La intifada de los árboles

El 15 de Shevat, o Tu Bishvat es el Año Nuevo de los Árboles. La gente a veces arquea las cejas y pregunta: “¿Qué es eso del año nuevo de los árboles?”. Pues bien, la Torá nos enseña que “el hombre es un árbol en el campo”, o sea, los árboles son en muchas formas una metáfora de los seres humanos. Empleamos terminología arbórea cuando hablamos de nosotros mismos, y en especial cuando hablamos de nuestras tradiciones. Usamos términos como “árbol genealógico”, “raíces familiares”, “ramas de la familia”. E incluso más: los árboles y la plantación de árboles simbolizan el retorno del pueblo judío a nuestra patria. Allí donde nos asentamos, plantamos árboles. Nuestros enemigos son perfectamente conscientes de esto. La mala inclinación también. ¿Por qué ellos les tienen tanto miedo a nuestros árboles?

El Profeta Ezequiel y el Midrash atan los cabos entre los árboles, la Tierra Santa y la Redención Final, la Gueulá. Él dice: “Y ustedes, oh montañas de Israel, extenderán sus ramas y darán sus frutos para Mi pueblo Israel, pues pronto han de venir”. Aquí el Profeta está indicando que cuando las montañas de Israel florezcan con ramas que den frutos, la Redención Final y la inmigración masiva a Eretz Israel serán inminentes.

La mala inclinación se opone a la Redención Final con uñas y dientes y nuestros enemigos se estremecen ante la idea de una inmigración masiva. Juntos han concebido la más siniestra idea: la intifada de los árboles, el levantamiento contra los árboles. Hamas, ISIS y el Fatah se replantearon la situación y  y la eficacia de sus continuas actividades terroristas contra el pueblo y la tierra de Israel: ¿para qué asesinar a un solo judío por vez a cuchillazos cuando con tan sólo encender un fósforo pueden quemar decenas de miles de árboles y hacer que miles de judíos salgan huyendo de sus hogares?

El hecho de que los terroristas “palestinos” no tuvieran ningún reparo en quemar la Tierra de Israel es la prueba más concluyente de que esta no les pertenece y que ellos no son más que intrusos que no tienen ninguna conexión con nuestra tierra y que no les importa en lo más mínimo de ella: ¡uno no quema su propio hogar!

Supongan que construyen una casa con sus propias manos y hacen todo el paisajismo ustedes mismos. Incluso si alguien les robara la casa, ustedes no van a quemar la casa que construyeron ni los árboles que plantaron.

Israel sufrió las graves quemaduras de la Intifada de los Árboles este pasado mes de noviembre, cuando la culminación y el pico de una larguísima sequía fueron acompañados por vientos extremadamente secos provenientes del desierto hacia el este de Israel. Más de 3100 hectáreas  de bosques y 1100 hectáreas de zonas urbanas han sido destruidas por incendios producidos intencionalmente en Haifa, Zijrón Yaakov, Nevé Shalom, Modiin, Nevé Ilan, Nataf y demás  áreas en todo el país, según los servicios de lucha contra el fuego del Keren Kaiemet LeIsrael – Fondo Nacional Judío.

Este pasado mes de noviembre, Israel perdió más de tres millones de árboles  (¡!!!). Yo los llamo “los mártires verdes”. De hecho, y tal como el Arizal enseña cuando dice que las almas humanas muchas veces se reencarnan en árboles, esto equivale a perder tres millones de alma, Dios no lo permita. Yo sinceramente espero que el Primer Ministro cumpla con su promesa cuando dijo: “En lugar de cada árbol que fue quemado, van a florecer otros nuevos diez árboles. Eso es lo que hicieron nuestros predecesores desde el establecimiento del emprendimiento sionista y eso es lo que haremos también nosotros: plantar, construir y ahondar nuestras raíces”.

Cuando se disipó el humo, supimos que hubo 1700 incendios en los ocho días de la Intifada de los Árboles.

¿Y qué nos depara el futuro?

La publicación mensual de ISIS con fecha 6 de enero de 2017 dice en un artículo titulado “Solamente tácticas de terror” cita los incendios de Israel producidos en noviembre de 2016 como un ejemplo de un uso efectivo del fuego en pos del terrorismo. El siniestro vocero del ISIS convoca a los agentes terroristas del mundo entero a adoptar los métodos de la Intifada de los Árboles. El artículo luego continúa ofreciendo un manual práctico para incendios eficaces.

¿Quién va a ganar?

Cuando el fuego de la emuná, de la Torá y de la teshuvá arda dentro de nuestros corazones, no habrá ningún incendio en nuestros hogares ni en nuestros bosques, medida por medida. Cuando hacemos la voluntad de Hashem, nuestros enemigos se auto-destruyen.

Es hora de encender nuestros fuegos espirituales, porque con ellos apagaremos la Intifada de Los Árboles, de una vez por todas.