Arbaat HaMinim – Las Cuatro Especies de Sucot

La Torá afirma (Vaikrá 23): “Tomaréis para vosotros el primer día el fruto de un cidro, las ramas de palmeras datileras, ramitas de un árbol trenzado y sauces de arroyo; y os alegraréis ante Hashem vuestro Dios siete días”.

El Sefer HaJinuj (el Libro de la Educación) dice:

“Una de las raíces de esta mitzvá es que el hombre se ve afectado por las acciones que realiza continuamente, y sus ideas y sentimientos se guían por sus acciones. Debido a que Dios quería traerle mérito a Su Pueblo Elegido, Él les dio muchas mitzvot para que fueran afectadas beneficiosamente al realizarlas a diario.

“La Fiesta es un tiempo de alegría para el pueblo judío, ya que es la época de la cosecha, cuando traen los frutos de su trabajo al hogar y la gente está feliz. Dios les ordenó hacer un Festival en esa época, para que tengan el mérito de que su alegría y felicidad puedan ser dedicadas a Su Nombre. La alegría puede hacer que la persona se sienta atraída por el materialismo y olvide su temor al Cielo, por lo que el Creador le ordenó a Su pueblo que tomaran objetos en sus manos para recordarles que toda su alegría debe ir dedicada a Su Nombre y a Su honor. Él quería que estos recordatorios fueran artículos que trajeran alegría, tal como ocurre con esta época del año, y es bien sabido que las cuatro especies están naturalmente dotadas para traer alegría al corazón de la persona cuando se las contempla.

“Además, las cuatro especies se asemejan a órganos del ser humano:

• Etrog (cidra) – se asemeja al corazón (que en realidad se refiere a la mente), que es el lugar de nuestro intelecto, para enseñarnos que uno debe servir a Dios con su intelecto.
• Lulav (rama de palma) – se asemeja a la columna vertebral, la parte principal de un ser humano, para enseñarnos que el hombre debe enfocar todo su cuerpo para servir a Dios.
• Hoja del Hadas (ramita de un árbol trenzado, el mirto) – tiene la forma de un ojo, para enseñarnos que los ojos no deben desviarnos a cosas malas en el día de nuestra festividad.
• Hoja del Arava (sauce de arroyo) – tiene la forma de los labios, que aluden al habla, para enseñarnos que uno debe refrenar su habla y ser cuidadoso con lo que dice incluso en momentos de alegría”.

La mitzvá de las cuatro especies nos enseña que debemos procurar acercar a todo el pueblo judío a nuestro Padre Divino, por muy lejos que se encuentren. Vemos en el Midrash que cada una de las cuatro especies simboliza un tipo diferente de judío:

• El fruto de un árbol hermoso – El etrog tiene tanto sabor como aroma – estos son los judíos que poseen tanto conocimientos de la Torá como buenas acciones.
• La rama de la palmera – El lulav tiene sabor [se refiere a los dátiles], pero carece de olor – estos son los judios que poseen conocimientos Torá, pero carecen de buenas acciones.
• La ramita del árbol trenzado – El hadas tiene aroma pero carece de sabor – estos son los judíos que tienen buenas acciones pero carecen de conocimientos la Torá.
• Sauces del arroyo – El arava carece tanto de sabor como de aroma – estos son los judíos que carecen tanto de conocimientos de Torá como de buenas acciones.

¿Qué hace Dios con ellos? Destruirlos es impensable. Más bien Dios dice: ‘Únelos en un lazo y expiarán el uno por el otro’“.

El Midrash nos enseña que incluso aquellos que no tienen ni sabor ni aroma -o sea, ni Torá ni buenas acciones- no deben ser distanciados; más bien debemos unirlos con las especies que tienen aroma para que absorban el buen aroma. De esta manera debemos acercarnos a nuestros hermanos alejados y acercarlos a los eruditos de la Torá, que tienen tanto “sabor como aroma”, y los eruditos ejercerán una buena influencia sobre ellos hasta que lleguen a parecerse al Etrog, vale decir, a ser poseedores de Torá y de buenas acciones.

La mitzvá de las cuatro especies sólo puede cumplirse si las cuatro se mantienen juntas simultáneamente. Lo mismo ocurre con el pueblo judío – aunque seamos tan diferentes unos de otros, siempre debemos estar unidos.

¡Muy feliz Sucot!