Los Huevos Perdidos #3
El Sr. Oscar tartamudeó, luego miró a su esposa y le dijo: "Hoy alguien robó doce huevos, durante el almuerzo"...
Basado en un relato de: Rab Lazer Brody
Ilustraciones: Rebeca Shapiro
El Sr. Oscar tartamudeó, luego miró a su esposa y le dijo: "Hoy alguien robó doce huevos, durante el almuerzo"…
Los Huevos Perdidos, Parte 3:
Más tarde ese mismo día, la Sra. Beatriz, la esposa del Sr. Oscar, sintió un cambio en el estado de ánimo, por lo general positivo, de su marido.
La comida favorita del Sr. Oscar, un guiso de pollo con fideos, y por supuesto –el pastel de manzana- por lo general lo ayudaban a relajarse.
Pero esta vez él parecía distraído; sus pensamientos estaban en otro lugar, no en la mesa.
Su tenedor jugaba con su comida y no tenía apetito. "¿Oscar, qué te sucede? Estás como en otro mundo. ¡No has tocado la comida!", le preguntó su esposa con preocupación.
El Sr. Oscar tartamudeó, luego miró a su esposa y le dijo: "Hoy alguien robó doce huevos, durante el almuerzo"…
"Debe de haber algún error", dijo la Sra. Beatriz. "No puedo creer que haya llegado un ladrón a esta pequeña ciudad", agregó mientras miraba su cara enojada con el ceño fruncido.
"¡Seguro que no estoy equivocado, una docena de huevos han desaparecido! Yo sé lo que vi. Tal vez el ladrón no es una visita; ¡tal vez alguien que vive aquí mismo ha decidido violar la ley!".
Nada de lo que la Sra. Beatriz dijo pudo calmar o consolar a su afligido esposo.
El Sr. Oscar pasó una noche insomne, moviéndose, dando vueltas y andando sin rumbo fijo alrededor de la casa.
Ni siquiera una taza de leche caliente con miel tiernamente preparada por su esposa fue capaz de aliviar su gran preocupación.
A la mañana siguiente, con ojos enrojecidos, el Sr. Oscar puso diez nuevas docenas de huevos frescos afuera de su tienda.
Continuará…
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