Mens Sana in Corpore Sano

Hoy en día, mucha gente sufre de obesidad. No me refiero a unos pocos kilos de más, sino a muchísimos kilos de más. También hay muchos niños que sufren de este problema.

La obesidad es una epidemia creciente (sí, con juego de palabras…) en todos los países desarrollados, pero me molesta en especial que haya tantos judíos religiosos obesos.

A mí me parece que el énfasis en la espiritualidad muchas veces deja de lado el hecho de que somos personas físicas que viven en un mundo físico. Me molesta que tanta gente viva con una mentalidad de “o uno o lo otro” y no creo que pueda haber un equilibrio sano entre vivir en el mundo material y el mundo espiritual.

Yo soy una madre de cinco hijos y soy observante de la Torá y voy al gimnasio por lo menos 3-4 veces por semana. Hago una hora de zumba seguida de 45 minutos de intenso entrenamiento. No como comida basura excepto una vez a la semana, en mi día de “engaño”. Tengo 39 años y estoy en forma más que nunca. Me siento fuerte, llena de energía, con confianza en mí misma y, lo principal, feliz.

Mi conexión con Hashem crece día a día y sé que mucho de eso tiene que ver con el hecho de que cuido mi cuerpo. Yo creo que el Rabino Brody y yo somos buenos ejemplos de cómo se puede vivir bien en ambos mundos. Y no sólo es posible, sino que es lo que Hashem espera de nosotros.

No sé cuándo ni cómo empezó este declive físico pero tiene que terminar. Estamos pagando por nuestra supuesta “piedad” con nuestras vidas! Yo creo que la mejor forma de sentirte espiritualmente conectado con Hashem es cuidar antes que nada la salud.

El cuerpo es una vasija para el alma, ¿verdad? Entonces por qué hay tanta gente que no cuida el cuerpo? ¿Qué es esta pavada de comprar tantas gaseosas, tantas golosinas, tanta comida basura? ¿Por qué el 95 % del supermercado está lleno de basura?

Me rompe el corazón ver que la gente llena los carritos del supermercado con basura y tal vez un par de tomates y pepinos. Y después se quejan de estar enfermos, Dios se apiade…

En realidad, estamos equivocados. Le rogamos a Hashem que nos tenga compasión, pero en realidad somos nosotros mismos los que destruimos nuestros cuerpos con sustancias químicas, preservativos, azúcar y toxinas. Somos nosotros los que destruimos el sistema inmune con vacunas tóxicas (incluida la de la gripe), antibióticos (la mayoría de los cuales son innecesarios) y toneladas de remedios que crean más problemas de los que solucionan.

¿Qué esperamos de Hashem? ¿Por qué te quejas con Él de tus problemas de salud? ¿Acaso Él te dio de comer con Su mano a la fuerza ese tercer pedazo de torta de mousse de chocolate que supuestamente comes “en honor de Shabat”?

¿No sería mucho más “honorable” para el Shabat y para Hashem si tuviéramos un estilo de vida sano?

Es hora de que volvamos a unir estos dos aspectos de la vida. Si quieres tener el alma sana, entonces tienes que tener el cuerpo sano. No me importa todo lo “espiritual” que pretendas ser. Si comes basura y no haces alguna clase de ejercicio físico, entonces no le estás dando a tu vasija Divina todo el cuidado y el respeto que se merece. Y entonces tú eres el único que tiene la culpa.

Si quieres avanzar en tu conexión con Hashem, entonces empieza a ponerte en forma. Empieza a darle a tu cuerpo comida y no basura. Empieza a ir al gimnasio y a hacer ejercicio. Comer golosinas y comida basura está bien una vez cada tanto. El problema es que el estilo de vida poco sano general es lo que contribuye a que haya tantas enfermedades y todas ellas son en gran medida evitables. A esto me referiré en futuros artículos, si Dios quiere.