La envidia

Mi amiga me invitó a ver su nuevo departamento. Además de advertir que más que departamento, era un sueño, también me di cuenta de que….

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Sunny Levi

Posteado en 17.03.21

Mi amiga me invitó a ver su nuevo departamento. Además de advertir que más que departamento, era un sueño, también me di cuenta de que tenía ayuda doméstica las veinticuatro horas del día, que su marido tenía una carrera muuuy bien paga, que tenía los muebles con los que yo siempre soñé,  que tenía el suelo reluciente, hijos dulces, joyas carísimas, el peinado perfecto, etc etc. Y admito que empecé a sentir un poquitín de envidia. Mis emociones empezaron a hervir por adentro y entonces empecé a oír la familiar cacofonía de vocecitas insistentes: “¿Por qué ella tiene que tener todo lo mejor? ¿Qué tiene ella tan de especial? ¿Y qué pasa conmigo? ¿Acaso yo no me merezco también  una vida así? ¡Yo trabajo mucho más que ella! ¿Qué está pasando? ¡Es una total injusticia!”.

 

Al día siguiente, fui a comprarles juguetes a mis hijos. Me pasé un buen rato mirando los juguetes y decidiendo cuál sería el más apropiado para cada uno de mis hijos. Y cuando llegué a casa y repartí los regalos, esperé ansiosa a ver cómo reaccionaban: sonrisas de oreja a oreja, gritos de entusiasmo y horas interminables de juego sano. Pero inmediatamente después de darles los juguetes que tanto me había esforzado en elegir, ellos empezaron a mirar alrededor, fijándose en lo que habían recibido sus hermanos y llenándose de envidia. Y como era de esperar, enseguida empezaron los gritos y las lágrimas: “¡Mamiiiiii! NO es justo!!! ¿Por qué le compraste a Dudi el juguete que quería yo? ¡Lo quiero yo! ¡Dámelo a mí!”.

 

Al principio me vi tentada a gritar: “¿Pero qué les pasa? Elegí cada juguete de acuerdo con la edad y de cada uno y le di a cada uno lo que más se adecua a las necesidades de cada uno. ¿Acaso piensan que yo no sé lo que es mejor para cada uno? ¡YO SOY SU MAMÁ!. Yo los conozco mejor de lo que ustedes se conocen a ustedes mismos. Yo sé las diferencias. Yo conozco las necesidades de cada uno. ¿Por qué no pueden aceptar cada uno su regalo y listo?

 

Pero antes de que pudiera decir una sola palabra, me sentí mágicamente transportada a mi propia experiencia del día anterior, a mi propia cancioncita de envidia, a mis propios sentimientos de que “tiene que haberse producido un error” y que lo que tiene “ella” tendría que ser “mío”. Y al darme cuenta de eso, que a mi propio nivel soy exactamente igual a mis hijos, empecé a pensar con una mente más grande, a ver la situación desde afuera. Siendo madre, razoné, para mis hijos soy como una especie de “Dios”. Ellos realmente piensan que yo lo sé todo. Que soy perfecta. (Me gustaría saber cuánto más va a durar…). Ellos saben que los di a luz. Confían en que me ocuparé de ellos y les daré todo lo que necesiten. Pero en este rol tan “Divino” siento una tremenda responsabilidad de hacer kidush Hashem, de enseñar la verdad, de ser justa.

 

Sé desde lo más profundo de mi corazón que darle a cada hijo algo diferente no es una señal de que tengo “favoritos” sino que estoy eligiendo lo más apropiado para cada uno. Por lo tanto, desde mi perspectiva de madre, veo la envidia de ellos como algo absolutamente inútil. Si creemos que Dios es el que nos da todo y que es Perfecto, y que quiere lo mejor para cada uno de nosotros, lo cual es cierto, entonces ¿cómo es posible tener envidia de los demás?

 

Así que me senté en el suelo con mis hijos y les mostré lo lindos que eran sus respectivos juguetes. Les mostré todas las formas en que podían jugar con ellos y disfrutarlos al máximo. Y entonces ellos me dieron las gracias por haberles hecho regalos tan lindos y sintieron gratitud por tener cada uno su regalo y no el del hermano. Del mismo modo, yo sentí gratitud de tener mi vida, no la de mi amiga.

 

Hashem nos ha dado a cada uno de nosotros los regalos más perfectos y mejor pensados. Y con emuná y un poquito de contemplación, podremos ver la perfección de nuestras propias vidas, apreciarlas y disfrutarlas al máximo!

 

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1. jhuliana

4/07/2016

hermoso mensaje ,muy educativo

B'H QUE DIOS NOS SIGA ILUMINANDO Con estas enseñanzas tan valiosas

2. jhuliana

4/07/2016

B'H QUE DIOS NOS SIGA ILUMINANDO Con estas enseñanzas tan valiosas

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