El Mercedes Benz se manchó de negro

¡Qué importante es dar las gracias y aferrarse a la emuná! ¡No se dejen llevar por la lógica! La lógica te dice: “Esto no es bueno”, pero la emuná te dice: “Todo es bueno”. Anda con emuná. Da las gracias. Da las gracias por todo.

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 06.04.22

Esta es una historia que escribió un alumno nuestro:

Me casé hace unos meses y me fui a vivir a Jerusalén, en el barrio Beit Israel, para poder estudiar en la Yeshivá del Rabino Shalom Arush.

Yo soy baal teshuvá, o sea, empecé a vivir según las leyes de la Torá, pero incluso antes de que hiciera teshuvá, tenía un automóvil Mercedes Benz deportivo de color rojo, nuevo y reluciente. Sin embargo, cuando me casé, mi señora me pidió que pusiera el auto a la venta para poder comprar otro, no tan llamativo como este. Un día llegó alguien interesado en el auto que me había estado llamando sin parar por teléfono. El hombre quiso examinar el auto, así que levanté el capó. Enseguida me di cuenta de que el tipo entendía de autos. Al rato me dijo: “Un último examen”. Entonces tomó un pedacito de tela blanca, fue al caño de escape y me dijo que apriete el acelerador. Yo le dije riéndome: “Es un Mercedes. No es un Subaru de un millón de kilómetros. El motor de este auto aguanta muchísimo”. Él insistió en que igual apretara el acelerador y me dijo otra vez: “No, esto no está bien. Déjame que lo haga yo”. Yo inocentemente fui al caño de escape y en un instante el tipo se metió en el asiento del conductor y apretó el acelerador. Yo fui persiguiéndolo por las calles del barrio, gritando como loco: “¡Ladrón, ladrón! ¡Deténganlo! ¡Socorro! ¡Ayúdenme, por favor!”.

Resulta que el coche es un deportivo muy veloz. Lo perseguí corriendo cuatro cuadras y al final se esfumó. Mi mujer tuvo miedo de que me pasara algo y bajó corriendo. Empezó a juntarse gente. Llamé a la policía, que empezó a indagar el caso. El policía no sabía qué hacer. Me di cuenta de que nadie me podía ayudar y que todo era obra de Hashem.

El auto no tenía seguro, porque el precio del seguro a todo riesgo para un auto de ese modelo es exorbitante. Acababa de pasar revisión y tenía neumáticos nuevos, batería nueva, y además el tanque lleno de gasolina.

Una vez el Rabino dijo que si alguien le da un golpe a alguien con un palo, ¿con quién se tiene que enojar? ¿Con el palo o con el que sostiene el palo? Tengo que recalcar que durante los primeros meses en la yeshivá leí a fondo todos los libros maravillosos del Rabino Shalom Arush. Y gracias a eso me di cuenta de que lo que me había sucedido era por designio de Hashem y entonces me puse a bailar de la alegría. La gente no entendía nada. Pensaron que me había vuelto loco. Pero yo les dije que estaba convencido de que todo lo que hace Hashem, lo hace para bien y que hay que darle las gracias; solamente hay que bailar y estar alegres. Hashem me quitó el auto. Si quiere, me lo va a devolver. Y si no, entonces eso es lo mejor para mí. Por supuesto que yo hice mi parte y presenté una demanda en la comisaría. Pero después, ¡me olvidé del tema!

Al poco tiempo, me llamaron de la policía para informarme que habían encontrado el auto. Les pregunté si quedaba todavía algo de él y la policía me respondió: “Tiene motor y palanca de cambios. Venga a verlo”. La verdad es que fui con pocas expectativas y me sucedió un milagro: no sólo que me devolvieron el auto, sino que encima me lo devolvieron pintado de negro, y lucía nuevo y reluciente (habían invertido en chapa y pintura por lo menos 1.500 dólares). Tengo fotografías del auto antes y después. Después de que lo pintaron, el auto adquirió un aspecto magnífico, muchísimo más impactante y más fino que antes. Y el precio que voy a obtener si lo llego a vender sin lugar a dudas va a ser mucho más alto que antes. ¡Qué bueno es Hashem! Se llevó el auto, lo dejó como nuevo y me lo devolvió. ¡Qué importante es dar las gracias! ¡Gracias a mi maestro y guía espiritual, el Rabino Shalom Arush y gracias a Hashem, que es tan compasivo y misericordioso!

Hasta acá el testimonio de nuestro alumno

* * *

¡Qué importante es dar las gracias y aferrarse a la emuná! ¡No se dejen llevar por la lógica! La lógica te dice: “Esto no es bueno”, pero la emuná te dice: “Todo es bueno”. Anda con emuná. Da las gracias. Da las gracias por todo. Gracias, Hashem, el mal no existe. ¿Así quieres que sea? ¡Gracias!

Ese es el primer paso que tenemos que dar. Antes que nada empezamos por la emuná. Uno estudia Torá, cumple con los preceptos. Está muy bien. Perfecto. Pero si le falta emuná, entonces no va a poder traer la Redención. La Redención solamente va a llegar a través de la emuná, tal como enseña Rabí Najman de Breslev (Likutey Moharán 7): “Sabrás que la esencia del exilio se debe a una falta de emuná”. ¿Qué es la “falta de emuná”? Que no damos las gracias. Si no puedes dar las gracias por todo, entonces te está faltando emuná. ¿Tienes fe en que todo es bueno? ¡Entonces da las gracias! No hay otra opción. Y si no puedes dar las gracias, es porque no crees que todo es bueno. No crees en Hashem. ¡Porque Hashem hace solamente cosas buenas!

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1. Franwis

8/02/2023

Gracias Hashem por permitir recibir esta maravillosa luz, Muchas, muchas gracias Rey del Universo!

2. PAULIN NIKOLLI

7/31/2023

BARU HaSHEM QUE RABINO SHALOM ARUSH RACONTA ESTA ESTORIA POR NOSOTROS.

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