Facilitemos la Redención

¿Ocultaré mi Rostro?

“Usted cuenta historias de personas que cantaron la canción ‘Hashem siempre me ama’ y fueron salvadas de inmediato con milagros que superan la naturaleza. Pero conmigo veo que ocurre exactamente lo contrario”, se quejó uno de los asistentes a mis charlas.

“No es que no crea”, continúa, “creo con fe completa que Hashem me ama. Cuando escuché estas enseñanzas suyas por primera vez, supe que eran la verdad, me llegaron al alma, me fortalecieron y me dieron esperanza. Durante dos semanas estuve en las nubes. Estaba feliz a pesar de las dificultades inmensas que estoy atravesando. Pero…
Pero todo se derrumbó al enfrentar la realidad. No solo no vi salvaciones, sino que las cosas solo empeoraron. Me siento totalmente frustrado. Estoy seguro de que Hashem es un buen Padre y solo hace el bien, pero todo se da vuelta contra mí. ¿Dónde están los milagros? ¿Dónde están las salvaciones?”

Palabras que Sanan

Es doloroso escuchar a una persona que sufre, pero me alegró mucho que me hiciera esta pregunta, porque es una pregunta importante y fundamental. Ni siquiera es una pregunta, sino que es un clamor: la persona que cree completamente en Hashem, pero que siente que está explotando por dentro. Y no está solo. Hay muchos, muchos como él. Vivimos en un mundo de falsedad y en una generación con mucho sufrimiento en diversas áreas.

Por eso, es necesario aclarar estas enseñanzas y dirigirlas exactamente a este lugar, porque la curación y la salvación se encuentran en ellas y solo en ellas.

En realidad, este grito es el mismo que gritó Moshé Rabenu al final de la parashá anterior: “¿Por qué le has hecho daño a este pueblo?”. Y la parashá de esta semana es la respuesta de Hashem a esa pregunta exacta.

El Clamor de Moshé

¿Qué fue lo que llevó a Moshé a clamar? Después de muchos años de sufrimiento extremo del pueblo de Israel en Egipto, Hashem se revela ante Moshé y le anuncia la redención. Moshé se dirige al pueblo de Israel, y ellos creen, agradecen y alaban. Luego, Moshé y Aarón se dirigen a Faraón con la petición de liberar al pueblo, y desde entonces, aparentemente, todo empeora.

Ese mismo día, Faraón decreta que no se proporcione paja a los israelitas, aumentando su dificultad varias veces más. Todos sufren: los capataces hebreos y los esclavos. En lugar de celebrar en el desierto, la vida del pueblo de Israel se vuelve insoportable. Y justo en ese momento, Moshé desaparece durante seis meses.

¿Cómo no iba a clamar Moshé? Él clama desde lo más profundo de su corazón: “¿Por qué le has hecho daño a este pueblo? ¿Por qué me enviaste?”. ¿Dónde están todas las promesas? ¿Dónde está todo el bien? ¿Cómo puedo volver al pueblo de Israel y hablarles de redención y salvación después de que solo empeoré las cosas y desaparecí?

Más Redención

Hashem se revela ante Moshé y le dice: “Yo soy Hashem”. Hasta ahora no me he revelado en mi atributo de misericordia. A los patriarcas se les mostró mi bondad, pero estaba oculta. Ahora ha llegado el momento de revelar mi misericordia y mi amor por el pueblo de Israel.

Le recuerda a Moshé que hizo un pacto con los patriarcas para entregarles la tierra de Israel. Ahora, escuchando el clamor y las plegarias del pueblo, Hashem cumple su pacto.

Hashem le envía un mensaje al pueblo: “Diles a los hijos de Israel: Yo soy Hashem”. Muéstrales que siempre los amo. Por eso, las cuatro expresiones de redención: “Yo los sacaré, Yo los salvaré, Yo los redimiré, Yo los tomaré”, representan más y más bondad, más amor y más libertad.

El Desafío de la Fe

El gran desafío de la fe es saber y descubrir que Hashem es bueno en todo momento. Incluso en la oscuridad más profunda, el comienzo de la redención es cuando se revela al pueblo que Hashem los ama y que todo será para bien. Esta fe es lo que impulsa los milagros y el proceso de redención.

Hoy en día, escuchamos palabras de fe y confianza en todas partes. Esto no tiene otra explicación que el deseo de Hashem de mostrarnos Su amor.

Tu Redención Personal

Esto es lo que mueve la redención personal de cada judío. Aunque no veas el bien ahora mismo, sigue cantando y declarando: “Hashem me ama y solo me irá bien”.

Cuando cantas, enfócate en tus dificultades actuales. Incluso lo que parece malo es realmente bueno. Con esta fe, atraerás más bondad y milagros, porque esa es la promesa de Hashem.

¡Que podamos todos mantenernos firmes con fe y paciencia, acercándonos a la redención completa y experimentando todas las bendiciones en nuestras vidas! Amén.