Prende el switch!
Hace unos años, un amigo mío se enfermó de cáncer. Durante mucho tiempo luchó por su vida. Era igual que ustedes y que yo, pensando para qué estaba acá.
¿Por casualidad alguna vez sintieron lo mismo que solía sentir yo? Me refiero a esa sensación de no saber por qué observas el Shabat; estás en la sinagoga y das vueltas las páginas para ver cuándo se termina de una vez por todas el rezo; cumples las mitzvot en forma rutinaria – te pones los tefilín, haces todo pero no lo sientes en el corazón… A veces siento que no tengo ganas de hacer nada y solamente quiero relajarme y pensar: “¿Para qué estoy acá? ¿Cuál es mi función en el planeta?”. Bienvenidos a mi mundo, me llamo Alty. Vivo en Jerusalem y tengo 14 años.
Hace unos años, un amigo mío se enfermó de cáncer. Durante mucho tiempo luchó por su vida. Era igual que ustedes y que yo, pensando para qué estaba acá. Entonces, precisamente aquello que todos pensaban que era lo peor que le podía haber pasado, resultó ser lo mejor que le pasó en toda su vida. Después de mucho tiempo de estar enfermo, por fin empezó a sentirse mejor y entonces nos llegó la noticia de que estaban por darle el alta del hospital. Desde el primer día que llegó a casa, se puso a pensar: “¿Para qué estoy aquí? ¿Cuál es mi misión?”. Mi amigo sentía que había recibido la vida de regalo de Dios y que tenía que demostrar que se la merecía. La enfermedad le demostró lo que todos deberíamos saber: el hecho de estar vivos es un regalo así que no podemos desperdiciarlo. Tenemos que dar las gracias a Hashem por el hecho de estar vivos y por poder caminar, hablar, mover las manos, etc.
En el barrio donde vivo en Jerusalén hace unos meses hubo un atentado terrorista. Una mañana, dos terroristas árabes entraron a una sinagoga en la que estaban rezando muchas personas. Los terroristas lastimaron, dispararon y asesinaron a varias personas de mi barrio, vecinos míos. Ese día todos nos quedamos pensando: “¿Por qué yo no estaba ahí? ¿Qué es lo que hice o lo que tengo que hacer?”.
Debemos recordar que aquellas cosas que son más difíciles de conseguir al final son las más gozosas. Uno trata con tanto esfuerzo de despertarse temprano para rezar shajarit a la mañana y al final un día te levantas a tiempo y llegas justo para el rezo. Entonces uno se siente feliz consigo mismo pensando: “Acabo de acercar al Pueblo de Israel un poquito más cerca al Templo Sagrado. Acabo de salvar a un hombre de ser atropellado en la otra punta del planeta”. Uno nunca puede saber qué es lo que acaba de salvar cuando hizo una mitzvá, es posible que haya salvado a otra persona o que se haya salvado a sí mismo de algo que tenía que haberle pasado. Cuando siento que no tengo ganas de hacer una mitzvá, pienso: “Hazlo para ti mismo. Demuéstrate a ti mismo que eres capaz”.
Uno puede pensar en Shabat en el sentido de que uno no puede hacer nada o puede pensar en él en forma positiva, pensando: “Guau! Qué bueno que llegó el Shabat. Puedo disfrutar de la rica comida, puedo cantar tranquilo, puedo dormir la siesta, puedo jugar a algún juego con mis amigos. ¡No tengo que ir al colegio! Hay gente que piensa que el Shabat es una carga, pero para mí es el día más divertido de toda la semana, que es un regalo de Dios.
Mi amigo y todos los demás que se han “despertado” y ahora aman las mitzvot tienen un poder muy especial. Pero todos y cada uno de nosotros también tenemos acceso a ese mismo poder. Solamente tenemos que “prender el switch”. ¿Cómo? Queriendo y esforzándose. El concepto de que “no puedo hacerlo” no es correcto, porque en el judaísmo y en la vida TODOS PODEMOS.
Entonces ¿qué tenemos que hacer para mejorar? Yo los desafío a que la próxima vez que estén por quedarse dormidos mientras están haciendo una mitzvá, piensen en mi amigo. Piensen que ustedes están dándole fuerza al pueblo de Israel y lo están acercando un poquito más cerca al Templo Sagrado y acelerando la Redención Final. Mi amigo tuvo que pasar por una época muy difícil para poder llegar a la verdad. Ustedes no tienen necesidad de hacer lo mismo. Ustedes ya están allá. Solamente prendan el switch.
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