La Fuerza del Amor

No pueden imaginar que poder tiene educar a los hijos con amor; el amor se implanta en sus almas para siempre...

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Rabino Shalom Arush

Posteado en 06.04.21

No pueden imaginar que poder tiene educar a los hijos con amor; el amor se implanta en sus almas para siempre…

Educar con Amor, Tercera Parte:

Imagina esta escena familiar: la mamá está en la cocina, y su hijo de 18 meses avanza arrastrándose a su alrededor, abriendo cada cajón y puerta de la despensa. Este pequeñito se comporta exactamente como un curioso, enérgico y explorador niño de 18 meses debe actuar. Con todo, la madre le grita, "¡no toques esto!" y "¡no toques eso otro!", "¡esto es peligroso!" o "¡sal de aquí!" etc. Cada vez que se le grita al pequeño hombrecito, se lastima su pequeña y sensible alma una vez más. Él crecerá desdeñando a su madre y no le obedecerá totalmente. En lugar de todos esos gritos, ella debería poner las cosas que el bebé no debe tocar fuera de su alcance, o pestillos en las puertas de la cocina o cerrarlas con llave. Padres inteligentes deben dejar en especial un cajón o una puerta de la despensa abierta, con cosas seguras con las cuales el bebé pueda jugar. No hay ninguna razón para gritar y criticar, sobre todo cuando un pequeño niño no puede retener su impulso natural de buscar y sondear. ¿Por qué sofocar y anular la curiosidad natural del niño, la cual es tan vital para su aprendizaje y su futuro desarrollo intelectual y emocional?

Cuando los niños oyen crítica tras crítica, o un embate de gritos, rápidamente pierden la seguridad en sí mismos. Como sus padres le critican todo lo que hacen, crecerán con baja auto-imagen y poca seguridad en sí mismos. Ellos estarán siempre a la defensiva y en el futuro tendrán grandes problemas para mantener un trabajo o un matrimonio acertado. En mi asesoramiento matrimonial he visto que las disfunciones tienen su origen en tiránicos y críticos padres. A muchas personas con problemas financieros y de trabajo también se les puede atribuir su origen a tiránicos y críticos padres. Esos niños crecen nerviosos e inseguros en un mundo duro que exige la calma, la auto-calma y una medida fuerte de seguridad en uno mismo para tener éxito.

Debemos evitar situaciones con gritos de crítica y amenazas en el hogar. Aquí otra escena familiar: son a las 19:30, los padres están cansados, y necesitan con urgencia un poco de paz y tranquilidad en la casa. Ellos acuestan a sus tres pequeños hijos, digamos de 3, 5, y 7 años, y apagan las luces. Los niños no están cansados, entonces comienzan a charlar. Los padres gritan desde la sala de estar, o los amenazan. Los niños no tienen ninguna intención de ser malos o comportarse mal como sus padres les acusan, simplemente no están somnolientos. Tomen estos padres en vez de gritar, chillar, y amenazarlos, un agradable libro para niños, siéntense en sus camas, cuéntenles una historia, arrópenlos cariñosamente y reciten la plegaria de "Shemá Israél" con ellos. Mágicamente, cuando terminen la plegaria, verán que los niños están adormecidos. Se duermen con amor y santidad, sin entrar en una noche de pesadilla después de un día de tiranía paternal y críticas.

No pueden imaginar que poder tiene educar a los hijos con amor; el amor se implanta en sus almas para siempre. Esto es sobre todo real con padres que acuestan a sus niños en sus camas, los abrigan y dicen el "Shemá Israél" con ellos cada noche, y me refiero desde el primer día de sus vidas. Aquí una de las historias más emotivas que alguna vez oí, de primera mano de un sobreviviente del Holocausto:

Al final de holocausto a finales de 1945, el Justo Rebe de Skulen (en la foto ) era uno de los pocos sobrevivientes. Después de que los aliados liberaron los campos de concentración, el Rebe recorrió toda Polonia buscando a niños judíos sin hogar que quedaron huérfanos y otros que habían sido criados en orfanatos católicos. Acompañado por dos oficiales americanos, entró en uno de esos orfanatos, y dijo a los sacerdotes que le recibieron que buscaba a niños judíos huérfanos. Los dos sacerdotes sonrieron, y contestaron en voz baja que ellos no tenían a ningún niño judío entre los 250 huérfanos que se encontraban en el atestado orfanato. Era las 9 de la noche, y los huérfanos, la mayoría entre los 6 y 12 años, acababan de acostarse. Estaban alojados en un cuarto grande atestado con literas metálicas. El Skulener Rebe exigió ver a los niños, pero los sacerdotes se negaron. Uno de los oficiales americanos sacó una pistola de .calibre 45, la clase de arma que los comandantes de tanque americanos usan, y dijo al sacerdote: "Haz exactamente lo que el rabino dice!" Sin opción, los sacerdotes llevaron el Rebe a un gran pasillo que conducía al dormitorio, el Rebe ordenó que apagasen las luces. Otra vez, los sacerdotes tartamudearon y protestaron, pero el oficial americano les hizo obedecer.

Apagaron las luces, y durante un momento, hubo un misterioso silencio. De repente, el Rebe gritó desde las profundidades de su santa alma: "¡Shemá Israél, HaShem Elokenu HaShem Ejad…!" ("Escucha, oh Israel, el Eterno es nuestro Di-s, el Eterno es Uno.")

Los niños comenzaron a hacer crujir sus camas; algunos comenzaron a lloriquear hasta convertirse el llanto en un gemido. Uno tras otro, comenzaron a gritar, "¡Mamá, mamá!" La recitación del "Shema Israel" del Rebe provocó el recuerdo de sus madres que se sentaban en sus camas y los arropaban. El Rebe rápidamente encendió las luces, y se lanzó de cama a cama identificando a los niños judíos que gritaban por su madre. Uno de estos niños, que tenía entonces ocho años, es ahora un jubilado de 71 años que vive en la ciudad de Ashdod en Israel. Este es el poder de educar con amor, de educar con santidad. Mucho después que los padres fueron asesinados en las cámaras de gas, su influencia de cariño y amor quedó como un resplandor de brillante luz para conducir a sus hijos por el recto camino.

Continuará…
 

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