No puedo más

¿No puedes más? ¿Estás agotado? ¿Sientes que ha llegado el momento de decir basta y parar?  

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Rajeli Reckles

Posteado en 17.06.24

“¿Voy a sufrir toda mi vida con este problema?”.

Cada uno de nosotros tiene una situación en la vida que siente que es como un cuchillo clavado en una herida abierta. Y depende de cómo se presente el día. A veces el cuchillo no se mueve mucho, por lo que no somos conscientes de que la herida está sangrando. Otros días, el cuchillo no sólo se clava en nosotros, sino que gira de un lado para el otro, duele tremendamente y agranda la herida, que sangra cada vez más. Nos tortura y ni siquiera sabemos si alguna vez el suplicio acabará.

Ahora bien, este “cuchillo” puede ser un hijo desafiante, un cónyuge insoportable, el dilema de “¿cómo llegar a fin de mes?”, un problema de salud crónico, o como se suele decir – d. Todas las respuestas son correctas. Y en el peor de los casos también encontrarás: la suegra pendenciera que no logra guardarse sus opiniones para sí misma (es broma…).

En cualquier caso, yo personalmente no tengo ningún problema con mi suegra, que es una mujer encantadora. Y la verdad es que no podría pedir una suegra mejor. Ahora quiero centrarme en los problemas que no van a hacer la maleta y dejarnos tranquilos pronto. Y es que estos problemas son tan molestos como el amigo que no entiende la indirecta de que la fiesta ya ha terminado, que el DJ ya se ha ido y los encargados del catering ya han terminado de limpiar la sala. Estos problemas son dolorosos. Y duelen tanto que nos hacen pensar en una cosa: ¡que ya no podemos más!

Es cierto, da miedo y da pena. Y   experimentamos un sentimiento de impotencia, o de rendición y resignación ante el hecho de que el problema simplemente no va a desaparecer. Y en este lugar siempre surgen preguntas como “¿Acaso sufriré toda mi vida con este problema?”, además del hecho aterrador de que la luz al final del túnel no se ve en absoluto en el horizonte. Pero si todos tuviéramos verdadera fe, daríamos gracias a Dios por estos problemas crónicos aunque no hubiera solución a la vista, por una sola razón: porque creeríamos que todo es por nuestro bien. De todos modos, ¿hay algo que pueda hacer más llevadera la situación? ¿Existe siquiera una posibilidad o un atisbo de esperanza de cambio o de solución?

He aquí algunas ideas que me han venido a la mente:

Para empezar a fortalecernos, tenemos que trabajar para interiorizar un mensaje importante que ya conocemos: si Dios nos ha dado este reto es porque sabe que podemos con él. Pero hay algo en lo que la mayoría de nosotros no pensamos. Si Dios nos ha dado un desafío, es porque sabe que podemos manejarlo – ¡con Su ayuda! Hay tres niveles básicos con los que se puede lidiar cuando los desafíos crónicos plagan nuestras vidas, unos que no quieren desaparecer ni cambiar:

El primero – podemos hacer todo lo posible para negarlo o ignorarlo.

El segundo – podemos intentar lidiar con el hecho de que las cosas no van a cambiar, pero llegaremos a un punto en el que apenas podremos tolerar mentalmente la situación.

La tercera – si practicamos nuestra alta conciencia, seremos capaces de entender que Dios nos está hablando a través de este desafío.

Si tenemos suerte y hemos llegado a la tercera etapa, tendremos la oportunidad de lidiar con el tema y tal vez incluso aceptar la situación sin perder la cabeza a causa de la desesperación. Además del deseo de tratar de encontrar los muchos mensajes que se nos envían en tales situaciones, creo que la clave para lidiar con ellas es comprender que la única opción para mantener la cordura es pedirle ayuda al Creador! Si insistimos en lidiar con la situación nosotros solos, el camino a la desesperación es muy corto. Pero en cuanto involucramos al Creador del mundo en la solución, nuestro siguiente paso es encontrar esos mensajes ocultos, también muy claros, que Él nos envía. Por ejemplo, ¿necesitamos trabajar sobre mí misma para aumentar mi nivel de paciencia? Sé que este es un mensaje claro que recibo del Creador del mundo a través de uno de mis hijos.

Sí, necesito trabajar sbre mí misma para aumentar mi nivel de paciencia. Pero si intento convencerme de que de repente tendré paciencia, así de la nada, entonces esta mentira durará exactamente dos segundos. Porque a su próxima provocación responderé inmediatamente. Pero si hago todo lo que está a mi alcance, ya sea acudir a asesoramiento y orientación -para mí o para él o para ambos juntos, más el hecho de que Le pido al Creador del mundo que me ayude- tendrá acceso a la fórmula más exitosa con cuya ayuda podré enfrentar el desafío de la mejor y más correcta manera.

Muchas veces, la única manera en que el Creador del mundo saca lo mejor de nosotros es forzándonos a enfrentarnos a momentos desafiantes. Esta es también la mejor manera de crecer. Y si es así, mantengámonos fuertes– porque Dios está con nosotros en todo momento. Y con su ayuda, ¡todo es posible y nunca caeremos!

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1. Telma Benavides

6/18/2024

Me.ayudo mucho para esperar con paciencia y fe la respuesta. Porque a veces me sentía culpable y triste por mi situación. Gracias

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