Por la dignidad humana

La gente quiere una buena vida pero para poder tener una buena vida, hay que ser una buena persona.

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 15.03.21

Respetar a los demás es la raíz de todo en la vida. La gente quiere una buena vida pero para poder tener una buena vida, hay que ser una buena persona. O sea, hay que ser bueno con los demás. La gente ama y respeta a las personas buenas y saben que son de confiar. La persona buena se pone como propósito evitar hacer cualquier tipo de daño a los demás. Es una persona amable, paciente, humilde y sonriente y siempre crea buen ambiente a su alrededor. Cuando esta persona está rezando en un minián (quórum de diez), no reza despacio para que los demás no tengan que esperarlo. Es una persona amable y considerada que piensa en lo que hace antes de hacerlo, para asegurarse de que con sus actos no cause molestia a ningún otro ser humano.

 

Al conducir un auto, esta persona no les toca la bocina como loco a los transeúntes, porque sabe que se asustan. ¿Y qué pasa si la luz roja del semáforo se puso verde? ¿Y qué pasa si el auto que está delante de ti no arrancó como un misil? ¿Para qué tocas la bocina? Espera tres segundos con paciencia y no vuelvas locos a todos con el chillido de tu bocina. Aprende a ceder ante los demás. Tenles compasión. No te enojes con esa persona que se sentó en el lugar que sueles sentarte tú en la sinagoga. No le grites a nadie. Haz que la dignidad humana ocupe el primer puesto en tu lista de prioridades. No empujes a nadie para poder llegar más cerca de la tumba del tzadik: es preferible que no estés tan cerca y que reces allí donde estás. Según enseñaron nuestros Sabios, la regla general es: “sé blando como una caña; cuando el viento sopla, la caña se dobla en cada dirección, pues la Torá perdura únicamente en la persona humilde. ¿Por qué se compara a la Torá con el agua? Para que sepamos que la Torá, al igual que el agua, fluye de un lugar alto a un lugar bajo. La Torá solamente perdura en la persona de espíritu humilde” (Taanit 20ª).

 

Cada vez que honramos a los demás, estamos invocando abundancia y bendiciones al mundo entero y además expiamos cualquier falta que pudiésemos haber cometido. Al traer luz al mundo, nuestra propia oscuridad desaparece.

 

Nuestros Sabios dijeron que cuando las personas aman a alguien, Hashem la ama aún más y viceversa (Avot 3:10). Todos debemos esforzarnos por preservar la dignidad de los demás y ser considerados con ellos y con sus sentimientos. Dice Rabí Najman que cada persona debe verse a sí misma como si fuera la única responsable de todo el mundo, haciendo todo lo posible por rectificar las deficiencias existentes. Cada uno debe comprometerse solemnemente a evitar causar dolor o pena a cualquier otra persona en la faz de la tierra.

 

 

 

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1. Rafael Meir Ruiz Shimanc

10/26/2018

la dignidad

Excelente tema de reflexion, el beneficio de ser tolerante con todo lo existente.

2. Rafael Meir Ruiz Shimanc

10/26/2018

Excelente tema de reflexion, el beneficio de ser tolerante con todo lo existente.

3. Ludim garduño ignacio

10/24/2018

Por la dignidad humana

Cuanta sabiduria que HASHEM le proteja y le dé larga vida, DIOS me dió la oportunidad de contactarlos ¡¡¡¡¡GRACIAS!!!!!RAB ARUSH muchchas muchas muchas bendiciones

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