Educar con Amor, #1

En ese momento, la mamá salta de la cama como un terremoto, su tensión arterial es aproximadamente 6.8 por la escala de Richter…
 

Educar con Amor, Primera parte:
 

La cuestión de la educación de los hijos no es sólo intrincada, sino es también delicada. Puede parecer confuso y contradictorio, pero en realidad, la clave para la exitosa crianza de los hijos es real y completamente simple. Aquellos padres que logran mirar a sus hijos objetivamente, en otras palabras, que consideran más las necesidades del niño que sus propios intereses egoístas, son los que tienen éxito en la crianza de niños felices y bien adaptados. En esta serie, con la ayuda del Creador, explicaremos más sobre este punto.
 

El primer gran error de muchos padres, consiste en que ellos usan el insulto personal en el comportamiento del niño. Tomemos un ejemplo: los padres están cansados, y quieren dormir una siesta por la tarde. Su dos hijos de 4 años y 6 años quieren tener una lucha de almohadas o jugar a los vaqueros y a los indios, algo absolutamente normal en dos pequeños niños. El padre les grita que se queden tranquilos y no hagan ruido, digamos que ellos se callan durante un minuto o dos. Pero, como todo niño de 4 o 6 años, pronto se olvidan y ya están en el medio de su imaginario juego de indios cabalgando caballos y persiguiendo vaqueros.

El Indio jefe de seis años persigue al jefe de lo vaqueros de 4 años del dormitorio a la sala de estar, que ha sido transformada ahora en el Territorio de los Pieles Rojas. Recuerda, este juego imaginario es completamente verdadero para un niño. Muy pronto, el pequeño jefe es capturado y comienza a llorar porque ahora quiere ser también un indio. El hermano de seis años da un grito indio de guerra y comienza su baile de victoria encima del sofá, agitando su lanza (que es realmente la escoba de la cocina) y alabando al Todopoderoso, de la misma manera que vio en el libro que su abuelo le compró para la festividad de Janucá.

En ese momento, la mamá salta de la cama como un terremoto, su tensión arterial es aproximadamente 6.8 por la escala de Richter. Si es el papá el que quiso descansar, podrá saltar de la cama con un cinturón o otro tipo de arma en su mano. Ellos comienzan a gritarle a los niños, aullando de cólera, a veces con maldiciónes. Ellos gritan todos los tipos de acusaciones como, "¡Ustedes dos nunca obedecen!", o "¿No tienen ustedes la consideración más leve para su madre o padre?". Incluso peor, les dan todo tipo de nombres y epítetos como "animales salvajes," " malcriados," "sordos", "niños repugnantes," etc.
 

Ahora vamos a meditar sobre esto objetivamente: los pequeños Avrahami y Yankale tienen sólo 4 y 6 años, respectivamente. La única cosa que tienen en mente ahora mismo es su juego. Ambos aman a sus padres. Ellos no tienen ni un punto de desconsideración o insolencia en sus pequeños cuerpos inocentes. Su objetivo es jugar y disfrutar de su imaginario mundo de niños; ellos hacen solamente lo que unos niños de 4 y 6 años saben hacer. Nunca tienen la más pequeña intención de molestar a sus padres. Mamá o papá derraman una tonelada de ira que quién sabe que tipo de daño hará a sus pequeñas almas.
 

El dulce mundo imaginario de un niño

Hagamos un intervalo, ciertamente que los niños deben ser educados con límites. Por ejemplo, les enseñamos que a las dos de la tarde del sábado la familia entera descansa, y no es tiempo para los tiroteos de vaqueros en el Lejano Oeste. Aún más, un padre debe recordar que también los niños tienen una Mala Inclinación, y ellos también tienen sus propias pequeñas faltas.

Es asombroso como los padres pueden ser tan hipócritas – la tarde de un padre en el campo de golf o en la pista de tenis es santa, pero cuando sus hijos de 4 y 6 años quieren jugar su juego, los llaman "niños sin vergüenza." Un padre o una madre llegan a su casa por la tarde cansados e irritables y esperan que sus hijos estén completamente silenciosos, algo que un pequeño niño no puede hacer por mucho tiempo. Entonces, ellos lo toman como algo personal y reaccionan con cólera, nervios, y una liberación brutal de tensiones hacia los niños, las cuales no tienen nada que ver con la educación de sus hijos.

Los padres se preguntan, "¿Qué hacemos con niños pendencieros?" Mi primera respuesta es que no lleguen tensos a su casa. ¿Tú esperas que tu hijo de siete años sea considerado porque tuviste un día difícil? De ser así, tu piensas sólo en tú mismo. Piensa francamente en ellos durante un momento – Tú piensas en ti mismo, pero esperas que la pequeña Rivkale de 6 años sea completamente altruista y piense sólo en su madre o su padre. ¿Es justo? Seguramente que no queremos enseñar a nuestros hijos (por nuestro propio ejemplo personal negativo) ser hipócritas y egocéntricos.
 

Continuará…