Canté y me salvé
Ya casi no hay quien no haya oído por lo menos una vez la famosa canción “Hashem ohev otí” “Hashem siempre me ama”. Y es una canción que ha traído y sigue trayendo muchas salvaciones al mundo, gracias a Dios.
Ya casi no hay quien no haya oído por lo menos una vez la famosa canción “Hashem ohev otí” “Hashem siempre me ama”. Y es una canción que ha traído y sigue trayendo muchas salvaciones al mundo, gracias a Dios.
Y tenemos que explicar por qué esta canción logra algo tan elevado.. Como hemos dicho en nombre de muchos tzadikim, cuando sabe verdaderamente que Hashem la ama, cada persona puede hacer descender cualquier salvación que necesite. Mencionaremos aquí algo maravilloso que el Rabino Yaakov de Pshevorsk cuenta sobre el Maggid de Trisk, quien era un gran tzadik y podía hacer que las mujeres estériles tuvieran hijos. Él dijo sobre sí mismo que incluso si un día decidía decretar que un árbol que no da frutos dé frutos, iba a tener frutos. ¿Y saben por qué? ¡¡¡¡Porque él sabía que el Santo, Bendito Sea, lo amaba!!!!
Si te falta algo en la vida, ¡lo que te falta es la conciencia de que Hashem te ama! ¡Saber que Hashem solo hace el bien por ti y continuará haciendo el bien y que todo va a estar bien y cada vez mejor!
Entonces, ¿cómo se canta?
Ponte de pie y empieza a cantar:
Hashem es un buen Padre, siempre está orgulloso de mí y sólo ve mis virtudes.
Él ve que quiero ser buena persona, pero no siempre lo consigo – aún me faltan algunas plegarias…
Y Hashem también ve mi buena voluntad cuando hago el intento y no pierdo la esperanza
Él ve mi vergüenza y mis ganas de volver a empezar…
Hashem, Bendito sea, siempre me ama
Y siempre me trae sólo cosas buenas
¡Y cada vez me dará más cosas buenas!
¡Y siempre me traerá sólo cosas buenas!
Él me escucha, me tiene compasión y siempre me responde…
Y si no me responde, ¡seguiré esperando!
¡Lléname de emuná- para que sepa que Tú siempre me amas
y me das nuevos regalos cada día!
Guíame con compasión, como si todo en este mundo fuera pura compasión
¡Que todos vean que sí, que Tú escuchas nuestras plegarias!
Que todos sonrían, estén sanos y canten:
Hashem, Bendito sea, siempre me ama
Y siempre me trae sólo cosas buenas
¡Y cada vez me dará más cosas buenas!
¡Y siempre me traerá sólo cosas buenas!
Y Él me proveerá el sustento y me dará riquezas
Y los solteros y las solteras encontrarán pareja
Los enfermos se curarán y todos gozarán de buena salud
Y todos vivirán una vida bella y feliz un año tras otro
Nos iluminará la luz de Hashem y la emuná
Alcanzaremos la verdadera sabiduría
la comprensión y el conocimiento
Y vendrá nuestro Mashíaj sin necesidad de guerras
Comeremos sandía y tendremos un día de fiesta
Porque…
Hashem, Bendito sea, siempre me ama
Y siempre me trae sólo cosas buenas
¡Y cada vez me dará más cosas buenas!
¡Y siempre me traerá sólo cosas buenas!
Cada vez mejor y cada vez mejor
Cada vez mejor y cada vez mejor
Y solamente siempre cosas buenas
Así es como te pones a cantar ante cada problema, cada carencia, cada dificultad: “Y tendré una recuperación completa, y tendré un abundante sustento, y saldré de todas mis deudas, y recuperaré la salud mental, y tendré paz y tranquilidad, y tendré alegría, y tendré hijos, y tendré hijos buenos y justos, y haré teshuvá completa, etc. etc.
Creo que ya has entendido el punto.
Si rezas así por cada problema, carencia o cualquier cosa en la que no tengas éxito, verás milagros.
Ten fe en que Hashem te ama. ¡sí, tú – tal como eres! ¡Y Hashem solo te hará cosas buenas! ¡Tú – tal como eres! ¡Hashem quiere proporcionarte cada salvación! Incluso si piensas que no eres digno – eso es por falta de emuná.
¡Hashem hace el bien porque es un buen padre! ¡Y Hashem solo te hará el bien no porque seas un tzadik, sino porque eres Su hijo! Cada uno de nosotros es Su hijo en la misma medida.
Tenemos muchos “títulos” – tzadik, buen estudiante, talmid jajam, kadosh (santo), jasid. Dentro de cada título hay sub-títulos, y ninguna persona es igual a otra. Hay muchos niveles y diferencias entre las personas. Pero hay un título que todos compartimos, y es inmutable: ¡el título de hijo! Todos somos iguales con respecto a este título – todos somos hijos de nuestro Padre Divino, y Su deseo de ayudar a cada uno de nosotros es completamente igual para todos.
Esto es lo que debemos saber profundamente en nuestros corazones en cada momento – ¡y este conocimiento nos trae del Cielo inmensas salvaciones!
Queridos lectores, ¡que siempre sean felices, y siempre canten y bailen, y siempre experimenten yeshuas! Sigan cantando “Hashem siempre me ama y siempre todo va a estar bien y cada vez mejor,” y si son testigos de su salvación después de esta canción y como resultado de ella y quieren compartir la historia con nosotros y fortalecer a otros, envíennos historias de “Canté y me salvé” al correo electrónico: 8458341@gmail.com.
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