Más allá de las limitaciones – Behar

La naturaleza no es más que una herramienta en manos de Hashem y el modo normal que Hashem utiliza para dirigir el mundo

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Rabino Lazer Brody

Posteado en 10.05.22

Y ordenaré Mi bendición para ti en el sexto año, y producirá una cosecha suficiente para el período de tres años” (Vaikra 25:21).

Al agricultor judío de la Tierra Santa se le ordena darle un descanso a la tierra durante el año sabático. A su vez, Hashem promete un rendimiento triple para la cosecha del sexto año: suficiente grano para la última parte del sexto año, para el año sabático cuando se prohíbe plantar y trabajar la tierra, para el octavo año mientras crece el nuevo grano, y para la primera parte del noveno año hasta la ofrenda del Omer el 16 de Nisán, cuando se permite el nuevo grano.

¿Por qué Hashem se expresa en términos tan graves cuando promete: “Ordenaré Mi bendición”? ¿No sería más lógico que Hashem dijera algo más delicado, como “otorgaré mi bendición”?

La explicación a las preguntas anteriores es sorprendentemente sencilla: la naturaleza y el funcionamiento natural de cada ser creado son inherentes a cada uno de ellos. Sin embargo, la naturaleza no es más que una herramienta en manos de Hashem y el modo normal que Hashem utiliza para dirigir el mundo. Hashem puede anular las leyes naturales donde y cuando lo desee, emitiendo una orden especial.

Como regla general, la tierra da un rendimiento normal, más/menos un treinta por ciento. Pero un rendimiento triple garantizado en el momento exacto del año postsabático requiere que Hashem emita una orden especial. Por lo tanto, Hashem dice que ordenará Su bendición; vale decir, Hashem realiza un milagro especial para aquellos agricultores fieles que temen Su Santo Nombre.

Rabi Najman de Breslev enseña que tanto la plegaria como la confianza en Hashem elevan a la persona por encima de las limitaciones de la naturaleza, especialmente dentro de la Tierra de Israel. La plegaria, explica Rabi Najman (ver Likutei Moharan I:7), es la expresión de emuná, o fe completa en que Hashem renueva el mundo cada día como Él desea. Por lo tanto, mediante la plegaria, uno puede lograr milagros por encima del nivel de la naturaleza. Israel es la tierra de la emuná y la plegaria, y es una Tierra propicia para los milagros. En otra parte (ibid, 66), Rabi Najman comenta que, al confiar en Hashem, o sea, al buscar a Hashem para todas nuestras necesidades, recibimos abundancia y sustento en el momento exacto, que es un concepto que también desafía a la naturaleza. En la práctica, esto significa que aunque el día de pago esté a una semana de distancia, a través de la plegaria y la confianza en Hashem, uno puede recibir cualquier cosa que necesite ahora mismo.

En la parasha de la Torá de esta semana encontramos algo muy revelador: Hashem dice: “Ordenaré mi bendición” (Vaikrá 25:21) sólo después de que la Torá reprende al agricultor escéptico que no confía en Hashem y pregunta: “¿Qué comeremos en el séptimo año?” (ibid, 20). Si el agricultor hubiera escuchado el consejo de Rabi Najman y Le hubiera rezado a Hashem y hubiera confiado en Hashem, entonces Hashem no habría tenido que anular la naturaleza y ordenar la bendición de un rendimiento triple. Las plegarias del agricultor y su confianza en Hashem habrían sido suficientes para invocar el milagro de la triple cosecha. Lo único que tiene que hacer es pedirle ayuda a su amado Padre en el Cielo, y depositar su confianza en Él.

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