Creer en el amor de Dios

Sentimientos de fracaso, inferioridad, incapacidad, soledad, desesperación… y por sobre todas las cosas, la sensación de que Dios no la ama.

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Yehudit Channen

Posteado en 15.03.21

Tengo una clienta que tiene miedo de ser feliz.  Hace tanto tiempo que está triste que así es como todo el mundo la conoce, y así es como se conoce a sí misma. Es una persona confiable, trabajadora, generosa y amable pero… triste. Triste por muchas cosas de la vida que no salieron exactamente tal como las había planeado. Sentimientos de fracaso, inferioridad, incapacidad, soledad, desesperación… y por sobre todas las cosas, la sensación de que Dios no la ama.

 

Es muy fácil para Malka ser una persona triste que nunca se siente bien consigo misma. Así es como se siente desde que era niña. Su familia de origen no era feliz. Su padre no estaba bien emocionalmente y su madre estaba ocupada con su manutención. Malka trató de ser una niña obediente y de obtener buenas calificaciones para que sus padres no sufrieran más causas de preocupación. Siendo una niña muy tímida, ella era una alumna callada que solamente recibía atención cuando alguna compañera necesitaba su ayuda.

 

Si bien Malka era muy pegada a su madre, su frágil padre era una persona egocéntrica y abstraída. Malka nunca sintió la presencia de un padre cariñoso que estaba allí a su lado para protegerla y asegurarse de que tuviera todo lo que necesitaba. Se sentía invisible  y falta de toda importancia.

 

Malka creció y se interesó en el judaísmo y finalmente se volvió religiosa. Pero después de muchos años de ser observante, Malka todavía tiene dificultades para sentirse cerca de Hashem.

 

Al transferir sus sentimientos de su padre biológico a su padre Divino, Malka ha puesto restricciones a su relación con Dios.

 

A diferencia de su padre terrenal, Hashem no es egocéntrico ni abstraído.  Él es muy consciente de lo que ocurre con ella y la tiene presente en todo momento. ¿Por qué ella no siente eso?

 

Muchas veces malinterpretamos las cosas que nos pasan. Si rezamos por algo y no obtenemos exactamente lo que queríamos, lo interpretamos como un rechazo personal en vez de una muestra de amor. Cuando perdemos dinero, nos enfermamos o tenemos problemas en el matrimonio, podemos pensar que Hashem está siendo cruel con nosotros o que se enojó con nosotros. Todas estas actitudes conducen a la desesperación, la amargura y al aislamiento.

 

Como llamamos a Hashem nuestro “Padre” y a a nosotros Sus “hijos primogénitos”, nos confundimos cuando esto parece no verse reflejado en Su comportamiento para con nosotros.

 

¿Cómo podemos aprender a confiar en Dios?

 

Además de identificar las raíces de nuestras dudas, también debemos luchar con la mala inclinación que contamina nuestra esperanza de una conexión más cercana. Al explotar nuestras inseguridades, las fuerzas oscuras sabotean nuestros esfuerzos por acercarnos a Dios y fortalecer nuestra fe en Él.

 

Al recordar los milagros que Él nos hizo, podemos traer a la conciencia pruebas de Su amor hacia nosotros. Si bien Él espera mucho de nosotros, Él es también nuestro más grande fan.

 

Hacía ya mucho tiempo que Malka había estado rezando por su hijo Pablo, que es un adolescente con problemas. Paul fue echado de una yeshivá muy famosa por fumar marihuana y Malka se sentía muy mortificada. Sentía que todas sus plegarias por el éxito de su hijo habían sido en vano. Tras muchos intentos por hacer que su hijo volviera a la yeshivá, Malka y su marido finalmente lograron  encontrarle otra yeshivá cerca de su casa. Pero ella pensaba que esta nueva yeshivá no era lo suficientemente estricta y además le daba vergüenza que su hijo no estuviera en un dormitorio estudiantil como los hijos de sus vecinas.

 

Hablamos de la situación de su hijo. Después de varios meses en la nueva yeshivá, parecía que le estaba yendo muy bien. Tenía notas altas, había dejado de fumar y su relación con sus padres había mejorado muchísimo. Había empezado a rezar a y ponerse los tefilín después de mucho tiempo de no haberlo hecho.

 

Pero antes de llegar a esta conclusión, Malka pensaba que Hashem había ignorado sus plegarias. Porque lo único en lo que pensaba era que no lo habían vuelto a aceptar en la primera yeshivá, la prestigiosa…. Esa misma que le daba a ella su “estatus” y que la hacía sentirse bien consigo misma. Para Malka, si Hashem respondía a sus plegarias de otra manera distinta a como ella esperaba, eso significaba que a Él ella no Le importaba. Pero hacer que Pablo volviera a su primera yeshivá no iba a lograr que ella resolviera sus propios problemas y además tampoco iba a ser bueno para él.

 

Hashem nos da exactamente lo que necesitamos para facilitar nuestro crecimiento espiritual. Malka necesita superar la afirmación neurótica de que “Si Dios realmente me amara, me daría exactamente lo que anhela mi corazón”. Hashem nos da lo que anhela nuestra alma. Y eso es cultivar la creencia de que si Dios no actúa como nuestra propia lámpara de Aladino, no es porque Él no nos ame. Es porque nos tiene reservado algo mucho mejor.Arro

 

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1. Nancy

10/25/2019

Hacer la voluntad de HASHEM es comprender que El es nuestra guía y no necesariamente lo q queremos es lo más adecuado para crecer en Emuna

2. Anagali

6/08/2018

Creer en el amor de Dios

Hermosa enseñanza

3. Anagali

6/08/2018

Hermosa enseñanza

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