El estado moderno del Becerro de Oro

¿Por qué Dios no impidió el pecado del becerro de oro? Tal vez, por la misma razón que no impide que tales pecados sucedan hoy en día.

Es fácil elegir a Dios cuando el maná está cayendo y lo que queda de Egipto se está lamiendo las heridas. Es tan fácil que hasta los Erev Rav se hicieron judíos. Los Erev Rav eran lo peor de lo peor de los egipcios. Durante la esclavitud egipcia, nos torturaron sin piedad.

¿Por que? Porque los egipcios estaban ganando. No tienen normas ni moral, simplemente hacen alianza con el que está ganando.

Una vez que Dios cambió la marea en contra de los egipcios y a favor de los judíos, le preguntaron a Moshé si podían convertirse e irse con nosotros.

Pero eran personas despreciables y malvadas. Hashem nos ordena no seguir a la mayoría para el mal (Shemot 23:2), aunque estén al frente.

En un mundo justo, no existirían. En un mundo misericordioso, serían castigados hasta que vieran la verdad y se arrepintieran.

Eso no fue lo que ocurrió en el desierto.

La máxima libertad de elección

Cuando recibimos la Torá en el Monte Sinaí, Hashem envió milagros. Hubo nubes de gloria. Había ángeles entre nosotros. La montaña se estremeció. Había fuego Divino por todas partes.

Dos millones de judíos, desde el más grande hasta el más pequeño, todos recibieron una profecía mayor que la de Ezequiel.

Moshe subió a la montaña y permaneció allí sin comer ni beber nada durante 40 días enteros.

El día que pensamos que Moshé regresaría, el Satán nos mostró una imagen de Moshé muerto en la cima de la montaña. El ser humano no puede sobrevivir sin agua más de cinco días, ni sin ningún tipo de alimento durante cuarenta días. La duda ya estaba sembrada.

Los Erev Rav, viendo la oportunidad de ser los nuevos vencedores, tomaron las riendas.

Exigieron que construyéramos un becerro de oro. Exigieron que ignoráramos todos los milagros y adoráramos ídolos. Durante esas terribles 24 horas en las que pensamos que Moshé habría regresado, pero no lo hizo, los Erev Rav dieron un golpe de estado y se apoderaron de la nación.

Podríamos haber decidido esperar una semana para ver si Moshé estaba bien. ¿Acaso no hay que esperar 24 horas antes de llamar a la policía para denunciar la desaparición de una persona?

¿Por qué permitimos que esto sucediera?

¿Por qué Hashem lo permitió?

¿Por qué no envió más milagros? Todo lo que necesitaba era estremecer la tierra durante 30 segundos y entonces habríamos ignorado a toda esa gentuza.

Pero no lo hizo.

Él permitió que los más malvados entre nosotros tomaran el mando, dejando que la peor basura asumiera el poder total y empezara a dictar órdenes.

Ese fue el momento de la libre elección.

Cuando estamos arriba y todos están abajo, es fácil elegir a Hashem. Si un millón de dólares cayera del cielo cada vez que decimos una brajá, no viviríamos en un mundo con 14 millones de judíos y siete mil millones de no judíos. Viviríamos en un mundo con 14 millones de no judíos y 7.000 millones de judíos.

Pero no habría libre albedrío.

Por eso prosperan los malvados. Si, Hashem nos estaría negando la herramienta definitiva para servirlo.

Sólo cuando los Erev Rav están en pleno control, elegir a Hashem es una elección. Sólo cuando tres mil personas estaban “viviendo a lo grande” alrededor de una estatua de oro sin nadie a la vista tuvimos que esforzarnos para servir a Dios.

Sólo cuando tenemos tanto que perder si elegimos seguir Su camino, el viaje cobra todo su sentido.

A los pocos minutos del pecado, Hashem les muestra a todos, los buenos y los malos, que Él simplemente se estaba escondiendo para ver quién era verdaderamente leal.

Las mujeres se negaron a participar en la idolatría. Y por eso Hashem las bendijo para que llegaran a Eretz Israel cuarenta años después.

Los malvados que tomaron el poder y pervirtieron nuestra nación con el peor pecado de nuestra historia, fueron exterminados en el acto.

¿Qué hace que este día sea diferente de cualquier otro?

¿Y las cosas son diferentes hoy en día?

Los que promueven la perversión, la esterilidad y la abominación han dado su propio golpe de estado. Se han apoderado del mundo occidental mientras hunden sus garras en nuestra amada nación.

Las Naciones Unidas, EE.UU., Europa, todos están condenando al Estado judío por tratar reinventar nuestro sistema judicial para reflejar el valor más alto:

¡La justicia!

Incluso mientras la mayoría de los manifestantes de izquierda en Israel ondean banderas israelíes, y se manifiestan de forma justa y dentro de los límites de la ley, sus selectos líderes hacen lo contrario.

Gritan a favor de la guerra civil, sabiendo que si eso ocurriera, Hashem no lo quiera, cualquiera que sea el bando que quede será presa fácil para que los árabes lo aniquilen. Los apoderados helenistas de Occidente les dicen a los demás que lo arriesguen todo mientras están ellos se quedan sentados sobre su montaña de dinero, seguros de que si alguna vez se produjera la guerra, se reirían de ello en el Starbucks de Seattle.

Pero ellos son los que tienen el control – incluso cuando la mayoría de la nación quiere un Reino de Justicia.

¿Por qué?

Por la misma razón por la cual el erev rav estuvo en control a lo largo de nuestro mayor pecado de toda la historia.

Hashem está ocultando Su rostro, una última vez, para ver quién Lo ama de verdad. Para revelar quién Le es leal hasta el final.

Las mujeres Le fueron leales a Dios incluso cuando Él las puso a prueba con el erev rav. Su lealtad ante tal oscuridad les confirió el honor de llegar a la Tierra de Israel y formar parte de la primera gran redención del pueblo judío.

Que nuestra lealtad ante tal oscuridad merezca la compasión de Hashem para que lleguemos a la Tierra Prometida y desempeñemos un papel en la gran redención final del pueblo judío.  Amén.

La familia Ben Horin vive en Afula con sus hijos, un nuevo centro de alta tecnología, vecinos judíos y árabes, y Matilda, el camello local. La startup israelí de David, Center Stage Content, ofrece servicios de contenidos para startups y pequeñas empresas.