Venezuela libre!

Años atrás, poco antes de la era del régimen chavista, Venezuela nadaba en la opulencia como resultado del impresionante negocio del crudo. Dicho comercio en el 2011, como lo informó el entonces Ministro de Energía, Rafael Ramírez Carreño, que  las reservas certificadas de petróleo en ese país ascendían a 297.000 millones de barriles, ​ lo cual colocó a Venezuela, como el país con las mayores reservas de petróleo a nivel mundial, por encima de Arabia Saudita.

Previamente, en octubre del 2007, el Ministerio de Energía y Petróleo venezolano comunicó que sus reservas probadas de petróleo se habían elevado a 100.000 millones de barriles, tras la certificación de 12.000 millones de barriles, adicionales de reservas probadas, se estima que la reserva legal de petróleo de Venezuela está asegurada en más de 100 años. Luego, en febrero de 2008, dicha cantidad se había elevado a 172.000 millones de barriles.

Suficiente dinero como para ser el país más próspero del mundo, y para que todos sus ciudadanos fueran extraordinariamente ricos. Entonces, ¿cómo se quiebra un país petrolero? Llegando su gente a la completa pobreza y hambre. Por muy impresionante que parezca, Venezuela es un país controlado por el crimen organizado, conocido como “el cartel de los soles”, que es el término usado para describir, al grupo conformado por miembros corruptos de las Fuerzas Armadas  venezolanas y el gobierno bolivariano, cuyo objetivo principal es el tráfico de drogas, de las cuales exportan 12.000 mil toneladas por año.

Compuesto principalmente por altos oficiales militares, que están estrechamente vinculados al crimen organizado internacional, participando en actividades criminales como narcotráfico, minería ilegal y contrabando de combustible.​ Además de intervenir activamente en el comercio ilícito de drogas, controlan la actividad minera de varios estados, con participación directa en la extracción y el contrabando de oro, coltán, piedras preciosas y otros minerales.

Esta organización es liderada por el magnate venezolano Diosdado Cabello Rondón, considerado según la prestigiosa revista Forbes en su "Edición Especial 2015" como el billonario más acaudalado del planeta, encabezando el primer lugar con casi unos 285 billones de dólares, cuadriplicando a Bill Gates que aparece en el segundo lugar y cuya fortuna es de 76 billones de dólares.

Nicolás Maduro, quien actualmente usurpa la presidencia, es un dictador y líder de un inútil régimen socialista de izquierda, miembro de un partido de izquierda social internacional, a la que pertenecen y tienen alianza todos los dictadores y representantes del bando zurdo a nivel mundial. A esto hay que sumar los colectivos armados de las ciudades, los 25.000 soldados cubanos agentes del g2, los 5.000 mercenarios rusos del grupo Wagner, las guerrillas del eln y las farc, que están siendo entrenadas por hezbollah allí.

Para cerrar, el árabe, Tareck El Aissami, miembro de hezbollah y actual vicepresidente del país, puesto por el gobierno de Irán, según el experto en seguridad Víctor Amram quien dijo, “El territorio inhóspito de las amazonas ya está controlado por el ejercito iraní, quienes ya tienen bases militares en esa zona… Venezuela surte de uranio a Irán”.

Todo eso con la complicidad de algunos sectores evangélicos y de la iglesia católica, de la cual el papa, su máximo líder, no ha condenado ninguna de las acciones del régimen en ese país, ni mucho menos ha reconocido el mandato constitucional de la Asamblea Nacional, a la ironía de un estado mayoritariamente católico.

Pero el pasado miércoles 23 de enero del 2019, a propósito del "Gobierno de transición" que impulsa el Legislativo, el máximo representante de la Asamblea Nacional (AN), Juan Guaidó, se juramentó como "Presidente Interino" de Venezuela, llamando la atención de todo el mundo y el reconocimiento de todos los países democráticos, poniendo en jaque, casi mate, al régimen que se atrinchera y aferra en Miraflores.

Con todo esto, cualquiera pensaría que es una suerte de sucesos orquestados por los norteamericanos, más las mentes brillantes de la oposición, que se armonizaron para desarrollar el plan que a manera de reloj suizo, nos fue relatando los acontecimientos de la semana inmediatamente anterior. Además del valeroso pueblo venezolano, que ha salido a las calles en marchas de millones de personas clamando por un cambio.

Es el momento indicado para que Venezuela siga el consejo dado al presidente Guaidó por el Dr. Jaime Banks Puertas, quien lo instó a: “Restablecer las relaciones diplomáticas, culturales y comerciales con Israel, establecer la embajada venezolana en Jerusalém, reconociéndola como capital eterna e indivisible del estado judío, suspender el visado entre los dos países y solicitar ayuda la médica e industrial, que sería pagada en intercambio por el petróleo”.

Mas allá de todo esto, debemos examinar nuestro interior y reconocer que aún nos falta mucho por cambiar como ciudadanos de este mundo. Hoy en las noticias vemos a los millones de venezolanos exiliados, el sufrimiento de un pueblo que en carne propia aprendió a suplicar al Eterno, nos evocan las desgracias sufridas por los millares de judíos a lo largo de la historia, por lo cual se estipuló el 27 de enero como día del recuerdo.

Debemos reconocer al Creador del universo aferrarnos a Él, con fe inquebrantable, con conocimiento de que todo es para bien, como tantas veces nos dice el Rabí Shalom Arush: todos los judíos del mundo debemos apegarnos a la Torá y las naciones del mundo, a las 7 leyes de Noé. Juntos tenemos la obligación y responsabilidad de hacer una teshuva sincera, única y autentica y entonces, no habrá régimen que pueda seguir martirizando el mundo.

Permita el Creador que podamos corregir y santificarnos antes de la revelación de nuestro Mashiaj, del cual sabemos está cerca y está por llegar. Que las naciones sean libres de todo pensamiento tóxico y dañino y que la Santidad de Bore Olam nos cobije y proteja. Amén!