Justicia, verdad y paz

Este joven vino a verme para hacerme una consulta. Hacía poco que se había casado...

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 05.09.24

La única cosa

Este joven vino a verme para hacerme una consulta. Hacía poco que se había casado.

Kvod Harav, si le pidiera que me dijera una sola cosa, una sola costumbre, que debería adoptar y mantener durante todo mi matrimonio, ¿cuál es la más importante? ¿Qué es lo que usted me recomendaría? ¿Cuál es la cosa de la que uno no debe prescindir, cueste lo que cueste?”.

Antes de leer la respuesta, trata de pensar qué habrías dicho tú, y qué crees que he dicho yo a ese novio. Es posible que te sorprendas…

La respuesta que le di fue muy sencilla: “Si quieres una sola cosa a la que aferrarte con todas tus fuerzas, siempre y a cualquier precio, pase por lo que pase, aférrate a la midá de emet: la verdad. Nunca le mientas a tu mujer”.

Sentar las bases

Es cierto que en mi libro traté y enfaticé una serie de reglas muy básicas en shalom bayit (paz en el hogar), y es cierto que es importante respetar, honrar, halagar a la mujer y abstenerse de hacer críticas etc. etc., y efectivamente hay que aprender y hacerlo todo; pero la experiencia nos enseña que incluso un marido que ha cometido muchos errores e incluso se ha comportado de la manera más vergonzosa, y ha causado problemas aún más difíciles que prefiero no mencionar aquí – casi siempre hay una manera de rectificar la situación, y no hay que rendirse. Conozco cientos de hogares que lograron rehabilitarse después de haber estado en situaciones parecidas.

Pero cuando la esposa siente que su marido es un mentiroso – entonces sí que es casi imposible rectificar la situación. Ya no cree en él, no es capaz de sentir ninguna conexión con él, porque cuando no hay confianza, ¡no hay posibilidad de conectarse!

Hay un dicho en hebreo que dice: “La falsedad no tiene patas sobre las que sostenerse”. Nada puede sostenerse sobre una mentira. La verdad es la base de la vida, del mundo, de la sociedad humana y también del hogar judío.

La luz espiritual ilumina y brilla sobre la persona sólo en la medida del anhelo y el deseo de esta persona de experimentar esta luz espiritual. Y aún más, la inmensa luz espiritual que es la luz de la verdad – la única manera de adquirirla es desearla con toda el alma. David Hamelej, quien juzgó al pueblo judío, oró: “Guíame en Tu verdad”. “Envía Tu luz y Tu verdad; ellas me guiarán”. y también hay más pesukim sobre el mismo tema.

Cuando el dayan es un hombre de verdad, y todo su anhelo es la verdad, y es cuidadoso con su discurso, y llega al tribunal completamente limpio de cualquier soborno o inclinación personal, sin importarle ni el bien del rico ni el bien del pobre, y en su vida personal también se toma la molestia de separar la verdad de la falsedad y llegar a la verdad pura y clara – sólo entonces Hashem ilumina el juicio, y entonces se cumple el pasuk, “Elokim está en la asamblea Divina”; vale decir- ¡Hashem está presente en el tribunal junto con los dayanim! Y Hashem ciertamente conoce la verdad, y sólo de Él puede venir un veredicto verdadero, y por eso los dayanim son llamados Elo-him, porque es a través de ellos que la verdad de Hashem se revela en este mundo.

Por eso a los dayanim se les ordena al principio de la parasha: “Persigue la justicia, sólo la justicia”. Y así, el dayan no sólo debe ser irreprochable en sus tratos financieros, sino que debe odiar el dinero; debe amar la verdad tanto que odiará incluso el dinero que le llegue legalmente.

Palabras de paz y verdad

Esto es relevante para todos y cada uno de nosotros. Porque Rabenu Rabi Najman dice en Likutei Moharan que la persona que es forzada a ir a la corte – esto es un castigo para ella, por no haber tratado con su prójimo honestamente. No percibió a Hashem en sus tratos comerciales, y por lo tanto naturalmente llegó a mentir y engañar, y su castigo es ir a la corte y retornar a la verdad. Ve a los dayanim que lo único que quieren es la verdad, y la luz de la verdad de Hashem se revela a través de ellos – así que incluso cuando los dayanim le hacen pagar, se siente muy feliz, porque el deseo de la verdad, y sólo la verdad – retorna a él.

Restaurar a nuestros jueces

Y este es el punto profundo del consejo que le di a aquel novio: La paz se apoya en la verdad: “¡Ama la verdad y la paz!” El Rambán trae el nombre de nuestros Sabios: La verdad es realmente la paz, pues está escrito: “Al menos reinarán la paz y la verdad”. En el Sefer Hamidot dice: “Cuando hay verdad, hay paz”. Y cada uno debe educarse a si mismo y a sus hijos a apegarse completamente a la mida de la verdad, y a rezar, desear y buscar constantemente la verdad.

Esta es la clave de todas las bendiciones y salvaciones, porque “La falsedad retrasa la salvación”, y, por el contrario, “la verdad salva de todos los problemas”, y “a través de la verdad el mundo está protegido de todo daño” (Sefer Hamiddot).

Y al igual que la paz en el hogar depende de la verdad, también la paz del Pueblo Judío y su dominio sobre la tierra dependen de la verdad, como dice el pasuk: “Perseguid la justicia, sólo la justicia, para que podáis vivir y poseer la tierra”. Rashi trae aquí el Sifri , que dice: “El nombramiento de jueces kosher puede hacer que Israel viva y se establezca en su tierra.”

Hoy en día vemos con nuestros propios ojos cómo la justicia falsa y pervertida debilita al pueblo judío y nuestro dominio sobre la Tierra de Israel y aumenta las desavenencias y el odio entre el pueblo. Y que en este mérito, tengamos paz entre todos y triunfemos en todas las guerras, tal como dice en Sefer Hamidot: “Aquel que se asegura de no mentir, siempre gana.”

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