Paren el ciclo vicioso!
¿Por casualidad tú anhelas una relación mejor con uno de tus hijos pero no sabes cómo quebrar con la pauta repetitiva de tensión y conflicto?
¿Por casualidad tú anhelas una relación mejor con uno de tus hijos pero no sabes cómo quebrar con la pauta repetitiva de tensión y conflicto que se ha formado entre ustedes? Cuanto más continúe esa pauta, más improbable parece el cambio. Después de un tiempo, tu hijo puede llegar a sentir que hasta es capaz de predecir la forma en que vas a responderle. Tú también puedes sentir que ya sabes cómo va a reaccionar tu hijo incluso antes que él. Y en esos momentos en que tu teoría demuestra ser “correcta”, es posible que te digas a ti mismo: “Lo sabía! Yo sabía que lo iba a hacer de nuevo! Obvio que se iba a olvidar de sacar la basura otra vez. ¡Este niño jamás aprende!”.
Cada vez que tu hijo te desilusiona, él se vuelve más seguro de que no importa lo que haga, te va a desilusionar. Él aprende a buscar tu reacción desilusionada en cada cosa que hace. Tú, a tu vez, pues (inconscientemente) buscar egoísmo o rebelión en todo lo que hace tu hijo. Entonces lo que sucede es que lo que tú piensas de él y lo que él piensa de ti se vuelve algo tan arraigado que la relación entre ambos se quiebra. Es lo que se llama un ciclo vicioso en el que ambos están atrapados y que jamás va a poder terminar.
Una estrategia muy eficaz para quebrar esto es hacer algo inesperado. Haz algo inesperado para que tu hijo se quede pensando: “¿Qué está pasando acá?”. En ese momento los circuitos se redirigen y las hostilidades se suspenden. Aprovecha ese momento para buscar una nueva forma de comunicación con él. Trata de actuar de una manera tal que le demuestre a tu hijo que alcanzaste una nueva forma de entendimiento de él. Muchos hijos dicen: “Mis padres no me entienden”. La buena noticia es que los padres PUEDEN entender a sus hijos. Es que los hijos han dejado de comunicarse con ellos.
Haz bromas, baila por la casa, cambia de silla, vístete de forma diferente, empieza a tomarte días del trabajo, llevalos de paseo, duerme con él en una carpa en el patio, salta con él en una trampolina.
Recuerda las leyes de emunaterapia para una buena relación padre-hijo:
- Menos reglas
- Enfoque más flexible
- Recuerda que los hijos no son adultos.
- Recuerda que tú también fuiste un niño
- Los padres son maestros, no disciplinadores.
- Enseña y conduce con el ejemplo
- La educación de los hijos empieza por la educación de los padres.
- Está dispuesto a fracasar
- Nunca “exijas” honores
- Siempre pregúntate a ti mismo: “qué método va a funcionar con este niño o adolescente?”.
Y una última pregunta: alguna vez tus padres fueron esa distancia para acercarse a ti? Te dieron de su tiempo, o te demostraron especial atención? Si sí, entonces sabes perfectamenmte lo maravilloso que es tener un padre al que le importa de ti. Y si no, entonces sabes lo doloroso que es, y eso por sí solo ciertamente es suficiente motivación para quebrar todos los modelos negativos que se han ido formando entre tú y tu hijo, y formar una relación más cariñosa y más sana.
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