Aprovechar nuestra capacidad innata – Bereshit
Cada vez que el tirano – ya sea el Faraón, Hamán, Hitler o Sadaam Hussein - intenta esclavizar a los judíos, él y su nación acaban siendo destruidos.
Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era muy bueno (Bereshit 1:31)
Shlomo HaMelej (el Rey Salomón) es conocido como el más sabio de todos los hombres que han caminado sobre la faz de la tierra. Sin embargo, ¿cómo pudo Salomón criticar el mundo de Hashem y decir que carecía de toda sustancia, “futilidad de futilidades” (Kohelet 1:2), en contradicción directa con la Torá?
Rabi Najman de Breslev enseña que la tarea del judío en este mundo es liberar su cerebro de la sabiduría ajena, que impide a la mente judía obtener su fuente de vitalidad, a saber, la sabiduría Divina de la Torá. Es esta sabiduría de la Torá la que conduce al temor de Dios y a la felicidad del corazón (véase Likutei Moharán I:5). Por lo tanto, cuanto más busque uno la sabiduría Divina de la Torá, más feliz será. Desafortunadamente, tambioén ocurre lo contrario – cuanto más la gente obstruye sus cerebros con sabiduría ajena, más infelices serán en última instancia.
A la luz de la enseñanza anterior de Rabi Najman, no hay contradicción entre nuestro pasaje de la Torá que nos ocupa y la frase de Kohelet: “Futilidades de futilidades”. Nuestros Sabios nos enseñan que Hashem creó el mundo usando la Torá como plano; por lo tanto, cuando el mundo se rige de acuerdo con la Torá, y específicamente cuando un judío vive su vida de acuerdo con la Torá, todo es bueno, tal como Hashem lo creó. Pero, cuando usamos las cosas de este mundo transgrediendo la Torá, este se convierte en una futilidad de futilidades. En consecuencia, la Torá y el Kohelet de inspiración Divina están en perfecta armonía entre sí.
Pero, cada vez que el tirano – ya sea el Faraón, Hamán, Hitler o Sadaam Hussein – intenta esclavizar a los judíos, él y su nación acaban siendo destruidos. Si los tiranos hubieran tenido la sensatez de permitir que los judíos siguieran con su estilo de vida de observancia de la Torá, el mundo prosperaría tal como Hashem lo planeó, y todo sería bueno. Pero, cuando los judíos son arrancados de la Torá y se convierten en esclavos de ideas o culturas extranjeras, el mundo entero se convierte en una futilidad de futilidades, y todos sufren.
Cuando el pueblo judío dedica su vida a la Torá, el mundo florece.
Que Hashem devuelva a todo el pueblo judío a la Torá, pronto y en nuestros días, Amén.
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