Brillante como una estrella

¿Alguna vez hicieron una buena acción y después sintieron una radiante felicidad por dentro?

En verdad, nosotras las mujeres tenemos una forma de hacer un acto de excepcional bondad a cada minuto del día. Se trata de una mitzvá que posee un poder inmenso, y Hashem eleva a todo el mundo en mérito de esa mitzvá: la mitzvá del recato.

En esta época de tanta confusión cultural y de tanto abatimiento, Hashem nos dio a las mujeres un camino a través del cual podemos alcanzar satisfacción duradera y confianza en nosotras mismas. Las leyes de recato no sólo protegen nuestra dignidad sino que también son capaces de cambiar acontecimientos futuros.

Cuando una mujer se viste con recato en público, está evitando que los maridos de otras mujeres piensen en ella, y eso hace que los matrimonios se fortalezcan. Esos actos de bondad continuos le dan a la mujer un sinfín de méritos, y ella irradia de esplendor por dentro. Además, recibe una recompensa increíble tanto en este mundo como en el mundo venidero.

¿Cómo se traduce esto? La mujer está satisfecha con lo que tiene en la vida, se siente feliz con la forma en que luce, la forma en que es, los rasgos de carácter que Hashem le dio y su situación actual.

Eso no significa que las cosas siempre salgan como ella quiere, sino que siente que Hashem hace todo por su bien, y por lo tanto no se amarga con Sus decisiones. Además, su confianza en sí misma no depende de lo que lo que se imagina que la gente piensa de ella.

Cuanto más mejora en recato, más cerca se siente de Hashem. Y entonces más feliz eso. Es una espiral ascendente que empieza en el momento en que la mujer da el primer paso rumbo al cambio.

Uno de los más grandes rabinos de nuestra generación, Rav Jaim Kanievsky, shelita, dijo: “Apenas un 1 % de mejora en recato puede traer mil salvaciones”. Imagínense. Imagínense que reciben una llamada de teléfono mañana diciéndoles que se ganaron la Lotería del Cielo!

Gracias a ustedes, mil personas en el mundo en tero encontraron pareja, se salvaron de un peligro, se curaron de una enfermedad, encontraron trabajo, mejoraron su matrimonio, salieron de sus deudas, o pudieron tener hijos. Imagínense todas esas alegrías, y todas en mérito de ustedes! Esa es la Lotería del Cielo!

Que todos podamos agradarle a Hashem y mejorar espiritualmente y en mérito de eso podamos ver muy pronto a Mashíaj. Amén!