El rey viejo y necio

Nuestros sabios llaman a la mala inclinación “el rey viejo y necio”. Sabemos por qué es viejo: porque existe desde la creación del mundo. Pero ¿de veras es necio? Se han escrito muchísimos volúmenes acerca de las variadas estrategias que emplea para dominarnos. Tal como dijo un maestro jasídico: “¿Dónde está la mala inclinación? Donde pensamos que no está”. Y otro sabio jasídico les dijo a sus discípulos: “Siempre deben imaginarse a la mala inclinación detrás de ustedes con una enorme hacha a punto de decapitarlos”. Cuando alguien le preguntó: “¿Y qué pasa si no me puedo imaginar algo así?”, el rebe dijo: “Eso significa que ya te decapitó”.

Entonces ¿por qué se dice que la mala inclinación es necia? Yo tengo una amiga que trabajaba de actriz en Rusia. Ella me dijo que una vez la llamaron de la KGB para interrogarla. “Sabemos que te gusta el dinero – admítelo!” (sí, por más raro que les pueda sonar, querer dinero era un gran pecado allá…). Ella no admitió y entonces le mostraron la evidencia: una grabación de audio que había grabado en su casa en la que cantaba una famosa canción en inglés: “Money, money, I love money”, que le habían robado. La KGB usó recursos científicos para dar una prueba fehaciente 100% de que la voz grabada era de ella. Ellos pensaban que habían encontrado una prueba, pero qué tontos que fueron. No se dieron cuenta de que ella, siendo actriz, estaba solamente ensayando esa canción para una obra de teatro. Qué tontos eran para pensar que había grabado una canción de tanto que le gustaba el dinero…

Lo mismo ocurre con la mala inclinación. Ella usa diferentes métodos y técnicas modernas para engañar a la gente. Pero si la gente usa el cerebro y el sentido común, entonces se va a dar cuenta de lo tontas que son esas técnicas. Pero, no obstante, ella nos engaña. Cómo?

A veces pensamos que estamos destruyendo ídolos pero en realidad los estamos adorando.

Uno de los cuentos no tan conocidos de Rabí Najman de Breslev es el que se llama “El lisiado”. Uno de los episodios de esta historia es cuando el lisiado encuentra varios polvos mágicos. Uno de ellos, cuando se lo coloca debajo de los pies de una persona, puede hacer que se arrepienta. Otro hace que se vuelva loco. Él mezcló ambos polvos y puso la mezcla en el bosque, por donde pasaban los ladrones. Los ladrones pisaron allí y se volvieron todos justos. Empezaron a hacer teshuvá y se pusieron a llorar por sus pasadas transgresiones. Pero como también habían tocado el polvo de la locura, empezaron a echarse la culpa los unos a los otros por sus faltas. Y al final, se mataron los unos a los otros. Rabí Arie Kaplan escribe en su comentario que tenemos que tener mucho cuidado de no enloquecer cuando nos volvemos “justos”.

La pregunta es – cómo podemos distinguir el deseo real de Hashem con los trucos de la mala inclinación?

Existe otra parábola más de Rabí Najman, que también es muy interesante:

Había una vez un mercader muy rico que era el único que poseía el más genuino y más fino vino húngaro. Él tenía un sirviente que trabajaba para él. Una vez, durante un viaje muy arduo, el sirviente le preguntó: “Me estoy volviendo loco por el aroma del vino. ¿Por favor podría dejarme solamente probarlo?”. En señal de aprecio por el trabajo que hacía, el mercader le dio un vaso de vino. Él jamás había probado un vino semejante y jamás olvidaría su sabor.

En otra ocasión, muchos años más tarde, el sirviente estaba sentado en una taberna. El dueño se jactaba de contar con el vino húngaro de mejor calidad que existía y lo vendía a un precio exorbitante. Después de saborear el vino, el sirviente le dijo: “Esto no es vino húngaro, sino un mal sustituto rumano”. El dueño y sus amigos lo golpearon tanto que lo dejaron todo amoratado pero eso no cambiaba los hechos….

Lo mismo va a ocurrir en la época del Mashíaj: a la gente le van a servir el vino “rumano”, o sea, el sustituto barato. Pero aquellos que reconocen al verdadero tzadik, o sea, el vino “húngaro”, no se van a dejar engañar.

Si solamente llevamos a cabo nuestra tarea y tratamos de conectarnos con Hashem, entonces jamás van a poder engañarnos. ¿Y cómo reconocemos al tzadik verdadero? Busquen al líder espiritual que acerca a la mayor cantidad de personas a Hashem. Y en vez de dejarse engañar por el viejo loco, que nos hace creer que somos los mejores y que podemos hablar mal de los demás, luchemos por tener más emuná y acercarnos más a Hashem. ¿Y por qué ahora? Porque el Mashíaj está parado en la puerta…