A Un Nivel Superior

A veces ocurre que la persona se encuentra en medio de una oscuridad tan profunda que se siente como un ciego que anda a tientas…

Los problemas que uno tiene en la vida sirven para elevar a la persona a un nivel espiritual superior. Así como la persona tiene que pelar la amarga cáscara de la naranja antes de poder saborear la dulzura de la fruta, así también uno tiene que pasar por una etapa de oscuridad antes de poder alcanzar la luz.

Hay quienes piensan que los días de oscuridad son señal de un retroceso espiritual. ¡Al contrario! Rabi Najman de Breslev explica que cuando la persona asciende de un cierto nivel espiritual a otro más elevado, está subiendo de la parte superior del nivel anterior –donde había luz- a la parte inferior del nivel siguiente, donde hay oscuridad. Por eso, aunque uno haya pasado de un estado de luz a un estado de oscuridad, en realidad uno se encuentra a un nivel espiritual superior.

Pongamos por caso la siguiente escena: un cierto individuo, que era un alumno con honores en el colegio secundario, fue aceptado a una de las mejores universidades. Una vez en la universidad, en que los desafíos escolásticos son mucho más difíciles que en el colegio secundario, este estudiante ya no recibe en todo 100, sino 90 ó incluso 80. ¿Acaso eso significa que bajó de nivel? ¡Por supuesto que no! Eso significa que ahora está estudiando a un nivel superior.

Rabi Najman también explica que a veces la gente supera malos hábitos que tenía o todo tipo de pensamientos lujuriosos. Pero de repente da la impresión de que está sufriendo un retroceso, y que los antiguos deseos ahora parecen dominarla. Esto no implica un retroceso, sino que ahora los desafíos son más difíciles que antes. Esta repentina oscuridad es una prueba a fin de determinar si esa persona verdaderamente merece alcanzar ese nivel espiritual superior. Pero si la persona se desespera y se desilusiona, entonces es obvio que no es digna. Por el contrario, si la persona se da cuenta de que la oscuridad es una oportunidad de crecimiento, y continúe dándole las gracias a HaShem y pidiéndole que lo ayude, entonces ciertamente es digna de alcanzar ese nivel superior.

A veces ocurre que la persona se encuentra en medio de una oscuridad tan profunda que se siente como un ciego que anda a tientas. En esa situación, dice Rabi Najman de Breslev, uno tiene que llamar a HaShem desde lo más profundo de su corazón. Entonces HaShem le va a enviar Su consejo para que pueda salir de la oscuridad. Además, ese grito del corazón fortalece la emuná, porque entonces la persona se da cuenta de que HaShem es el único que puede ayudarlo y entonces uno decide buscar a HaShem con todas sus fuerzas. La emuná que obtiene como resultado de su grito le cura el alma.

Los grandes Tzadikim resistieron épocas de oscuridad aparentemente interminables antes de alcanzar la luz. José, el hijo de Yaakov, por ejemplo, pasó trece años en una cárcel egipcia antes de transformarse en el Virrey de todo Egipto. El Rey David sufrió en carne propia todas las formas de aflicción que uno pueda imaginarse -su propio padre lo despreciaba, su suegro trató de asesinarlo, sus hijos y sus asesores se rebelaron contra él, su propio hijo trató de asesinarlo, y muchísimo más- pero aun así se transformó en el Ungido de HaShem y escribió el Libro de Salmos. Rabi Shimon bar Iojai pasó trece años sumido en una cueva ocultándose de los romanos pero así fue como logró recibir los secretos Divinos que constituyen la base y el cimiento del famoso Zohar, que es la base de la Kabalá. Rabi Najman y Rabi Natan constantemente fueron perseguidos y menospreciados. Rabi Najman sufría de mala salud y Rabi Natan fue víctima de una falsa acusación por culpa de lo cual estuvo encarcelado en una prisión ucraniana. Ese fue el precio que tuvieron que pagar para poder traer al mundo la luz de Breslev.

En una frase, y parafraseando al Rey David en el Salmo 112, “la luz salió irradiada de la oscuridad”.

La persona que vive su vida con emuná y se da cuenta de que no es nada sin HaShem va a poder atravesar la oscuridad y llegar al otro lado, no sólo sano y salvo, sino incluso fortalecido, porque la oscuridad inhibe la arrogancia y acerca al individuo a HaShem.

Hashem hace todo con gran amor y para nuestro bien y por eso nos envía en forma periódica etapas de oscuridad, para que retomemos la senda indicada y seamos humildes, y para que nos fortalezcamos en nuestro crecimiento espiritual y personal.

La persona que no se percata de las oportunidades de crecimiento que nos presentan los desafíos va a acabar quedándose atascada en la oscuridad sin oportunidad de salir. Pero una vez que aprendemos a dar precedencia a la Emuná por sobre la lógica y el intelecto, pronto nos recuperaremos de nuestros retrocesos y transformaremos nuestras caídas en ascensos y nuestra oscuridad, en luz. Todo esto forma parte de este viaje a un nivel superior. ¡Que Dios los bendiga!