No temas el cambio

Estás sentado? Sí? Porque estoy a punto a darte una GRAN noticia.

Ok, estás listo?

Nos mudamos de nuevo a Miami!

¿Sorprendente? SÍ!

Incluso para mí, que fui la que tomó la decisión.

Las razones no las voy a tratar en esta instancia, pero me gustaría decirles solamente que estos últimos siete años han sido una increíble experiencia de crecimiento que siempre atesoraré. He aprendido un montón acerca de mí misma y de lo que soy capaz de lograr.

Ahora mi familia ha entrado en una nueva etapa de la vida y por muchos motivos siento que lo correcto es volver. Por supuesto que estoy abierta a regresar en algún momento a Israel si las circunstancias lo permiten.

Ahora bien: hay varias cosas de las que me arrepiento en estos últimos siete años. La verdad es que no son muchas pero en retrospectiva me doy cuenta de que podría haber hecho ciertas cosas mucho mejor o de manera diferente.

Pero entonces entra en juego la emuná, que impide que caiga en un abismo de lamentación y autopersecución.

Y otra gran ventaja de la emuná: que me permitió arriesgarme.

A veces nos enfrentamos a momentos en la vida en que tenemos que tomar grandes decisiones que han de cambiar el curso de nuestras vidas.

Pero si trabajamos sobre nosotros mismos, si nos conectamos con Hashem y Le pedimos guía y claridad, entonces no tenemos que temer los resultados.

Recuerda que los resultados dependen de Hashem. Lo único que nosotros podemos controlar son las situaciones con las que Él nos presenta.

Mirando en retrospectiva, puedo percibir un modelo de toma de decisiones espontáneas. Algunas de las decisiones que tomé no salieron como esperaba pero muchas salieron incluso mejor de lo que podría haberme imaginado.

En síntesis, si bien tomé algunas decisiones no tan buenas, no tengo de qué arrepentirme. Yo creo sinceramente que Hashem siempre me ha guiado y que me puso en el camino que necesitaba estar para que pudiera llevar a cabo la rectificación de mi alma.

Nunca subestimes la forma en que trabaja Hashem. La vida no es algo lineal. El curso de la vida es como una montaña rusa, con toda clase de vueltas y giros difíciles, e incluso cuando el carrito va hacia abajo, finalmente llegará a destino.

Por eso, si bien haber vivido en Israel todo este tiempo ha sido una experiencia maravillosa, y estoy muy feliz de haberlo hecho, ahora también estoy muy entusiasmada con el comienzo de este nuevo viaje.

La conclusión: nunca tengas miedo. No tengas miedo de arriesgarte, de ir más allá de tu zona de confort, de tropezar. Lo peor que puede pasar es que tengas otra oportunidad de empezar de nuevo.

He tratado. He fracasado. He aprendido. He crecido. He ido hacia atrás y lo he intentado nuevament e. Me he vuelto más flexible, más fuerte, más independiente.

Y eso es algo de lo que puedo estar orgullosa. Y tú también.