Cuando di el salto

Yo valoro el sustento. La bendición de después de comer pan es una sincera muestra de gratitud a Hashem por alejar a mi familia de un abismo impensable.

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Dovber Halevi

Posteado en 18.03.21

 

Rabí Yaakov Reuven valora su salud a cada instante del día. En una de sus conferencias, él dice que cada vez que recita la bendición Asher Iatzar, dándole las gracias a Hashem por el funcionamiento del cuerpo, la dice con el mismo éxtasis con que uno recibe un regalo del Cielo.

Yo valoro el sustento. La bendición de después de comer pan es una sincera muestra de gratitud a Hashem por alejar a mi familia de un abismo impensable. Es un rezo que digo con todo el corazón, con conexión, con alegría.

Rabí Reuven sufrió de problemas de salud durante siete años. Yo tuve problemas de sustento durante cinco. Los dos valoramos estas bendiciones más que nada justamente por el hecho de que nos las quitaron. Supimos lo que es la vida sin ellas.

 

Cuando Hashem me quitó el dolor, festejé. Hasta el día de hoy mis plegarias son una conmemoración de la época en que Hashem me dejó sin sustento. Son un constante recordatorio de la agonía que gracias a Dios hoy no sentimos.

 

Si no hubiera perdido tanto durante tanto tiempo, darle gracias a Hashem por el pan sería una pesada carga para mí. Pero ahora que entiendo lo que es la vida sin Su abundancia sé valorar lo que significa tener esa abundancia.

 

¿Acaso hay algo en tu vida que te ha faltado? ¿Hay algo por lo que puedes darle las gracias a Hashem con una pasión que solamente tú puedes sentir?

 

Como todos, yo también siento que hay cosas en la vida que podrían ser mejor. Tengo cosas personales que me causan dolor que estoy tratando de sanar. La reacción instintiva es enojarme. La emoción que surge es ira y resentimiento, especialmente hacia aquellos que aparecen en los medios sociales y en la televisión y aparentemente tienen éxito allí donde yo todavía estoy luchando.

 

 

Hashem nos enseña esta lección tan importante. Si yo no hubiera sufrido por el tema del sustento, no habría sentido este retorno a Él en esta área de mi vida. Recién después de que sufrí dolor, sé utilizar el placer para decirle a Hashem cuánto Lo amo.

 

El dolor pasa a ser una bendición. Cuanto peor es una situación en la vida, más energía invertimos en mejorar esa situación y más urgencia sentimos en actuar para mejorarla.

 

No actuamos con aquellas cosas de la vida en las que nos va bien.

 

Las más grandes bendiciones llegan cuando Hashem nos “sacude”, cuando nos fuerza a dar un salto allí donde normalmente no haríamos nada.

 

Se nos dice que debemos darle las gracias a Hashem por lo aparentemente malo así como por lo bueno. Lo bueno, porque es un regalo y lo malo, porque Él nos está dando algo mucho más preciado: la oportunidad de hacer algo.

 

Durante los primeros treinta años de mi vida, la posibilidad de ser pobre jamás fue un problema. Pero en todo ese tiempo nunca estuve muy cerca de Hashem. La época de mayor crecimiento con la que me bendijo Hashem fue cuando me quitó la estabilidad y me hizo trabajar para mantenerme a nivel cero.

 

Y por eso siempre Le quedaré agradecido.

 

Rabí Reuven habla de su carrera en Wall Street. Para él, el hecho de haber pasado de vivir de un dólar al día a construir una empresa de veinte millones de dólares es una bendición de Hashem. Pero para él, el hecho de haberla perdido es un milagro Divino. Fue la caída, aquello que él calificó de “ni normal ni natural” lo que posibilitó su ascenso a la verdadera grandeza.

 

Cada cosa en la vida que no va como queremos es un regalo de nuestro Padre. Solamente tenemos que quitar el envoltorio del regalo.

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1. Ginna

10/22/2017

Maravilloso! Éste mensaje Divino, es la gran enseñanza q Hashem me quería dar!

2. Ginna

10/22/2017

Gracias por tu respuesta

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