bo

En la sección de la Torá de esta semana, el pueblo judío recibe su primera mitzvá (mandamiento) como nación: la mitzvá de Rosh Jodesh, o sea, santificar la Luna Nueva. “Hashem dijo a Moshé y Aarón en la tierra de Egipto, diciendo: ‘Este mes será para vosotros el principio de los meses, será para vosotros el primero de los meses del año’“ (12: 1-2). 

Rabí Natan de Breslev explica que el aspecto principal de la redención de Egipto fue que Hashem se centró en los puntos buenos del pueblo judío. El Midrash (Salmos, 114) dice que los israelitas no cambiaron sus nombres, ni su idioma, no hablaron lashon hara (calumnias) y no se mezclaron con los egipcios. El pueblo judío estaba manchado espiritualmente hasta el punto de hundirse en los niveles más bajos de impureza. Estaban destrozados físicamente. Sin embargo, Hashem les tuvo compasión y encontró sus puntos buenos a pesar de que la impureza de Egipto casi los había vencido. Este es el significado del versículo del profeta Ezequiel, “Entonces pasé sobre ti y te vi revolcándote en tu sangre…” (16:6), e incluso cuando una persona está ensangrentada y sucia, está escrito “En tu sangre vivirás”. Incluso en esta situación, uno puede encontrar puntos buenos en sí mismo y en la situación en la que se encuentra.

Por lo tanto, esta es la primera mitzvá que se le ordenó al pueblo judío cumplir como nación. El mes nuevo podía ser santificado incluso viendo una pequeño punto de la luna nueva. Los testigos que veían la luna nueva se presentaban ante el tribunal de Jerusalén para dar testimonio de lo que habían visto. 

Exactamente lo mismo sucede en el ámbito espiritual. Cuando la persona encuentra en sí misma puntos buenos y se juzga favorablemente, está verdaderamente elevando su posición a un juicio favorable. Así fue como se produjo la redención de Egipto y también como se producirá la redención final (Likutei Halajot, Leyes para despertarse por la mañana, 1ª enseñanza).

Esta enseñanza que trata el tema de encontrar los puntos buenos – Torá 282 en la primera parte de Likutei Moharán, también conocida como “Azamra” – es considerada una de las enseñanzas más fundamentales y esenciales de Rabi Najman. En el medio de la enseñanza en Likutei Moharán, Rabi Natan agrega entre paréntesis: “Rabi Najman nos advirtió mucho que vayamos con esta enseñanza (lo que significa aprenderla y vivir de acuerdo con ella), porque es un gran fundamento para todo aquel que quiera acercarse a Hashem y no perder su mundo espiritual completamente, Dios no lo quiera. La razón por la cual la mayoría de las personas que están lejos de Hashem están realmente tan lejos, es debido a la depresión y la tristeza. Lo que ocurre es que estas personas caen en la negatividad al ver cuántos errores y pecados han cometido y debido a esto muchos de ellos se causan a sí mismos la completa desesperación de regresar alguna vez a Dios… Por lo tanto, cada persona necesita fortalecerse a sí misma para ir con esta enseñanza, para buscar y procurar en sí mismo cada vez un poco de bien, y así ser feliz, darse vitalidad y mantener la esperanza…”

¿Por qué Rabi Najman les advertía a sus alumnos que fueran con esta enseñanza y continuamente recalcaba lo importante que es? Un rabino Breslevero actual de Jerusalén, Rabi Noson Maimon explicó, basándose en la enseñanza de Rabi Natan en Likutei Halajot, que el punto bueno que encuentro en mí mismo es en realidad el aspecto de Hashem dentro de mí, por así decirlo. Lo bueno dentro de mí es esa chispa de Hashem. En el momento en que la persona reconoce esto y lo aprecia, es como accionar un interruptor. Uno activa el bien al reconocerlo, y esto hace que la persona se despierte de su estado de sueño espiritual. Estoy revelando mi alma Divina, quién soy realmente, al encontrar y centrarme en mis puntos buenos.

Si realmente queremos crecer en la vida, revelar quiénes somos realmente y retornar a Hashem, es esencial que nos centremos en nuestros pequeños puntos buenos, aunque sea una pizca de progreso. No sólo debemos valorar y alegrarnos por cada mitzvá y cada buena acción que seamos capaces de hacer, sino que incluso debemos alegrarnos y animarnos cada vez que seamos capaces de alejarnos de algo malo. Debemos alegrarnos cada vez que evitamos enfadarnos o cualquier otro rasgo de carácter negativo o pecado. Necesitamos trabajar para ser felices y encontrar fuerza en cada pequeño punto de progreso. Este es el camino de retorno a nosotros mismos y a Hashem que Rabi Najman nos está enseñando.