Subiendo por la escalera

Si le das caridad a un pobre, te va a dar las gracias por el dinero que le diste. Pero ¿para qué necesita dinero? Para comprar comida, ya que el objetivo del dinero es comprar comida.

Por lo tanto, la gratitud tiene que ser por la comida.

Pero ¿para qué necesita comida? Para vivir, ya que el objetivo de la comida es conservar la vitalidad.

Por lo tanto, la gratitud tiene que ser por la vida.

Fíjense que cuanto más alto sube la gratitud en la escala, más poderosa se vuelve.

La gratitud por la comida es más fuerte que la gratitud por el dinero. Y la gratitud por la vida es más fuerte que la gratitud por la comida.

Ahora, subamos un escalón más: ¿Para qué necesitamos la vida?

¿Para qué necesitamos salud? ¿Para qué necesitamos respirar?

O sea: ¿cuál es el objetivo de la vida?

El objetivo de la vida es conocer a Hashem y conectarnos con Él y darle las gracias y alabarlo.

“Este pueblo lo creé” – ¿para qué? Para que “cuenten Mis alabanzas”.

El objetivo de la vida es darle las gracias a Hashem.

Resulta, por lo tanto, que la gratitud por la gratitud es la más poderosa que existe y la más significativa.

La gratitud por la gratitud es todavía más fuerte que la gratitud por la vida.

Dice el Rey David en el Libro de Salmos: “Pues Tu bondad es mejor que la vida; mis labios Te alabarán.”

¿Qué significa este versículo?

Así lo explicaba el tzadik que parecía un ángel de Dios, Rabí Ezra Attia, director de la yeshivá “Porat Yosef”:

“Existe una benevolencia que es más elevada y más sublime que la vida misma. ¿Cuál es? “mis labios Te alabarán” – el mérito de alabar a Hashem es la más grande benevolencia que existe, más grande aún que la vida misma.

Pregunta la Guemará: “¿Qué dice el público cuando el jazán (cantor) dice “Modim” ?

El Amoraíta llamado “Rav”, que fue el más grande amoraíta de la historia, dice así: “Nosotros Te agradecemos, Hashem, nuestro Dios, por poder darte las gracias”.

Y Rashi explica: “Por infundir en nuestro corazón el estar apegados a Ti y darte las gracias”.