La revelación

Un cierto día, el hijo de Carol le confesó que estaba pasando por una época muy difícil. Compartió con ella la pesada carga que había estado llevando durante tanto tiempo

3 Tiempo de lectura

Jaia Ovadia

Posteado en 04.04.21

Un cierto día, el hijo de *Carol le confesó que estaba pasando por una época muy difícil. Compartió con ella la pesada carga que había estado llevando durante tanto tiempo. Mientras él hablaba, Carol se estremeció al darse cuenta de que su amado hijo sentía atracción por el mismo sexo. La oscuridad la envolvió mientras trataba de digerir lo que había oído. Su hijo era gay!

 

Jamás había tenido ni una sospecha al respecto. Su hijo tenía muchos amigos y hasta había salido con muchachas. Había sido criado en un medio religioso así que sabía lo que se esperaba de él. Hablando con su hijo, se enteró de que este fenómeno es mucho más prevaleciente de lo que ella se imaginaba. Él y cientos de otros tantos “chicos buenos religiosos” están luchando constantemente con su naturaleza innata en un esfuerzo por superar la tremenda dificultad que Hashem les puso en el camino.

 

Permítanme aclarar – no estoy hablando de esos individuos perversos que desfilan por las calles haciendo alarde de su sexualidad a los cuatro vientos. El acto de homosexualidad masculina está prohibido por la Torá y el concepto de matrimonio entre dos hombres o dos mujeres simplemente no existe en el judaísmo

 

A lo que me estoy refiriendo es a aquellos individuos temerosos de Dios que tienen que atravesar un camino muy difícil en la vida. Estos jóvenes luchan diariamente para librarse ese deseo innato que va en contra de la voluntad de Hashem y lo saben. Saben que está mal y no “revelan”  sus sentimientos en público para no llamar la atención. A pesar de lo que pueda pensar la gente no se tratamente meramente del deseo físico. Algunos tienen relaciones que están basadas principalmente en un lazo emocional.. Otros se quedan solos.

 

Sin embargo, ellos sueñan con estar en una relación heterosexual gratificante, casarse y tener hijos, cumplir con la mitzvá de pru urvu, ser fructíferos y multiplicarse. Ellos tratan por todos los medios de quitar esa sensación pecaminosa pero obviamente eso es muy difícil, porque se trata de algo muy interno.

 

Tal como le dije a Carol, este es el tikún (rectificación) de su hijo. Todo lo que nos trae Hashem está designado en forma individual para cada uno de nosotros, en forma personalizada hasta el más mínimo detalle. Dios no habría puesto a su hijo en una situación tan complicada si Él no pensara que el joven es capaz de manejar la situación y posiblemente superarla. Y dado que esto fue lo que decretó el Creador del Universo, su hijo debería orar fervientemente  para poder vencer su ietzer hara, su instinto al mal, que es el que fomenta y promueve esos deseos impuros.

 

Dice Rabí Najman que con suficientes plegarias es posible superar completamente los rasgos negativos de carácter y el deseo corporal (Likutey Moharán I: 52). Uno tiene la capacidad e invertir completamente el decreto Divino. Pero como todo lo que requiere una enorme dosis de esfuerzo, esto puede lograrse únicamente con una devoción extrema. Por desgracia, la gente suele perder esperanza antes de alcanzar su objetivo.

 

En estos días previos al Mashíaj, el mundo en general y el pueblo judío en particular están pasando por pruebas y desafíos tremendos. Pero si fortalecemos nuestra emuná y entendemos que todo sucede por un motivo, eso nos reconforta y nos da fuerzas. Cada uno de nosotros es una pieza del rompecabezas y cada uno está interconectado con el otro. Nadie está exento. Pero cuanto más difícil la prueba, más grande la recompensa.

 

Nosotros, que tenemos nuestra propia “valijita” llena, no deberíamos juzgar a los demás. En Pirkey Avot – Ética de los Padres 2:4 Hilel nos dice: “No juzgues a tu prójimo hasta que no estés en su situación”.

 

Pero una cosa es segura: el Santo Bendito sea debe amar mucho al hijo de Carol para darle un desafío tan difícil en la vida. Yo le pedí a Carol que aliente a su hijo a aguantar con todas sus fuerzas. Porque muy pronto todo va a estar claro, cuando llegue el Mashíaj a iluminar nuestro camino rumbo la Redención Final.

 

Que sea muy pronto, en nuestros días. Amén! 

 

*Carol no es su nombre real.

 

Escribe tu opinión!

Gracias por tu respuesta

El comentario será publicado tras su aprobación

Agrega tu comentario