La Muy Buena ‘Mala Inclinación’

Hoy en día, la desesperación es el problema de la mayoría de los habitantes de este mundo. Si cada persona tan sólo comenzara a sonreír y a alegrarse de verdad, se le resolverían todos los problemas…

La Inclinación al Mal… ¡Es muy buena!

La persona que comienza a vivir con Emuná, la pura y auténtica fe, comienza a sentir la dulzura de este mundo. ¡Porque solamente la Emuná es la respuesta a todas las preguntas y las dudas, así como la solución a todos los problemas de este mundo! ¡Porque cuando tenemos fe todo es bueno! No existe ningún mal. Incluso la Mala Inclinación es algo muy bueno cuando tenemos verdadera fe.

El que comienza a vivir con la verdadera fe comienza a pedirle al Creador que lo dirija y lo conduzca por la vida, y le ayude creerue todo está bien, incluso las dificultades, las pruebas y los problemas… Todo se convierte en un maravilloso camino de acercamiento a Di-s Todopoderoso y a la pefección espiritual del hombre. 

HaShem sabe todo y lo único que la persona debe hacer es ir a pedirle: "¡Creador del Universo! Tú sabes todo y sabes exactamente cuál es la corrección que debo realizar y cuál es mi misión. Dirige mi camino, enséñame, muéstrame qué debo hacer… 'Tú me haces conocer el camino de la vida. En Tu presencia hay alegría plena. A Tu diestra está la dicha plena'".

Gracias por todo

La persona debe saber que el Creador siempre lo ve y oye su plegaria. Debe aceptar todo lo que le sucede con amor. Hay un único consejo para poder llegar a la verdadera alegría, y es la convicción que todo es para bien. Cuando la persona posee la fe que todo es para bien – anula toda la inclinación al mal, porque ésta ya no tiene de qué aferrarse. Porque lo más importante para la Mala Inclinación es llevar a la persona a caer en la tristeza y en la desesperación, hacer que se culpe a sí misma, que se persiga, etc. La única manera en que lo hace es llevando a la persona a la herejía: haciéndola pensar que hay algo que es malo. De esta manera introduce en la cabeza del hombre: “¡No estás bien! ¡Mira cómo has caído! ¡Qué serie de tragedias! ¡Mira cuantas carencias tienes! ¡Pierde las esperanzas! ¡Cae ya!, etc.”.

Hoy en día, la desesperación es el problema de la mayoría de los habitantes de este mundo. Si cada persona tan sólo comenzara a sonreír y a alegrarse de verdad, se le resolverían todos los problemas. Tener Emuná significa saber que todo es bueno, incluso las mayores dificultades que la persona debe enfrentar, incluso en los aspectos espirituales más elevados del mundo, al final de cuentas son solamente para bien. Y la persona solamente puede comenzar a dejar atrás sus problemas en el momento en el cual cree que todo es para su propio bien eterno.

Por ejemplo: la persona que tiene dificultad para acercarse al Creador, debe creer que esas trabas son para bien. El Creador quiere que la persona acepte cada cosa con espiritualidad solamente después que la persona haya logrado construir instrumentos completos. Porque si ella recibe un nivel espiritual sin tener los instrumentos necesarios, corre el riesgo de enorgullecerse y de alejarse del Creador. Por lo tanto Él le coloca trabas para despertarlo a incrementar sus plegarias.

Por eso la persona debe hablar con el Creador, agradecerle por las trabas y decirle: "¡Amo del Universo! Gracias por todas las trabas que me colocas, sin ninguna duda esto es para mi bien y no existe nada malo en el mundo. Y dado que tengo trabas, yo creo que desde ese punto puedo acercarme a Ti. Tenme misericordia y dame una voluntad fuerte y grandes añoranzas. Porque todo el objetivo de estas trabas es reforzar mi voluntad. Para que tenga el mérito de entender qué es lo que debo hacer, qué debo estudiar, qué debo rezar. Porque del fracaso también se puede aprender, tal como dijeron nuestros Sabios: 'Nadie aprende totalmente una Ley de la Torá hasta que no se equivoca y fracasa en ella'".

Por lo tanto resulta que cuando hay fe no existe ningún mal en el mundo. La primera consecuencia de esto es que la persona no se persigue a sí misma culpándose. Por ejemplo, si algo le cuesta, cree que Di-s desea que le cueste para su propio bien. En consecuencia la persona dice: "¡Muchas gracias HaShem por mis dificultades! ¿No salió como esperaba? ¡Maravilloso! Tú no quisiste que resultara. ¡Muchas gracias HaShem que no resultó tal como yo lo esperaba"…

Cuando la persona cree esto, del mismo punto que le cuesta y que no le resulta, puede comenzar verdaderamente a hablar con HaShem y de esta manera acercarse a Él. Pero en el instante en el cual la persona piensa que algo no es bueno y se culpa a sí mismo por el fracaso, de inmediato se clausura su conexión con el Creador, porque cayó en la herejía. La persona deja de ver a Di-s y ve sólo su propio "yo". Y dado que se encuentra sumergida en la herejía, ¿cómo puede llegar a hablar con Di-s? En el momento en el cual la persona se desconecta de Di-s, de inmediato se encuentra en las manos de la Mala Inclinación.

Por ello, el camino y el punto de partida es creer que todo es para bien y agradecer por todo, y entonces la Inclinación al Mal no puede acercarse para debilitar a la persona. ¿Qué puede llegar a decirle? ¿Fracasaste? ¿No vales nada? ¿No tienes corrección? Quien tiene fe completa en que todo proviene de HaShem y que todo es para bien, lleva todos estos pensamientos al plano de la Emuná y dice: "Así Creador quiere. Gracias HaShem por mis dificultades. Gracias HaShem porque las cosas no salieron como yo lo esperaba. Gracias por desear que comprenda que no soy nada, que sin Di-s no tengo ningún valor, porque 'No hay más nada fuera de Él'…".

Hay que saber: Todos los pensamientos que vienen para deprimir al hombre y hacerla sentirse desesperanzada, se deben a las acusaciones personales de la herejía que él piensa que él es una  realidad en sí, a causa de la cual piensa que puede ganarle a la Mala Inclinación sin ayuda Divina. Pero el hombre debe saber que no es así y no se puede vencer a la Mala Inclinación sin plegarias. Si fracasaste es porque Di-s no te ayudó, tal como está escrito: "Si no fuera porque Di-s lo ayudó, no lo habría logrado". Y no preguntes enseguida: ¿Por qué el Todopoderoso no me ayuda? ¡Antes que nada debes saber que eso es para bien!

Lo primero que el Creador desea es que tengas el mérito de la humildad y de la plegaria, que sepas que sin la plegaria nada resulta. Por ello, antes que nada agradece a Él justamente por ayudarte – lo que te causó la caída y el fracaso, ya que en mérito de eso lograste aprender que sin el Creador no eres nada. Entonces, a continuación podrás entender exactamente por qué ocurrió lo que ocurrió y lograras mejorarte y triunfar, de verdad.