Ser Quienes Somos
Nuestro mensaje de ayer, de hoy y del mañana esta allí. En la misma Torá que Moshe bajó del Monte Sinaí está nuestra historia - la que nos hace saber hoy lo que fuimos ayer...
Nuestro mensaje de ayer, de hoy y del mañana esta allí. En la misma Torá que Moshe bajó del Monte Sinaí está nuestra historia – la que nos hace saber hoy lo que fuimos ayer…
Ser quienes somos
Cuando escucho la palabra misionero, mi mente vaga entre las películas de Hollywood donde alguna actriz vestida de monja se va a África a salvar huérfanos o enfermos, la imagen de la Madre Teresa de Calcuta, o quizás inclusive mas atrás, a los libros de historia de América y la colonización española e portuguesa, donde la Iglesia enviaba cientos de curas a "salvar" a los salvajes habitantes del nuevo mundo. Hasta hace poco, el adjetivo me sonaba negativamente.
Pero el reflexionar sobre el significado real de la palabra me transporta a nuestra historia, a nuestra herencia.
Aquí estamos, 3750 años atrás, aproximadamente, caminando en el desierto. Alejándonos del Egipto territorial, y de nuestro Egipto espiritual. A cada día dando un paso que nos acerca a nuestra tierra y nuestro destino. A cada momento subiendo un escalón mas hacia nuestro refinamiento individual.
Cuarenta y nueve días de deshacer y rehacer. Cuarenta y nueve días de reaprendizaje. Y aquí estamos, hoy, al igual que antes, a las puertas del Monte Sinaí de entonces, seiscientas mil almas transformadas en unos cuantos millones, esperando escuchar y ver la revelación tan prometida por Moshe. Algunos, esperando algo nuevo, sin saber que nada nuevo vendrá, ya que todo ya ha sido revelado cuando recibimos la Torá. Lo que será nuevo para todos nosotros, será la forma como escucharemos y veremos. Con nuevos ojos y corazón. Aunque si quisiéramos, realmente quisiéramos, podríamos ver, escuchar y entender el mensaje de Sinaí hoy. Es solo quistión de desenrollar la Torá y estudiarla.
Nuestro mensaje de ayer, de hoy y del mañana esta allí. En la misma Torá que Moshe bajo del Monte Sinaí, esta nuestra historia, la que nos hace saber hoy lo que fuimos ayer. Y nuestra misión; la que nos dice hoy lo que tenemos que hacer hoy y mañana. Ambas cosas son relevantes para nosotros. Nuestra historia de ayer es lo que nos indica que estamos en el camino correcto hoy. Nuestra misión es la que nos muestra el camino a seguir para alcanzar por fin la Redención.
Fue al recibir las 613 Preceptos que se nos dio un sentido a nuestras vidas, tanto a nivel personal como comunitario. Fue el instante en que se nos prometió la eternidad como pueblo, porque se nos dio una misión. Fue el momento en que Di-s nos dio la responsabilidad de enrumbar su mundo en el camino que El había diseñado para el mismo. Fuimos escogidos como los capataces de una obra maestra por el Arquitecto del Universo.
A través de la Torá, cada uno es instruido sobre cómo vivir su relación consigo mismo, con su prójimo y con el Creador. Me parece que muchos de nosotros tenemos claro lo que implica el cumplir los Preceptos. O por lo menos, la lista esta allí, y hay miles de libros que explican todas sus nimiedades. Lo que me parece no tenemos tan claro es el concepto de la misión que tenemos. Estamos enfrascados en cómo seguir los mandamientos pero perdimos de vista el sentido de misión. De que estos pasos que damos a diario deben llevarnos a la Gueulá, la Redención. Se nos olvida que no seremos solamente nosotros los que viviremos en la era mesiánica. Todos tendremos el merito de llegar a este momento; aquel de barba y sombrero, y aquel de cabello largo y arete en la oreja o la nariz, el creyente y el incrédulo, el judío y el resto de las naciones. Todos llegaremos allá. Pero para tal, tenemos que entender que tenemos que ser " una luz para las naciones" y para nuestros correligionarios. Nuestros actos y nuestras palabras deben reflejar la Torá de Moshe, si no, no habremos cumplido con nuestro propósito.
En mi mente, la palabra misionero cambia totalmente de sentido. Misioneros somos todos. Somos todos los judíos descendientes de las 600.000 almas que vieron a Moshe descender del Monte Sinai con un par de tablas en los brazos. Es nuestra generación la que frente a una humanidad tan falta de rumbo debe indicar el camino. La que debe iluminar nuestras sociedades en los mandamientos de HaShem, a través de las Diez Leyes de Noé. Y a nuestras comunidades judías a través del estudio de la Torá y del cumplimiento de los Preceptos.
Tenemos que sentir como si fuimos nosotros en persona los que recibieron la Torá de Moshe, y anhelar que muy pronto toda la humanidad escuchara los primeros dos Mandamientos y entienda por fin la verdad: ¡HaShem es Uno y Único!
2/16/2014
quienes somos?… Muy cierto los descendientes de Yacob; los hijos de Israel son los transmisores de la luz de la Torah. Y en la casa de Yehuda, esta la salvacion… Bendito sea Hashem por el remanente de su heredad.
2/16/2014
Muy cierto los descendientes de Yacob; los hijos de Israel son los transmisores de la luz de la Torah. Y en la casa de Yehuda, esta la salvacion… Bendito sea Hashem por el remanente de su heredad.