La batalla con Amalek

Los judíos que llegaron a la Tierra Santa fueron aquellos que lograron penetrar la cortina de humo

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Dovber Halevi

Posteado en 17.03.21

¿Qué relación existe entre la propaganda internacional y las relaciones públicas modernas con la batalla entre Edom e Israel y qué podemos hacer al respecto?

 

Amalek atacó  justo después de que fuimos testigos del más grande milagro que existió: la división del mar. Justo cuando el mundo reconoció en forma universal que el pueblo judío era el pueblo elegido de Hashem, entraron en guerra con nosotros. Su misión no era derrotarnos. Hashem nos protegía y no había forma de que ellos pudieran vencernos.

 

La misión de ellos era hacernos sangrar. Si ellos podían demostrar que éramos invencibles, entonces no estábamos tan conectados con Hashem, Quien es Invencible. Al demostrar la falta de conexión, Amalek sembró dudas, escepticismo. Amalek le dio al mundo motivos para rconsiderar si la misión del pueblo judío provenía de Dios y si, por extensión, era una misión santa o no.

 

Los judíos que llegaron a la Tierra Santa fueron aquellos que se negaron a aceptar cualquier duda. Ellos sabían la verdad y lograron penetrar la cortina de humo. Su emuná no fue sacudida por aquellos que trataban de cuestionar lo incuestionable.

 

Hoy es exactamente igual.

 

Una nación que pierde todas sus ventajas militares mientras ve cómo cuatro ejércitos se rodean en torno a ella por todos los costados, y no sólo que evita una total devastación sino que derrota a todos esos ejércitos en apenas seis días constituye un episodio que no tiene paralelos en la historia de la humanidad. La reunificación de Jerusalén fue un absoluto milagro que nos dio Aquel Que decretó que había llegado el momento de que el pueblo judío retornara a su Ciudad Antigua y Eterna.

 

A partir de aquel momento, Amalek ha estado sembrando la misma duda. A pesar de que se aplican las mismas leyes a todos los pueblos qe habitan la tierra, a nosotros se nos llama “ocupantes”. A pesar de que los residentes judíos en Cisjordania únicamente construyen en tierras que se ha demostrado que no le pertenecen a ningún propietario civil, se nos llama “ladrones”. A pesar de que los judíos religiosos son de los más patriotas, se nos llama “fanáticos”.

 

Eso no es verdad. Es la duda que pone en tela de cuestionamiento nuestra sagrada y Divina misión.

 

¿Quién está haciendo todo esto?

 

Los verdaderos enemigos son aquellos que se dedican a hacer una guerra de propaganda mundial en contra del pueblo judío. Son los mismos que parecen no tener tiempo para ocuparse de los 250.000 muertos en Siria, ni de los millones de dólares que roban los líderes de Irán mientras dejan que su pueblo se muera de hambre, ni de los horrores que tienen lugar en las tierras ocupadas por ISIS, pero sí tienen tiempo de sobre para sostener una lupa cuando miran lo que hacemos nosotros. Son los medios de comunicación que en vez de describir la cruda realidad de que “La Policía Israelí neutraliza a tres terroristas que apuñalaron a niños en un centro de compras”, publican en sus titulares de primera plana una información totalmente FALSA: “Tres palestinos mueren a manos de la policía israelí”.

 

Quién es el responsable de todo este doble lenguaje?

 

Es Edom. Ellos son lo que inventaron todo. Y son los que lo perpetúan. Acabamos de enterarnos de que ellos contrabandearon cientos de millones de dólares para comprar nuestros medios de comunicación y las organizaciones de “derechos humanos” para que estas cambien las narrativas de los hechos, y en vez de contar la verdad de Dios, cuenten la versión amalekita.

 

Entonces ¿cuál es la solución? ¿Cómo hacemos para enfrentar esta guerra sucia?

 

Con emuná.

 

Cada judío debe ver la misión de asentarse en la Tierra de Israel como algo puramente bueon. De nosotros depende mantener la convicción de que vivir aquí constituye un precepto de Hashem y nada más que eso. Todo lo que hagamos por expandir, mantener y fomentar nuestra presencia aquí es santo y Le causa gran felicidad a Hashem.

 

De nosotros depende ir más allá de los estereotipos. El ocupante es alguien que mantiene la tierra. Vive en Efrat, en Hebrón, en Itamar. Pero también es esa familia que vive en Netania, en Tel Aviv, en Katzrin, en Beersheva. El ocupante es el empleado de hi-tech que aprende a programar la web y es el diseñador de ropa deportiva de alta calidad que trata de hacer que Afula sea el nuevo centro mundial de calzado deportivo. El ocupante es el estudiante universitario de Berkley que le da las gracias a Jeff Seidel por el discurso en su primera comida de Shabat en Jerusalén.

 

El precepto de habitar la tierra no se limita a nuestros más grandes héroes sino que se aplica a todos nosotros, que hacemos todo lo que podemos por engrandecer a Israel.

 

Se nos ha mandado en cada generación que borremos a Amalek. Que acabemos con todas las dudas. Pero primero tenemos que tener emuná en Hashem y saber que nuestra tarea es una tarea sagrada!

 

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