Curar las Heridas del Corazón

La psicología moderna nos enseña a ahondar en el dolor, pero no nos da los instrumentos para realmente liberarnos de él. Rabi Najman tiene otro camino para curar nuestro dolor…

¿Les pasó alguna vez que el jefe los ha humillado delante de todos? ¿Que su pareja los ha ofendido de una manera imperdonable? Que un amigo les tocó en el punto más sensible y los ha despreciado?

La experiencia es muy difícil, un dolor en el corazón que no acepta calmarse…

Toda persona experimentó distintos niveles de ofensa en su vida – ofensa por parte de nuestra pareja a quien no entendimos bien, o 'simplemente' él o ella no se encontraban de buen humor, el agravio de un buen amigo, del jefe, etc…

La pregunta principal de cada ser humano es – ¿cómo se sale de esto?

 
A veces, el dolor es tan profundo que no queremos encontrarnos con esta persona de nuevo, pero ¿qué sucede cuando tenemos contacto diario con ella? Y además, ¿por qué quedarnos con esa sensación de incomodidad al encontrarnos de nuevo y más todavía en el interior de nuestro corazón?

Nuestra básica tendencia "natural" nos lleva a "pagarle con la misma moneda", vengarnos y así "retornar" nuestra perdida dignidad…

Pero el Todopoderoso nos ordenó que actuáramos de otra manera…

¿¿Cómo puede ser que el Creador del universo que nos ha creado con una Mala Inclinación como está escrito: "La Inclinación del corazón humano es mala desde su mocedad" (Génesis 8:21) que nos hace querer vengarnos, contrariamente nos haya ordenado con una firme prohibición "No (te) vengarás y no guardarás rencor" (Levítico 19:18)?? Entonces si es así, debe haber una manera…

La psicología moderna nos ha enseñado a ahondar en el dolor, machacarlo y ocuparnos reiteradamente de lo que ya pasó, pero no nos ha dado los instrumentos para realmente liberarnos de él, por no mencionar el hecho de que en la mayoría de las veces nos ha aconsejado actuar de manera discrepante a la voluntad del Creador.

Contrariamente a la psicología, viene el Rabi Najman de Breslev y descubre el camino para salir de la maraña:

El Rebe habla de "nuevos comienzos" diciendo: "El hombre debe empezar de nuevo cada vez, en todo lo que le sucede…". Nos enseña que el hombre ofendido, sea el daño que sea, debe levantarse y volver a empezar de nuevo – despojarse completamente de su carga y sentirse como si recién hubiera nacido, olvidarse del pasado, de la riña, de la dolorosa situación que lo dañó. Simplemente dejar todo atrás, y empezar a marchar hacia adelante, renovado y fresco.

Pero, ¿cómo se puede olvidar? El dolor es intenso, el corazón está sangrando… ¿¿Cómo se puede??

Cuando el hombre escucha que Di-s quiere que perdone, que no se vengue ni sienta rencor, naturalmente desea perdonar y que todo termine. Trata de apretar en "el botón del perdón", pero su alma es tenaz, no se calma, pues está todavía dolorida y por lo general lo que ocurre es que el hombre reprime el dolor, la ofensa y eso se acumula en su alma hasta la gran explosión… …

Pero Rabi Najman nos aconseja cómo podemos continuar una relación sin el peso que nos causa la represión.

El Rabi nos dice – ¡olvídate, empieza de nuevo, relega el pasado, bórralo y empieza de nuevo!

 
¿Están asombrados? ¡Es posible!

Quien realmente cree, se esforzará y seguirá su consejo, podrá llegar a la curación de su corazón pues el Rabi nos revela en su libro (Likutey Moharan I, 54) que "el olvido es como la muerte del corazón", como está escrito en los Salmos (31:13) "fui olvidado como el muerto lo es del corazón" – Así como el muerto es finalmente olvidado del corazón, así el olvido causa la "tachadura" emocional de la dolorosa situación en la cual se nos ofendió. Así pues el nuevo comienzo del hombre, dejando atrás lo que pasó y forzándose a olvidar el suceso, puede borrar el pasado y el corazón se cura de tal forma que ahora se puede recomenzar la relación con el ofensor como si recién lo acabara de conocer.

Sin embargo, el hombre tiene miedo de olvidarse, teme que si se olvida de su ofensa y no censura a quien le causó tanto daño, si no "le paga con la misma moneda", si no le devuelve daño, ese dolor quedará solo a su cuenta, ya que no le ha dado una lección, y así sucesivamente más y más excusas.

Viene el Creador y nos dice "¡Desistan! Sepan que Yo soy Di-s" (Salmos 46:11) – desistan del deseo de lastimar a quien les causó daño, sepan que hay un Juez, Di-s, y que sólo El juzgará cada cosa y hará justicia. Desistan del pensamiento de que ustedes solos saben lo que es bueno, ya que "Yo soy Di-s" – Yo soy El que los ha creado, Yo me encuentro sobre ustedes y Yo soy El único que sabe exactamente lo que es bueno. Desistan del deseo de responder con la venganza porque sólo Yo puedo traerles la verdadera curación. Y de hecho, se ve que el corazón de la persona que se conduce según su "naturaleza" – ofenderse y vengarse – no se cura, ya que queda con la sensación de una falsa victoria conseguida por medio de la humillación de su prójimo.

Hay un Juez, el Creador bendito sea y a Él hay que darle el "bastón de mando" para que nos guíe por el camino correcto, el camino del Rey.

El Creador nos dirige de la manera correcta para tratar la ofensa, sin el deseo de vengar y dañar. Debemos ser sencillos y cumplir con candidez el consejo del Rebe – volver a empezar, olvidar y seguir adelante.

En verdad, este trabajo requiere una gran concentración y mucha voluntad y fe en las palabras del Tzadik (Justo), pues eso es lo que traerá la curación del corazón del hombre porque, como lo hemos dicho, el empezar de nuevo y el esfuerzo de no mirar hacia atrás, causan la completa "tachadura" de la dolorosa situación.

Traten, traten, traten

Traten de abrir los oídos y escuchar, abrir el corazón y aceptar, no tener miedo y creer que ésta es la verdad, la única verdad que puede realmente ayudar a curar las heridas del corazón.

¡Buena suerte!