Dos balanzas diferentes

Así como cada uno de nosotros tiene su propia huella digital individual, cada uno es único en todos los demás aspectos de su vida y su personalidad. Hashem tiene en cuenta todas las circunstancias individuales...

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Posteado en 12.09.23

No pienses que Hashem tiene una única norma según la cual juzga a todos. La justicia de Hashem no es el libro de estatutos del Gobierno Federal o del Estado de Nueva York. Hashem juzga a cada persona individualmente, de acuerdo con sus atributos individuales, herramientas y desafíos que tiene en la vida. En la justicia Divina, no hay dos personas que sean juzgadas de la misma manera. Hashem no usa la misma escala para dos personas.

Uno no juzgaría a su hijito de dos años de la misma manera que juzgaría a su hijo o hija adolescente. Cada persona es diferente. Uno nace en un barrio religioso de Bnei Brak y otro nace en San Antonio, Texas. Una persona tiene padres ricos y otra nace en una familia pobre. Una persona tiene una tremenda inteligencia innata mientras que otra tiene una mente simple. Así como cada uno de nosotros tiene su propia huella digital, cada uno de nosotros es único en todo sentido. Hashem toma todo eso en consideración. Como tal, el juicio Divino difiere tan dramáticamente incluso de los sistemas judiciales más benevolentes de este mundo.

Cada persona es una realidad diferente. Hashem tiene una escala separada para cada persona. Por eso nuestros sabios nos ordenan juzgar a los demás en forma justa y nos explican que no podemos juzgar a otra persona hasta que estemos en su lugar. Sólo Hashem sabe cómo juzgar a una persona. Nosotros somos incapaces de juzgar a nadie. Y, cuando se trata de nosotros mismos, debemos juzgarnos con justicia. Cuando una persona es dura consigo misma y no se juzga con justicia, esto también es una distorsión del juicio Divino.

Todos debemos esforzarnos por interiorizar la maravillosa luz de Rabi Najman de juzgarnos justamente, porque la justicia Divina nos juzga justamente. ¿Sabes lo que significa cuando una persona piensa que Hashem es injusto con ella? ¡Está juzgando a Hashem injustamente! ¿Quién es tan insolente como para juzgar a Dios, y encima, en forma injusta? No es de extrañar que tal sentimiento invoque juicios graves en su contra.

Sin embargo, cuando la persona sabe que Hashem la juzga con justicia, y agradece a Hashem por todo lo que hace en su vida, ya sea favorable o aparentemente lo contrario, le está abriendo la puerta a cada salvación e invocando una medida insondable de misericordia y compasión Divinas. Por eso, la gratitud invoca milagros que desafían a la naturaleza. La persona con verdadera emuná es una persona con gratitud, y así como la emuná está por encima de la naturaleza, también lo está la gratitud.

En la medida en que juzgamos a Hashem con justicia, sabiendo que todo lo que Hashem hace es para nuestro bien, estamos acercando la Geula, la redención completa de nuestro pueblo. Ese es el significado de una generación completamente meritoria: que considera a Hashem completamente meritorio. Esta es la generación que traerá al Mashíaj. Cuando agradecemos a Hashem por todo lo que hace, significa que creemos en Su mérito, en Su amorosa justicia Divina que es todo para bien.

Rabi Shneur Zalman de Liadi, el santo Baal HaTanya, dice que cuanto más la persona agradece y alaba a Hashem, más asciende en santidad. La palabra hebrea para “gracias” es “todá” que tiene un equivalente numérico, lo que llamamos guematria, de 415. La palabra hebrea para “santidad” es kedushá; también tiene el mismo equivalente numérico exacto: ¡415! ¿Por qué la gratitud aumenta la santidad? La gratitud es dar totalmente, cuando la persona no pide nada. La santidad también es dar. Como tal, la gratitud realza la santidad.

Debemos expresar nuestra gratitud a Hashem con canciones y bailes. Es maravilloso cantarle a Hashem; incluso puedes hacer tu plegaria personal rasgueando la guitarra. Estoy lejos de ser un músico y compositor, pero cada melodía que he tocado y compuesto me llegó durante la plegaria personal. Hashem está feliz de darte una canción en el corazón.

Al principio, la persona debe creer que Hashem la juzga con justicia. Pero el gran dividendo de la emuná y la plegaria personal es que primero, creemos en la justicia Divina de Hashem. Eventualmente, Hashem nos permite ver Su justicia Divina y cómo todo es para bien. La emuná finalmente nos lleva a un nivel más alto de conocimiento espiritual. Además, una de las mejores maneras de mejorar nuestro conocimiento de la justicia Divina es actuar como Hashem y juzgar a cada persona en la tierra con total imparcialidad, indulgencia y consideración, tal como nosotros mismos queremos ser juzgados. Al hacerlo, estamos cumpliendo el mandamiento de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. No olvidemos tampoco que nadie es realmente capaz de juzgar a otra persona, ya que carecemos de la capacidad de ver o comprender los retos a los que se enfrenta otra persona y todas las circunstancias atenuantes que sólo Hashem ve.

Al visitar las tumbas de los santos tzadikim el día anterior a Rosh Hashaná, tenemos el mérito de alcanzar la perspectiva adecuada de la justicia Divina y mitigamos todos los juicios severos.

Otra forma maravillosa de mitigar todos los juicios severos es rezar palabra por palabra lentamente, con intención. Piensa en lo que estás diciendo en el Shmonah Esrei y tómate tu tiempo. Háblale a Hashem desde el corazón, y Él ciertamente te bendecirá con todos los deseos de tu corazón para lo mejor y te firmará y sellará a ti y a tu familia para el mejor año de tu vida, ¡amén!

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2. Abigail

9/19/2023

Todá por tan hermoso shiur, suplico plegarias por mi esposo Moshe Murillo hijo de Eva

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