A La Luz del Shabát – Nasó

¡Cuánto nos cuesta perdonar a nuestro compañero! ¡Cuánto nos cuesta dejar pasar, incluso aunque se trate de una pequeñez!…

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Maór HaShabát

Posteado en 06.04.21

¡Cuánto nos cuesta perdonar a nuestro compañero! ¡Cuánto nos cuesta dejar pasar, incluso aunque se trate de una pequeñez!

 
Traerse a sí mismo
 
“En el día de completarse los días de su abstinencia, se traerá a él…” (Números 6:13)
 
¡Cuánto nos cuesta perdonar a nuestro compañero! ¡Cuánto nos cuesta dejar pasar, incluso aunque se trate de una pequeñez! El único camino para superar esta limitación, es saber y tomar conciencia de la cuantiosa ganancia que podría ingresar en nuestra cuenta si solo aprendiéramos a dejar pasar…
La siguiente historia, fue contada por Rab Shlomó Levinshtein, conocido por nosotros, en una de sus últimas conferencias.
Dice Rab Levinshtein: “Conozco esta historia de primera mano, y podemos aprender de ella, la fuerza y la importancia de dejar pasar”.

Un Avrej (alumno de Yeshivá casado) fue atacado por una grave enfermedad, cuando tomó conocimiento de su delicado estado, comenzó a visitar, por un lado, las tumbas de los grandes Justos de todos los tiempos, para que rogaran por él, y por otro lado, golpeó las puertas de las casas de los Grandes de nuestra generación, en busca de bendiciones y consejos que le permitieran curarse.

Un día, programó visitar la tumba de Rabí Shimón Bar Yojai, en Meirón, para rogar e implorar allí, como lo venía haciendo hasta ahora, pero antes de hacerlo, fue a ver a uno de los grandes Tzadikim (Justos)de esta generación, y también le contó sobre el viaje que tenía pensado hacer.
Este Rab, lo bendijo desde lo profundo de su corazón, y cuando escuchó que viajaría a Mirón, lo sorprendió agregando: “Pero deja esta carta que te entrego ahora, sobre la tumba de Rabí Shimon Bar Yojai…”.
El Avrej, abrió sus grandes ojos con asombro: no entendía de qué ni de quién se trataba, ni sobre qué carta le estaba hablando este Tzadik.
“Te explicaré de qué se trata, pero antes debes saber, que tienes en tu casa, una mujer justa, fuera de lo común”.
 
Esta historia, que salía a la luz recién en este momento, ocurrida poco antes del casamiento de la pareja, asombró a su marido. “Poco tiempo antes de vuestro casamiento, una persona hirió a tu futura esposa gravemente. Cuando el agresor se dio cuenta de su gran error, reconoció el pecado que había cometido, y fue a pedirle perdón, pero ella se negó rotundamente a escucharlo. No quería perdonarlo”.
El agresor se presentó en mi casa, cuenta el Rab, y preguntó qué podía hacer para convencer a esta mujer. Cuando vi el corazón destrozado de esta persona, envié un mensajero, para que hablara con la víctima y le pidiera que lo perdonara por lo que había hecho, también en ese momento se negó ella a disculparlo. Pero con el correr del tiempo, finalmente se convenció, y lo perdonó de todo corazón. Cuando me enteré de esto, le pedí que escribiera su perdón, de puño y letra, en dos hojas, una copia quedaría para ella, y la otra, debía entregármela a mí.
Le indicó entonces, el Rab al Avrej: “Cuando viajes a la tumba de Rabí Shimon Bar Yojai, en Meirón, lleva la carta donde está escrito el perdón de tu esposa, y antes de comenzar a rezar, apóyala sobre la tumba, ¡y ruega por tu esposa para que no enviude, por el mérito de haber dejado pasar, y de haber perdonado a quien la lastimó!
Hizo el Avrej como le aconsejaron, llevó la carta consigo, y al llegar a la tumba de Mirón, vertió lágrimas a mares, rogando por la salvación de su esposa, para que no quedara viuda, y que por el mérito de ella, también él se salvara y fuera curado de su enfermedad.
¿Qué fue lo que pasó finalmente? Al poco tiempo de regresar, después de su emocionada plegaria, los estudios realizados mostraron que la temible enfermedad había desaparecido…
 
En el día de completarse los días de su abstinencia, se traerá a él…
Escribe Rashi: “Se traerá a él – se traerá a sí mismo”.
Pregunta el Meshej Jojmá: “A qué se refiere ´se traerá a sí mismo´. ¿Por qué no dice: cuando terminen los días de abstinencia, vendrá el Nazir (Nazareo)?”. Responde: Realmente, toda la finalidad de la abstinencia, es anular los deseos e inclinaciones del corazón del Nazir, y gobernar sobre su egoísmo. Si él llega, ciertamente, a una categoría como esta, estará dispuesto a ver sus hechos, con la misma visión con la que ve los de su compañero, y sus preocupaciones, desde el mismo punto de vista que ve las de su compañero, esta es una señal que completó satisfactoriamente su “abstinencia”, que alcanzó su meta.
Entonces seguro que es válida la expresión “se traerá a sí mismo”, ya que en ese momento se trae a sí mismo, como si trajera a otra persona fuera de él.

El egoísmo, es uno de los principales motivos, que a veces, nos impide perdonar al compañero.

Ese egoísmo que hace que estemos inmersos y concentrados solo en nuestros deseos, y en nuestro dolor, que de tanto que nos sentimos a nosotros mismos, no sentimos a quien está a nuestro lado, que no nos permite perdonar, ni dejar pasar un posible error, no nos permite pensar, que a lo mejor, nuestro compañero está pasando por un dolor superior al nuestro, y no tuvo intención de lastimarnos, o simplemente necesita que le demos la oportunidad de arrepentirse…
Cuando algún día, también nosotros, nos veamos en la necesidad de perdonar a un compañero… sería conveniente que recordemos esta historia.
 
 
– Gentileza de Maor HaShabát, de la comunidad Ahabat Ajim, Lanus, Argentina. Editor responsable: Eliahu Saiegh –

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1. Liliana

6/01/2012

Parashat Nasso B¨H.Shabat Shalom uShlemut.

2. Liliana

6/01/2012

B¨H.Shabat Shalom uShlemut.

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