Haz brillar tu luz – Behaalotja

Hashem le habló a Moisés, diciendo:         

Habla a Aarón y dile: “Cuando enciendas las lámparas, las siete lámparas proyectarán su luz hacia la faz de la menorá” (8:1-2).

Rabí Natan de Breslev explica que la luz de la Menorá                                                   representa la luz del Tzadik, que revela la luz de la Torá a cada persona en su nivel. También se explica que la luz de las velas puras de la Menorá representa la luz de la Torá, como se dice en Proverbios: “Porque la mitzvá es una candela y la Torá es luz” (6:23). 

La Torá contiene en sí todos los niveles de la profecía, como se dice de la profecía de Moshé: “Cara a cara habló Hashem con vosotros en la montaña” (Devarim 5:4); el habla de Hashem representa la profecía. La profecía, que es una clara comprensión y visión de la palabra de Dios, es el recipiente principal para que una persona purifique su poder de imaginación y su percepción. Por medio de esto la persona merece fe completa, la cual es fe en la renovacion del mundo y la capacidad de renovación de la persona. Por eso el versículo anterior viene justo después del versículo al final de Parshat Naso, “Cuando Moshé llegó a la Tienda del Encuentro para hablar con Él, oyó la Voz que le hablaba…” (7:89), que habla de la profecía que Moshé recibió de Hashem. Esto nos enseña que el aspecto principal de la mitzvá de encender las velas de la Menorá era para revelar la luz del Tzadik, que es la luz de la profecía a todo el mundo, para iluminar la luz de la fe en el mundo.

Rabi Natan explica además en otra enseñanza que Aaron, que también fue un gran maestro y Tzadik, recibió la orden en esta porción de la Torá de encender las velas de la Menorá; lo que significa que debía acercar las almas del pueblo judío a Hashem revelándoles la luz del verdadero Tzadik, Moshe. Moshé es el aspecto de la cara de la Menorá, porque abarcaba las setenta formas en que puede interpretarse la Torá. Por lo tanto, fue capaz de iluminar con la luz de la Torá a todas las almas del pueblo judío, que representan las siete velas de la Menorá.

El tzadik enciende nuestra vela, nuestra alma, y le permite arder con amor por hashem. Él tiene el poder de revelar la Torá a cada alma judía diferente y ayudar a cada una a acercarse a Hashem. ¿Cómo podemos ser parte de esto, y cómo podemos también hacer brillar la luz de nuestra vela a otras personas?

Una vez aprendí en un programa de asesoramiento que gran parte de la curación que la persona necesita es simplemente alguien que la mire con amor, aceptación y la buena voluntad de ayudarla como pueda. Muchas veces no se trata de las palabras que decimos, sino de la forma en que miramos a alguien y nos relacionamos con él. Cuando le das tu amor y tu tiempo a otra persona, ella crecerá y brillará. 

Los tzadikim nos enseñan a mirar a los demás de esta manera, porque el alma de cada judío está unida a la Torá. Cuando seguimos a los grandes tzadikim y estudiamos sus enseñanzas y consejos, la luz de la Torá comienza a brillar también a través de nosotros. Y así como ellos tienen el poder de hacer brillar la luz de la Torá a todo el pueblo judío, nosotros también podemos hacer brillar la luz a los demás cada uno a su manera.