Tus Tesoros – Cabalá Práctica

¿Cómo podemos cuidar los tesoros personales que poseemos, y a través de los cuales nos llega la abundancia y las bendiciones Divinas?

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Rabino Lazer Brody

Posteado en 05.04.21

Tus Tesoros – Una Clase de Cabalá Práctica

He aquí una clase de Cabalá práctica: Cómo cuidar los tesoros personales que poseemos, y a través de los cuales nos llega la abundancia y la bendición Divinas. ¿Qué significa y cómo podemos lograrlo?…

Nuestro patriarca Abraham era una persona con un intelecto y un poder de observación que resultan absolutamente imposibles de describir. Observando la Creación con un ojo examinador y muy agudo, Abraham alcanzó la comprensión de que existe un Creador y un Líder Único, una Fuerza Suprema que no tiene cuerpo ni tiene semejanza de cuerpo.

Y no sólo eso, sino que nuestro Patriarca Abraham comprendió incluso que el Creador creó el mundo y ejerce Su influencia en los seres que creó a través de las 22 letras del alef-bet (alfabeto) de la lengua sagrada y las diez Sefirot: Keter (Corona), Jojmá (Sabiduría), Biná (Entendimiento), Jesed (Benevolencia), Guevurá (Fuerza), Tiferet (Belleza), Netzaj (Triunfo), Hod (Esplendor), Iesod (Fundamento) y Maljut (Reinado). Juntos, las Diez Sefirot y las 22 letras constituyen los “treinta y dos senderos” que nuestro Patriarca Abraham menciona en la introducción a su libro, el “Sefer Ha-ietzirá”, que es en realidad el primer libro sobre la Torá de la Cabalá en la historia de la humanidad.

El “Sefer Ha-ietzirá” menciona tres dimensiones de la influencia Divina: el mundo, el año y el alma. El “mundo” se refiere al lugar; el “año” se refiere a la dimensión del tiempo y, por su parte, el alma se refiere al hombre mismo. En el cuarto capítulo, nuestro Patriarca Abraham explica cómo es posible que un simple conjunto de letras ejerzan influencia en el mundo entero. Por ejemplo, la letra bet influye en el planeta Saturno (mundo), en el día de Shabat (año) y en la boca (alma).

Los secretos de este conocimiento tan “ínfimo” son muchos y de una enorme profundidad. Pero lo que sí podemos aprender de todo esto es que la boca está relacionada en forma especial con el Shabat. Es una gran mitzvá poner en funcionamiento la boca durante el Shabat, a través de la plegaria, las palabras de Torá que uno dice en la mesa de Shabat, las canciones (zemirot) que se entonan en Shabat, estudio de Torá en voz alta y las comidas del Shabat. Rabi Najman de Breslev nos enseña que en Shabat, el acto de comer es puramente espiritual y no se parece en absoluto al del resto de la semana. Por su parte, el Jafetz Jaim (Rabi Israel Meir Kagan, famoso por sus enseñanzas sobre el poder destructivo de las calumnias y las difamaciones) nos advierte diciéndonos que al hablar mal de otra persona en Shabat es siete veces más grave que durante los demás días de la semana. Todos estos principios están arraigados en las enseñanzas del Patriarca Abraham.

El mensaje de mundo-año-alma nos enseña una lección práctica para que podamos proteger los tesoros personales que tenemos, aprovechándolos de la forma más efectiva. Tanto la Torá como la Guemará nos enseñan que el hombre es un mundo en miniatura. Todo lo que existe en el mundo se encuentra también dentro del hombre. Por eso, así como la protección de los tesoros naturales en el mundo resulta imprescindible, así también la protección de los tesoros personales que poseemos es una tarea a la que necesariamente debemos darle primera prioridad. Y en el momento en que entendamos que las influencias Divinas nos llegan a través de estas tres dimensiones  -mundo/año/alma-,  podremos mejorar sobremanera nuestra calidad de vida.

A través de las influencias de las dimensiones mundo-año-alma, el Creador nos ayuda a cumplir con la tarea que vinimos a cumplir en este mundo. Mundo-año-alma son las tres clases de tesoros personales que poseemos, tal como explicaremos a continuación. Y si la persona los desperdicia, su alma sufre en la misma medida en que el mundo a gran escala sufre cuando se desperdician sus tesoros naturales. Veamos de qué manera sucede esto en la práctica:

Mundo: la influencia del lugar

Resulta muy recomendable que se aconsejen con su rabino antes de que se muden o cambien de lugar de trabajo. ¿Por qué? Porque así como ciertas plantas crecen mejor en climas determinados, así también cada alma se desarrolla y florece en un lugar determinado. Por ejemplo, si tu tarea en este mundo es ser médico y curar a la gente, entonces no conviene que vivas en una isla desierta. Pero si te enviaron a este mundo a que rectifiques esa tendencia que tienes a parlotear todo el tiempo, entonces es muy posible que esa misma isla desierta sea el lugar de tus sueños.

El “mundo” se divide en dos: nuestro mundo general y nuestro mundo particular. Nuestro mundo general es nuestro país y nuestra ciudad, mientras que nuestro mundo particular es el lugar donde trabajamos o estudiamos, la sinagoga a la que asistimos, la casa en la que vivimos, el club donde practicamos deportes, etc. A través de estos lugares, el Creador nos envía Su abundante influencia, tanto física como espiritual.
¿De qué modo se desperdician los tesoros del “mundo”? Pongamos por caso que HaShem decide darnos sustento a través del lugar en el que trabajamos, y darnos sabiduría a través del estudio que llevamos a cabo de noche en el kolel. Si uno se va a la playa o al pub en vez de ir al kolel o al trabajo, ¡entonces es obvio que va a perderse toda la abundante influencia que le está enviando el Creador! Por eso, para poder recibir la abundancia de HaShem y cumplir con nuestra tarea en este mundo, tenemos que encontrarnos en el lugar indicado y en el momento indicado. Y esto nos conduce a la dimensión siguiente:

Año: la influencia del tiempo

Lo más fácil es entender el concepto de cuidado del “año”, o sea, el tesoro del tiempo. El tiempo, de todos los tesoros existentes, es el más valioso. No se lo puede comprar por ningún precio pero con facilidad podemos perderlo y derrocharlo. Di-s nos da a cada uno de nosotros una asignación de tiempo según la rectificación y la tarea que tenemos que cumplir en este mundo.

El sistemático derroche de tiempo le impide a la persona llevar a cabo su tarea en este mundo. Más allá de eso, el derroche de tiempo hace que la persona se sienta insatisfecha, indiferente y deprimida. Por ejemplo, si antes del examen final de Química Orgánica, el estudiante de la Facultad de Medicina se pasa toda la noche en la discoteca, en vez de estudiar y repasar el material de estudio, las probabilidades de que pase con éxito el examen bajan enormemente. Las probabilidades de reprobar el examen son muy grandes y por eso es lógico pensar que ese estudiante puede olvidarse de su futuro como médico. ¿No es cierto que es una lástima? Y todo por culpa de una noche desaprovechada…

Pobres de los chicos cuyos padres se la pasan el día entero perdiendo el tiempo con el Facebook y el Internet… Pobre del pequeñito que no tiene un plato de comida servido porque su mamá se la pasa horas enteras frente a la computadora portátil. Di-s le dio suficiente tiempo como para que pueda manejar la casa y realizarse como mujer y como madre, pero ella “quemó” este tesoro tan valioso, y la pérdida de tiempo es algo que no se puede corregir… ¿Qué va a responder en el Tribunal Celestial cuando la acusen de de haber desperdiciado en forma tan negligente el tiempo que le habían asignado? Y aún peor: en muchos casos esta pérdida tan terrible del tiempo produce la destrucción total de la familia, Di-s nos libre y guarde…

El rasgo característico que distinguió a los más grandes sabios de la Torá de todas las épocas fue el escrupuloso cuidado del tiempo. Es increíble pensar todo lo que el Arizal y Rabi Najman de Breslev llegaron a hacer en la vida, siendo que ambos no llegaron a festejar su cumpleaños número 39! Por eso, es muy recomendable que todos nosotros mejoremos nuestro aprovechamiento del tiempo. Cada minuto en la vida es un genuino diamante.

El alma-nefesh: el cuerpo

El cuerpo es la morada del alma. Debemos cuidarlo y usarlo únicamente con ese fin. Por ejemplo, Di-s no dio a cada uno un corazón. La función del corazón es actuar como bomba de la sangre y suministrar sangre a todo el cuerpo todo el tiempo que la persona está con vida. Si la persona come más de lo que el cuerpo necesita para poder funcionar como es debido, o come alimentos que el cuerpo no necesita en absoluto, entonces esa persona va a engordar. Si la persona tiene un exceso de peso de diez kilogramos, el corazón se ve forzado a bombear sangre a diez kilogramos extras de conductos de sangre, porque en cada kilogramo de grasa hay un kilómetro de conductos sanguíneos. Ese corazón tiene que esforzarse muchísimo más ¿y para qué? Porque al señor se le antoja comer pizza y falafel todos los días…

¿Por qué en vez de eso no come una ensalada de tomates y pepinos? ¿Qué? ¿No le gustan las frutas y las verduras? Cuando piensa en cuidar su nefesh, lo que tiene que tener en cuenta es si lo que come es bueno, es nutritivo para el cuerpo, no si es rico, fácil o cómodo…  En vez de pasarse el día sentado como un poste frente al televisor, es preferible hacer una caminata de una hora todos los días, por ejemplo.

Todo el tema de “cuidar los ojos” y “cuidar el pacto” es un componente fundamental del cuidado del tesoro de la “nefesh”. Cuando uno tiene los ojos puestos en la Torá, el alma florece. Y si, Di-s no lo permita, los ojos dan vueltas por la calle, el alma se hace pedazos y se quema. Todo el tema del recato se entiende perfectamente si uno tiene en cuenta el concepto de cuidar los tesoros de la nefesh. Di-s le dio belleza a la mujer para que le guste a su marido y para que juntos formen una familia, y no para que salga de “caza” por la calle…

En síntesis: Tenemos que cuidar los tesoros personales de mundo-año-cuerpo en la mayor medida de nuestras posibilidades. Hagamos nuestra parte y Él ya hará la Suya. Porque el Creador nos prometió que solamente tenemos que abrirle una apertura mínima como el orificio de una aguja y él nos va a abrir una apertura enorme como un salón amplio y vasto y lleno de abundancia y de todo lo mejor, tanto en lo material como en lo espiritual.

¡Amén! ¡Que así sea!

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1. Anónimo

6/10/2019

2. Palmira

6/10/2019

me encanta, me gustaria estudiar algo de cabala.soy de Cadiz España y aqui no hay

3. Suleica Anthony

12/30/2018

Gracias amados rabinos por sus enseñanzas Que lamentan mi alma 🙏😘

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